n Faena con importancia de Álvaro Lorenzo
VALENCIA.. Primera de la feria de Fallas. Un tercio de entrada. Toros de Alcurrucén, de correcta presentación, de escaso fondo y raza, aunque nobles; el mejor el 6º. Juan Bautista (De verde botella y oro), ocasión y silencio. Fortes (de marino y plata), ovación y silencio. Álvaro Lorenzo (de azul cobalto y oro), silencio y una oreja.
Una faena con importancia dejó en el ruedo valencia el nobel Álvaro Lorenzo con el toro que cerraba la tarde. Fue el mejor, diríase que el único, de los de Alcurrucén que se lidiaron en esta primera de feria. Corrida muy desigual en edad, con toros próximos a cumplir os seis años y otros dos que viniendo a cumplir la edad reglamentaria en Valencia. Pero su juego fue escaso, porque la falta de raza no permitía lucir la nobleza de sus embestidas.
Álvaro Lorenzo supo aprovechar sobradamente las buenas condiciones que afloraron en el 6º, para ligar una faena muy interesante, cuyos pasajes más logrados llegaron sobre la mano derecha. Un conjunto armónico, que deja al novel torero bien situado en esta su primera temporada en el escalafón superior. Prácticamente inédito había quedado con su deslucido primero.
Cumplieron con aseo tanto Juan Bautista como Fortes, con sus respectivos lotes. Buen oficio en el torero francés y una sensible mejoría técnica en el malagueño.
Con esta corrida debutaba al frente de los micrófonos del canal de Pago “Toros” su nuevo comentarista: Francisco “Chapu” Apaolaza. Muy bien apoyado por el mucho oficio y los conocimientos de Emilio Muñoz, cumplió sobradamente para ser su primer compromiso.
n Cuando Morante sueña el toreo
Un torero recorte de Morante (Julio Palencia/Cadena SER) |
ILLESCAS (Toledo). Lleno de “No hay billetes”. Toros de José Vázquez, muy manejables; se dio al ruedo al 6º y se indultó indebidamente al 6º. Pepe Luís Vázquez (de rioja y azabache), vuelta al ruedo y ovación. Morante de la Puebla (de azul noche y oro), dos orejas y pitos. José Mª Manzanares (de marino oyo), una oreja y dos orejas y rabo simbólicos.
Cuando Morante sueña el toreo, la plaza cruje. Es lo que ocurrió durante la lidia del segundo de la tarde. Cuenta Zabala de la Serna que “en redondo el tiempo fue un reloj de arena. Curvo el trazo, el mentón clavado, la plomada de la belleza. De aquella serie de seis derechazos y el de pecho la buena embestida salió con el aliento contado. Morante exige mucho a los toros aunque no lo parezca. Quedó con una placidez el viaje del toro como para que el torero de La Puebla cuajase una tanda al natural para la memoria. Una tanda de cuatro formidables y un quinto para la eternidad. Aún hoy su eco resuena en la solitaria planicie de La Mancha”. Con el más complicado 5º, tiró a abreviar.
Con el indultado “Fusilero” –que no era de vacas– José María Manzanares se dejó ver “con su habitual elegancia y templanza, muleteó a su primero, y se cansó de dar muletazos al excelente sexto, al que se le perdonó la vida. Excelente porque era un pan bendito en la muleta, pero el caballo ni lo olió”, en opinión de Antonio Lorca.
Abría cartel el reaparecido por un día Pepe Luis Vázquez. “No ha cuajado faena –escribe Andrés Amorós— , sólo ha dejado detalles de ese toreo «de cristal fino, fino,/ la elegancia ignorándose de la naturaleza». Alguna vez, corre la mano con naturalidad y sencillez, dibuja un doblón. Toda la Plaza está empujándolo pero no hay opción a más. En el cuarto, complicado, pasa un momento de apuro serio, que felizmente se resuelve sin consecuencias. En los dos, mete la mano con habilidad, a la hora de matar, y recibe el cariño del público”.
n Acontecimiento social en Morón, con triunfo general
El abrazo entre los dos hios de "El Cordobés", en el 6 º de la tarde (Pepe Ortega/ABC) |
MORON (Sevilla). Lleno de “No hay Billetes” Toros de Las Monas, de escasa presencia. Diego Ventura, una oreja y dos orejas. Manuel Dñiaz “El Cordobés”, (de turquesa y oro), dos orejas y dos orejas. Julio Benítez (de marino y oro), dos orejas y una oreja.
“Más flashes que toreo en el reencuentro de los hijos de El Cordobés”, escribe Álvaro R. del Moral, quien resume la tarde de manera directa: “Discreta dimensión taurina del acontecimiento que sí logró llenar la plaza de Morón pero en el que se echó de menos al veterano diestro de Palma del Río”.
Acerca de la actuación de Manuel Díaz, señala Carlos Crivell que “sorteó en primer lugar un toro de gran calidad. Toreó durante quince minutos; algunas veces más reposado; otras más acelerado, pero lo que Manuel quería era dar su salto de la rana y tirar los avíos en un desplante final. El segundo de su lote tenía más problemas. Ahora ya puso en marcha toda su capacidad de conexión popular para dar muletazos sueltos a media altura mientras con la mirada lograba que el tendido se rompiera las manos ante su evidente desparpajo y simpatía”
Y sobre la actuación de Julo Benítez, Lorena Muñoz constata que salió “dispuesto a no dejarse ganar la pelea”. Y para ello, “en el tercero, al que le cortó dos trofeos. Los primeros muletazos fueron de rodillas antes de sacarlo al centro del anillo donde se templó en el toreo en redondo. Igual que en el inicio, abrochó la faena «de hinojos», clavado en el albero. Otra oreja se llevó del sexto y aunque el momento más emocionante había llegado en el brindis aún quedaba ver a Julio hacer el salto de la rana. Se llevó una fea voltereta por fortuna sin consecuencias”
Abría terna el rejoneador Diego Ventura, que brilló a muy buen nivel.
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