Un año taurino condicionado por la crisis social y económica

por | 15 Oct 2011 | Punto de vista

Será muy interesante estudiar el impacto real de la crisis económica en la Fiesta de los toros. Aunque la tradicional opacidad de los taurinos no permitirá operar con datos verdaderamente reales, las estimaciones que se hagan sobre el soporte de las cuentas públicas.

Pero hay datos que, sin poder cotejarlos documentalmente, están poniendo en evidencia parcelas importantes de las cuentas taurinas. La primera, es la manifiesta reducción de público en los tendidos, fenómeno del que no se ha librado ninguna plaza, por más que en lugares como Madrid la obligatoriedad del abono y el alto número de abonos en manos de empresas mercantiles maquilla la realidad. Pero algo no ha ido bien cuando Taurodelta ya ha recomendado al Gobierno de la Comunidad de Madrid que baje el canon y permita subir el precio de los localidades.

Otro dato posible de constatar: el alto número de pueblos que o han suprimido su aportación económica a los festejos, o sencillamente han reducido la aportación y las propias ferias.

Un factor de difícil comprobación, pero que si nos atenemos al criterio unánime que se maneja el mundo taurino:  la cotización a la baja, y tan a la baja, del precio que se ha pagado tanto por muchas corridas de toros y novilladas y la regresión manifiesta en lo que han cobrado la mayoría de toreros, figuras al margen. Sobre datos comprobados, y con apoyos económicos municipales, por seis utreros se ha pagado en muchas plazas menos de 13.000 euros y cada novillero se conformo con menos de 4.000. En una corrida de toros, al ganadero se le ha dado en el entorno de 18.000 euros y a cada matador menos de 8.000. Y si uno se descuida, con tal de tener algo de liquidez para mantener el campo, las reses se han vendido por debajo de esos precios y otro tanto han hecho los toreros al fijar sus honorarios.

Si el publico se retrae, si hay localidades que tienen que renunciar a ofrecer espectáculos en sus fiestas, si los gastos propiamente taurinos hay que reducirlos, no hace falta tener muchos más elementos de criterio para concluir que la crisis ha tenido un serio impacto sobre la Fiesta.

Frente a esta realidad lamentarse sirve de poco. Se hace necesario que el conjunto de los profesionales, pero también las instituciones públicas propietarias de plazas, tienen que replantearse las bases económicas de la Fiesta por una razón sencilla: las actuales ya no pueden sostenerse.

Si un elemento clase ha sido el impacto de la crisis, el otro que ha definido el año taurino, en España y fuera de ella, ha sido el enrarecimiento del clima social en torno a la Fiesta. El caso emblemático ha sido, evidentemente, el lamentable cierre de Barcelona, fruto del acomplejamiento de una mayoría de la clase política ante una pequeña minoría muy activa y de la desidia del mundo taurino a la hora de responder a estos retos, que tan sólo lo hicieron cuando la situación era prácticamente irreversible.

Pero Barcelona, con ser grave la situación, no es más que es el símbolo. Mucho más grave debiera considerarse el creciente clima social que esas minorías están  creando, mientras quienes amamos la Fiesta nos entretenemos hablando de la faena de Fulanito o detal toro que lidió Menganito.

Resulta muy recomendable entrar en las reses sociales. Se observa entonces como el activista argentino que vertebró el movimiento antitaurino de Barcelona, viene haciendo lo mismo en México DF. Se comprueba como un mismo manifiesto antitaurino se reproduce literalmente en todas las latitudes, sustituyendo tan sólo el país o la ciudad en el que se difunde. Se comprueba, en fin, como están funcionando de forma coordinada estas organizaciones de los animalistas, que se repiten unos a otros con cualquier ocurrencia o cualquier hecho que pueda hacer daño a la Fiesta.

Este deterioro de la imagen que se proyecta sobre la Fiesta tiene una apreciable incidencia entre los jóvenes y aparece amplificado por formaciones de la izquierda social y política –que por cierto desconocen cuales fueron los comportamientos de sus antepasados–.

Frente a esta realidad, el mundo taurino en su globalidad –desde las instituciones públicas a los aficionados, pasando por toda suerte de profesionales–  deberían haber reaccionado hace ya tiempo, respondiendo con los mismos medios a esta ola de descrédito que injustamente lanzan sobre la Fiesta. Cada día de demora en afrontar este empeño hará más difícil y problemática la situación, que luego todos lamentaremos.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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