PAMPLONA. Cuarta del abono de San Fermín. Lleno total, en otra tarde muy agradable.
Toros de Jandilla (Borja Domecq) –1º y 6º con el hierro de Vegahermosa–, con 555,8 kilos de promedio, 3º y 4º cinqueños; bien presentados y con abundante arboladura, alguno como el 4º de tantos pitones resultaba hasta antiestético. Cumplieron ante el caballo y para la lidia, 3 y 3: tres con embestidas nobles, humilladas y largas, muy especialmente el 3º, aunque con el pero de su flojera de manos y su mucho escarbar, pero también el 1º y en mucho menor tono el 5º; los otros tres con más problemas, distracciones y asperezas.
Diego Urdiales (de azul pastel y oro), ovación tras un aviso y silencio. Sebastián Castella (de malva y oro), silencio y una oreja. Andrés Roca Rey (de
celeste y plata), silencio tras dos avisos y silencio.
El encierro: El cuarto encierro discurrió con la manada agrupada en torno a los cabestros. Ha sido uno de carrera rápida, que ha permitido cubrir los 850 metros del recorrido en apenas 2 minutos y 19 segundos. No se produjo ningún herido por asta de toros, sino contusiones y caídas.
Roca Rey domina la escena. Incluso por encima de las entusiastas peñas pamplonesas. Hoy por hoy es el que más arrastra a los tendidos. Estando en esta Monumental, no podían faltar algunas notas más populistas, pero en el toreo fundamental, de forma notaria con el 3º, dejó un toreo de calidad; lo volvió a intentar, aunque con menor nivel con el que cerró la función. Pero como la lesión en el hombro es real, en ambos pasó un purgatorio a la hora de matar.
Aunque en Pamplona y con el primer toro, también cuando el toreo se hace sobre la base del empaque, el temple y la lentitud los tendidos responden. Por eso el personal se conmovía con el toreo de calidad de Diego Urdiales, de tanto sabor y ese regusto especial. No funcionó la espada y dejó en el camino la oreja. Se fajó con el violento 4º.
Tuvo que tirar a abreviar Sebastián Castella con el complejo 2º, pero se explicó con muy buen tono frente al 5º, al que supo tocar las teclas necesarias para llevarlo por abajo y muy metido en los engaños, especialmente sobre la mano derecha. Como mató por derecho y arriba, para el torero francés fue la única oreja de la tarde.
0 comentarios