Un sofismo para no repercutir la bajada del IVA de los toros

por | 26 Abr 2018 | Reportajes

Una parte apreciable de los empresarios taurinos siguen sin repercutir en el precio de las localidades, en todo o al menos en parte, la bajada del IVA que afecta a los toros. En un régimen de libre mercado, esos organizadores nada ilegal realizan.

 

Lo que molesta es el argumento que desde hace tiempo vienen aportando para no mover la tabla de precios. Como antes dijo Simón Casas en Madrid, el último que lo ha vuelto a repetir ha sido el gerente de la plaza de Sevilla: “Ya bajamos los precios–viene a decir– antes de aprobarse la reducción del IVA cultural".  Dicho en plata: un puro sofisma, que guarda hasta parentesco con aquello que se hizo célebre: “¿Lo quiere con IVA o sin IVA?”.

 

Es de primer año que el IVA que recaudan los empresarios por sus actividades en ningún caso puede ser considerados como un ingreso que hacen en su negocio: sencillamente, colaboran con la Hacienda pública en la recaudación de un impuesto dirigido al consumidor final, que luego ellos deben liquidar con el fisco. 

 

Se dirá que el argumento es una simpleza. A  lo mejor. Pero para simpleza, la explicación de los empresarios taurinos, que deben estar convencidos que sus clientes los forman perpetuos menores de edad.

 

En efecto, los precios de las localidades los bajaron en su día, pero no era porque tuvieran dotes de adivinos acerca de que es lo que ocurriría en el futuro con el IVA cultural, que hasta el último minuto estuvo en el alero. Si nos atenemos a sus propias palabras, lo hicieron –debe insistirse: cuando la rebaja del IVA no estaba en la agenda de Hacienda– para atraer a más gentes a las taquillas. O sea, que no se dedicaron a alguna suerte de obra benéfica; sencillamente, trataban de atraer nuevos clientes con unos precios más competitivos, o más favorables, según se quiera.

 

En otras palabras, esto lo que hacen, por ejemplo, todas las grandes superficies, que lo mismo ofertan a sus parroquianos el “compre 2 y llévese 3“, que declaran “el día sin IVA”. Estricta estrategia comercial, que ofreciendo unas ventajas al comprador, busca subir el volumen de sus ventas. El propósito de quienes actúan así es legítimo y, además se presupone que les da buen resultado, porque en otro caso no lo harían de forma repetida. 

 

Lo que pierde a los empresarios taurinos es el argumento. La realidad de su actuación es bien distinta de la que predican. Cuando al comprar una localidad no se nos descuenta esa diferencia del IVA, en realidad lo que hacen es subirnos el precio en las entradas en un 11%.  Ni más ni menos. Por eso resulta tan ridículo oír que “no hemos subido los precios”, cuando en realidad los tendrían que haber bajado en un 11%.

Basta hacer la "cuenta de la vieja". Una vez bajados los precios, supongamos que en el año 2016 el empresario ingresó por venta de localidades 100.000 euros; de esa cantidad, 21.000 tuvieron que ser luego liquidados –con las compensaciones fiscales correspondientes– con Hacienda en concepto de IVA. Pero en la temporada de 2017, cuando anunciaron que los precios no se subían, de aquellos otros 100.000 euros que ingresó, con el fisco tuvo que hacer la misma liquidación, pero ahora sobre 10.000  euros. ¿Donde se quedaron esos 11.000 euros de diferencia? Una cosa es segura: en el bolsillo de los espectadores, no. Como es lógico, habría que añadir todos los matices técnicos de esta fiscalidad, para no ser tan elementales. Pero lo único seguro, con matices y sin matices, es que la diferencia no trabajó en beneficio del espectador que paga.

 

Un ejemplo real. A raíz de la nueva fiscalidad, la plaza de Bilbao aplicó le medida de Hacienda. La diferencia en los precios no es precisamente marginal, como puede advertirse en el siguiente cuadro:


  La doble columna de cada año corresponde  al precio máximo y mínimo


Si diferencias como las que ahí se indican para localidades suelta ya resultan muy apreciables, cuando se aplican a los abonos, tal diferencia crece de forma importante; nada digamos en caso como el de Madrid, con 34 tardes de toros en la primavera, o de Sevilla, que programa 23 espectáculos en el año. 

 

Por eso el sofisma de algunos empresarios taurinos se cae por su propio peso; nos dan razones que nadie se puede creer, por más que repitan sus cantinelas con ocasión y sin ella.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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