Por ahora es la última aportación a la literatura taurina. Se trata de un estudio verdaderamente amplio y muy detallado, en este caso centrado en el régimen jurídico que delimita la figura de los toreros. Una materia poco estudiada y, sobre todo, hasta ahora no contemplada en la globalidad de todas sus derivaciones. Su autor, estudioso ya acreditado el Derecho taurino, es Luis Hurtado, profesor de la Universidad de Sevilla.
Junto al interés en sí mismo que tiene este trabajo, llega en un momento muy oportuno, cuando en los sectores taurinos hay muchos frentes abiertos, a los que este nuevo libro, titulado “Toreros y Derecho”, da una respuesta detallada.
Pero, además, es una prueba más de ese “paraguas” protector quela Fiesta tiene entre muchos investigadores e intelectuales. A pesar que los sectores profesionales no terminan de valorar en toda su medida la importancia que tienen todos estos trabajos, nacidos la mayoría del ámbito académico, constituyen unas aportaciones sustantivas para afrontar los problemas actuales.
El libro
La lidia de toros, como actividad profesional que es desde hace siglos, suma muchas características, entre ellas la de destacar extraordinariamente a quienes la ejercen. El torero, que lo es por ejercerla, no resulta persona indiferente o anónima y sí una auténtica “figura social”, foco permanente de atención, curiosidad y, por lo general, estima y admiración popular, cuando no de auténtico entusiasmo y fascinación, ya en el ruedo, ya fuera de él. Y esto ha tenido y tiene su lógica correspondencia en el Arte, en la literatura, en los medios de comunicación (mucha, hoy, en la llamada “prensa rosa”, tal vez demasiada)… que así lo reflejan y aun exageran.
Son bastantes las virtudes –y, desde luego, también los defectos- que en la práctica del toreo se manifiestan y que probablemente sean lo que explique esta humana atracción por sus protagonistas: el valor, la destreza, la estética…
Pero, como profesión, el toreo también es objeto de normas jurídicas, quizás más de las que cabría esperar, unas generales, otras específicas, mediante las que se regulan sus distintas fases o etapas y, por tanto, las muy variadas y singulares relaciones jurídico-privadas que los toreros entablan (el contrato de apoderamiento, el de formación de la cuadrilla y, sobre todo, el laboral de actuación de ésta en la plaza) y, en tanto que profesionales, también sus relaciones con la Administración Pública (con la gubernativa –en el caso de sanciones por infracciones cometidas durante o con ocasión de la corrida-, con la Tributaria –a efectos, básicamente, del Impuesto sobre la Renta-, con la de Seguridad Social –afiliación, cotización, prestaciones de desempleo, jubilación…-, etc.).
Pero prácticamente todas estas normas que la regulan y someten la profesión taurina han sido dictadas para ella, a fin de dispensarle un tratamiento jurídico especial, distinto -incluso muy distinto- al de las actividades profesionales normales.
El motivo de esta especialidad es evidente para la muy escasa doctrina jurídica que hasta el momento la había tratado: la acusada singularidad de la realidad que constituye el objeto de tales normas. Casi todo es diferente en la profesión taurina: el acceso, la contratación, el retiro… De aquí que el legislador haya considerado necesario que también lo sea su régimen administrativo, el laboral, el de Seguridad Social… Y cuando, en algunos de otros ámbitos, las leyes no contemplan de manera tan diferenciada sus particularidades (sucede esto, por ejemplo, en materia tributaria), han sido los tribunales los que, al aplicar esas normas generales, no han tenido más remedio que buscarles una interpretación a la medida.
Al estudio de toda esta regulación positiva, su doctrina y jurisprudencia se dedica el libro Toreros y Derecho (Editorial Tirant Lo Blanch, 2013), que no se limita a una mera descripción del contenido de las diversas ramas de la ordenación jurídica de la profesión taurina (que también), sino que pretende contribuir a su mejor conocimiento mediante el señalamiento y, en la medida de lo posible, la resolución de las muchísimas dudas y problemas de fundamento, interpretación y aplicación que dichas normas plantean.
El autor
Luis Hurtado González, Doctor en Derecho, es Profesor Titular de la Universidad de Sevilla. Junto a los trabajos de investigación propios de su especialidad, en materia taurina empezó en 2007, con la publicación de su “Legislación taurina, estatal y autonómica” (Editorial Tecnos), que va ya por su 2ª edición (2012) y que, demás de varios artículos en prensa diaria, ha publicado también en la Revista Andaluza de Administración Pública (nº 83/2012) un reciente artículo doctrinal sobre las “Cuestiones competenciales sobre la fiesta de los toros: a propósito de su posible declaración legal como bien de interés cultural”.
La obra
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