MADRID. Ultima de la temporada. Casi media plaza. Toros de Palha, bien pero desigualmente presentados y de escaso, excepto el 6º. Sánchez Vara (de rosa y oro), silencio y silencio. Hernán Ocampo “Guerrita Chico” (de rosa y oro con cabos negros), que confirmaba la alternativa, silencio y silencio tras aviso. Israel Lancho, Israel Lancho (de gris plomo y oro y plata, con cabos negros), silencio y pitos.
La festividad del día y el reclamo de los toros de Palha llevaron más público de lo habitual a la Plaza de Las Ventas, en esta última corrida de la temporada, que ha supuesto en cierre bastante gris, tanto como frío hacía en los tendidos.
El ganadero portugués, después de dos años ausente de Madrid, trajo una corrida de adecuada presentación, aunque desigual de hechuras; luego a la mayoría le falta ese punto de raza, indispensable para que la lidia tenga la emoción necesaria. Aunque la mayoría resultó toreable pero sin chispa, destacó sobre todos la calidad del 6º, al que se le pegó una barbaridad en el caballo y a pesar de eso llegó al tercio final metiendo bien la cara. Pese a todo, esta corrida en otras manos habríasido otra cosa.
Con un lote muy poco agradecido, Sánchez Vara demostró en esta vuelta a Madrid tras 6 años sin pisar Las Ventas, el oficio bien aprendido que tiene. De hecho, lo más destacable fue su dirección de la lidia, de la que estuvo siempre pendiente y que en los toros de Lancho tuvo que llevar en su integridad, ante la pasividad de su matador, recostado mientras tanto en los tableros. Hasta tal punto que se tuvo que jugar el tipo para sacar del caballo al que cerraba plaza. Con dispar suerte banderilleó a sus dos enemigos; en el 4º compartió el primer par con el previo salto de la garrocha a cargo de su “tercero”, Raúl Ramírez, en un episodio muy celebrado por los tendidos. Y en ambos trató de meter en la muleta las renuentes embestidas de sus dos “palhas”. Una tarde digna la del torero alcarreño.
A los 13 años de su alternativa en Cali, confirmaba alternativa en Madrid el colombiano “Guerrita Chico”. Cumplido su deseo, la actuación del torero resultó bullidora, pero carente de quietud y, sobre todo, de profundidad, con muletazos siempre muy cortos y hacia las afueras, sin llevar en ningún momento hilvanado en los engaños a su enemigo. Lo mejor, los lances de recibo al 5º de la tarde.
Triste la tarde de Israel Lancho, con escasos progresos desde la última vez que actuó en el ruedo de la capital. Se le fueron en blanco los dos primeros tercios, con un muy deficiente manejo del capote y desentendiéndose por completo de la suerte de varas, tanto que hasta se retiró a las tablas cuando aún sus dos toros estaban bajo el caballo; lo peor es que ninguno de sus hombres le advirtió de semejante actitud. Puede resultar más o menos comprensible que nada pasara con su primero, lo que da mucho que pensar es la forma en la que se le fue el 6º, con diferencia el mejor del encierro. A pesar de la pésima lidia que tuvo el de Palha, regaló unas embestidas por los dos pitones como para cortarle la oreja, un objetivo que con las formas y la colocación de Lancho resultó un imposible absoluto. Por eso le censuraron los aficionados.
0 comentarios