Bilbao, 23 de agosto de 2010. Media entrada. Toros de Fuente Ymbro, desiguales de presentación y escaso juego. El Fandi (marino y oro) palmas y palmas. Miguel A. Perera (caña y oro con cabos negros), ovación y silencio. Daniel Luque (champan y oro con cabos negros), ovación y vuelta.
La tarde iba de “nones” a tumba abierta. La corrida de Fuente Ymbro nada tenía que ver con la última de Pamplona y para los toreros representaba un esfuerzo baldío. Pero en esas salió el sexto de la tarde, un poco zambombo, que tenía más espíritu “jandilla” que sus hermanos y la fortuna le deparó encontrarse con un nuevo Daniel Luque, que nada tiene que ver con aquel del calvario del principio de temporada. Por lo menos de la plaza salieron los espectadores con mejor cara, después del muermo de corrida que venían padeciendo hasta ese momento.
A más a más, Ricardo Gallardo tuvo la mala fortuna de lidiar su corrida justamente después de la que ayer echaron en Vista Alegre los ganaderos de Alcurrucén. Y claro, no resistía la menor comparación. La prueba del nueve: a igual peso, no la mitad de trapío. Pero si nos olvidamos de la comparación, la realidad es que a la corrida le falto remate en la presentación y tuvo muy bajos los niveles de casta. Nada de lo que esperaba. En el lenguaje bilbaíno se diría que “sin fundamento”. De ahí, la decepción.
El sexto, de 602 kilos, que había cumplido sin más en los primeros tercios, luego fue a más en la muleta, en buena medida por los terreros que buscó su torero, dándole la distancia justa y embarcando desde el principio las embestidas. Y a partir de ahí, Luque se gustó en las sucesivas series con ambas manos y en la misma medida nos gustó. Como, además, es torero de raza, la faena fue a más. Si con la espada hubiera andado mejor, oreja segura; pero la vuelta al ruedo fue de las de verdad. En cualquier caso, el premio es lo de menos; lo relevante es cómo se ha recuperado este torero, que no será la quintaesencia del pellizco, pero tiene un papel que jugar en los ruedos. Con el tercero cumplió sobradamente.
Que El Fandi se ha ido consolidando, ya se escribió en su día. Hoy se pudo comprobar, un día más. Lo que ocurre lo que tenía por delante daba pocas o nulas opciones para el lucimiento. Tarde de vacío, porque para colmo no era su día con los palos.
Miguel Ángel Perera hizo un esfuerzo importante con el quinto de la tarde, que tenía sus dificultades. Se puso en el sitio, incluso con mayor reiteración de la debida. Pero lo que hizo era meritorio, aunque la mayoría del respetable no se enterara, o no lo entendiera, hasta el punto de que unas tibias palmas se mezclaron con pitos. Con su primero vimos al Perera de los arrimones en la cercanía, que era lo único posible. En ambos, la espada sigue siendo su cruz.
Otro sí:
Para la corrida del martes es baja forzosa Cayetano, con la clavícula rota, como ya se sabe. La Junta Administrativa ha decidido que lo sustituya Leandro, que completará el cartel que forman Morante de la Puebla y Sebastián Castella, con toros de El Tajo y la Reina. La expectación crece; la venta de localidades, también.
0 comentarios