Una oreja para Esaú Fernández, mientras Paco Ureña dejó una excelente tarjeta de visita

por | 2 May 2014 | Temporada 2014

SEVILLA. Segunda de feria. Media plaza escasa. Toros de Fuente Ymbro, bien presentados, pero mansos, entre los que dio mas facilidades el 5º y resultaron manejables 1º y 4º.  Javier Castaño (de marfil y oro), palmas y ovación. Paco Ureña (de tabaco y oro), silencio y silencio. Esaú Fernández (de blanco y oro con cabos negros), una oreja y palmas.

Cuando cuatro de seis se pasan la tarde buscando la puerta de chiqueros,  toquemos madera. Pues eso pasó con los de Fuente Ymbro en esta segunda tarde de la feria sevillana. No puede ponérsele un solo reproche a la presentación; pero luego la mansedumbre dificultaba todo lo demás. En esta ocasión, una corrida de suspenso en bravura, aunque no fuera de particular peligro.

Sin embargo, frente a ello la simple estadística de la corrida puede resultar engañosa de lo que en realidad se vio en esta bonita tarde de primavera. Es lo que ocurre cuando a la mansedumbre declarada se le opone la decisión y el afán de los toreros. La mansedumbre no termina de dar margen para las obras completas, pero también de un menú de tapas y raciones vive el hombre. Sobre todo el aficionado, que es de buen conformar.

Y así, por ejemplo, eso de “silencio y silencio” no resulta representativo del debut en la Maestranza de Paco Ureña. No tuvo posibilidad alguna con su primero, pero con el 5º ha dado una muy buena dimensión. Siempre toreando con la verdad por delante, buscando la ligazón, a base de mano baja, en una faena sólida, que no tuvo otro pero que su dimensión excesiva, que luego trajo de la mano las dificultades a la hora de matar. Su primero fue un manso enciclopédico de imposible lucimiento. En suma, el silencio final de la estadística no es reflejo de la huella que ha dejado el torero murciano,  al que se le vería con agrado si vuelve a esta plaza.

Incluso sin rayar a la altura de otras ocasiones, Javier Castaño estuvo por encima de sus dos toros. El primero, que más que embestir topaba, cuando no buscaba rajarse, el salmantino estuvo razonablemente solvente, aunque es también cierto que no terminó de apostar. Mejor con el 4º, el más armado del conjunto, donde destacó su capacidad, su facilidad, para sujetarlo en el tercio, cuando el “fuenteymbro” buscaba permanentemente los espacios abiertos. Sin dejarle salir de los vuelos de la muleta, ligando las series y llevándole siempre hacia donde no quería ir, todo el trasteo tuvo una aceptable dimensión. Pero, ¡ay!, también Castaño no estuvo fino con los aceros.

Precisamente un señor espadazo al tercero de la tarde tuvo mucho que ver con la oreja que, con la anuencia general, se le concedió a Esaú Fernández en el 3º de la tarde. Antes al torero de Camas se le vio muy entregado, comenzando por irse a la puerta de toriles, pero todo con buena cabeza a la hora de sacer partido a un toro que sólo quería tablas. Con la mano derecha dejó tres series meritorias, complementada luego con un arrimón. Lo demás lo hizo el espadazo. Con el 6º, que era violento, no terminó de entenderse.

A estas alturas de la noche, es bastante probable que más de uno le haya cantado a Paco Ureña la copla de las “buenas impresiones” que ha dejado, en efecto, en Sevilla. Pero cuando uno quiere abrirse paso contra viento y marea, el torero dirá que sólo a base de buenas impresiones no se construye una temporada, y más cuando es tan importante para él como esta de 2014. Sobre todo cuando se ha tenido cerca el triunfo.

Apóyanos compartiendo este artículo:
Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *