Triunfo sólido de Pepe Moral, con un gran toro de Adolfo Martín

por | 8 Jun 2018 | Temporada 2018

MADRID. Trigésimo segunda del abono de San Isidro. Tarde de lluvia fuerte, que luego se transformó en soleada. Más de tres cuartos de entrada: 20.431 espectadores (84,5% del aforo). Todos de Adolfo Martín, serios y encastados, destacando la calidad del 5º, para el que se pidió con fuerza la vuelta al ruedo, que el Palco no concedió. Manuel Jesús “El Cid” (de tabaco y oro), herido.  Pepe Moral (de tabaco y oro), silencio, silencio y una oreja. Ángel Sánchez (de marfil y oro), que tomaba la alternativa, ovación tras un aviso, silencio y palmas.

 

Parte facultativo de ”El Cid”:Herida por asta de toro en el tercio medio de la cara interna del muslo derecho con una trayectoria ascendente de 20 cm. que produce destrozos en musculatura aductora y vasto interno. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros, siendo trasladado al hospital San Francisco de Asís. Pronóstico: Grave, que le impide continuar la lidia. Fdo: Dr. García Leirado”.

 

El tiempo anda muy loco, como bien se comprobó una tarde más: en menos de una hora, una tormenta tremenda y luego sale sol como si quisiera secar al personal. Pero los aficionados son muy cuerdos y en este viernes han solicitado con toda razón la vuelta al ruedo para un gran toro de Adolfo Martín, por nombre “Chaparrito”. A lo mejor por la experiencia de su colega el día de los “saltillos”, pero  el de hoy no llegó a darse cuenta de la clase de toro que se iba a arrastrar, o no se atrevió a afrontar el riesgo de una decisión, cuando optó por guardarse para sí el pañuelo azul. Recordemos con don Mendo que tan malo es pasarse como no llegar. [Para no echar sal en la herida abierta, omitamos comentarios; sólo un dato: quien ocupaba el Palco era precisamente el mismo que ordenó la sorpresiva vuelta al ruedo para un  toro Rehuelga para el que en junio de 2017 nadie la pedía;en todo caso, más méritos había acumulado otro de sus hermanos]

 

Pero ese error presidencial en nada empaña a la hora de sostener que Adolfo Martín ha echado en Madrid una corrida importante. Con sus problemas, claro está, porque todos tenían subidón de casta, de la buena y de la menos buena, que ambas opciones siempre son exigentes para los toreros. Por entendernos, ninguno resultó ser un  “toro predecible”, de los que inundan los tendidos de aburrimiento.

 

Por lo pronto, no era exagerada de presentación, si se mide por peso y por volumen; pero era muy pareja y muy seria; abundantemente poblada por delante, toda ella ofensiva. Si se pasa revista primero a lo negativo, ni 2º ni 3º tuvieron un pase, ambos con peligro y sin fijeza alguna; al 4º le sobraron muchos kilos de aspereza, que parecía que lo habían criado a base de lija del 5.  En cambio, el que abrió la tarde, para la ceremonia de grado, regaló nobleza, aunque fuera tardo y poco repetidor. Fue colosal el 5º,  que entra de forma destacada en el grupito de los toros de la feria. Sabios tiene la Tauromaquia, pero a lo mejor si al 6º no se le pega tanto en el caballo, se habría salido de dudas sobre comportamiento con mayor recorrido.

 

Un respeto para Manuel Jesús “El Cid”, al que en los primeros compases de la tarde el 2º lo ha metido en la cama. Por ende, el festejo quedó en un improvisado mano a mano de un torero muy hecho, como Pepe Moral, y otro que aún está por hacer, Ángel Sánchez,  al que hay que reconocer la osadía de aceptar tomar la alternativa en Madrid y con una corrida como la de Adolfo Martín.  

 

Moral con toda lógica, porque este “adolfo” era compañía no recomendable,  se limitó a igualar al toro que había herido a su compañero, para dejar una estocada entera. En su segundo turno se juntaron dos adversidades: uno de los chaparrones más fuertes y molestos del abono y un “adolfo” con mucha guasa. El sevillano, que había estado muy decidido con el capote, trató de meterlo en la muleta; inicialmente a base de suavidad de la que no molesta, luego tratando de apretarle sobre la mano derecha. Ni a un estímulo ni al otro respondió el “albaserrada”. Solo restaba mostrarse eficaz con los aceros. Y se mostró.

 

Con el presagio que había salido el sol, apareció  el cinqueño que atendía por “Chaparrito. Pelea bien en el caballo y siempre mete la cara con humillación y mucha clase. Y allí que apareció por tercera vez Pepe Moral, buscando siempre un toreo despacioso, ya fuera sobre la mano derecha ya con la zurda. Faena sólida, en la que además regaló muletazos de verdadero cartel. Tras un pinchazo, mató por arriba y con decisión. Suya fue una legítima oreja. Unos honores que el Presidente de turno no quiso conceder a su colaborador “Chaparrito”. 

 

Ningún agobio tuvo el nuevo matador de toros para mandar al desolladero a sus tres toros; se le vio dispuesto y con los mejores propósitos. Cantar distintos es si contaba con el equipaje de formación necesario para este fuerte reto. Decepcionar, la verdad, no decepcionó a nadie; el triunfo, en cambio, le quedaba algo lejos. Puso sus notas de empaque y de buen gusto durante la lidia del toro de la ceremonia, al sobre todo con la izquierda  lo llevó muy templado. Por su forma de tardear y no repetir, el toro dificultaba que la faena tomara vuelos. Pero Ángel Sánchez rayó a un nivel razonablemente bueno. Ni con el complicado 4º, ni con el poco definido 6º, tuvo dudas la hora de prepararlos para la muerte, que era lo que procedía. Probablemente el resultado final de esta tarde tan importante no habrá el que soñaba el torero. Puede tener la tranquilidad de que ha estado muy digno en medio de las complicaciones. Ahora toca rodarse.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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