Que al año taurino de Madrid, resulta un evidencia. La lógica lleva a pensar que de cara a 2014 algo habrá que cambiar. Entre otras cosas, porque una vez que se ha esfumado la posibilidad de los Juegos Olímpicos, hay que replantearse la cubierta de la plaza.
De hecho, los responsables de Taurodelta ya se han reunido con la Comunidad de Madrid, como propietaria del coso, para hacer un primer balance del año taurino, y se supone que económico, y para empezar a estudiar las opciones posibles para la nueva temporada.
Por lo pronto, ya se ha despejado una incógnita: en 2014 no habrá cubierta. Para natural que, después del fiasco de los técnicos contratados en 2013 con tal fin, ahora ese tema se tome con calma, sobre todo la ausencia de la presión de la Olimpiada da margen para reestudiar el asunto y hacer un planteamiento con un carácter desprovisto de la provisionalidad que tenía el del pasado invierno.
Pero queda por tomar decisiones en el núcleo fundamental: la nueva temporada y la política de gestión y de precios que se sigue para que, sin salirse de las condiciones de adjudicación de la plaza, poder afrontar lo que se adivina como otro año taurino muy complicado con la crisis.
Y así, en los últimos años se había optado por el doble abono de la primavera taurina –uno obligatorio y otro voluntario–, que salvo en el primer año luego fue viniéndose a menos. Además, levantaba el rechazo de un sector de los aficionados, que nunca fueron partidarios de esta fórmula.
En esta materia, de acuerdo con los datos que facilitó la redacción taurina de la SER, la idea que parece prosperar es la de un único abono en San Isidro, que se compondría de un total de 31 festejos, con la Corrida de la Prensa, como es habitual, fuera del bloque.
Con todo, la idea que probablemente será mejor recibida es que el abonado no tenga que adquirir necesariamente las entradas de las 30 tardes, sino que podrá abonarse a 23 de ellas – 18 corridas de toros, tres novilladas y dos de rejones–. De esta selección, en tanto se mantiene fijas las novilladas y los rejones, los abonados podrán elegir las 18 corridas que más le interesen.
Como se recordará, las principales organizaciones de aficionados de Madrid vienen solicitan desde hace tiempo estas dos fórmulas; la unificación del abono y la posibilidad de adquirir sólo una pate del mismo. En el fondo, reducir en una semana la obligatoriedad constituye un modo de facilitar económicamente su adquisición, además de permitir el derecho a elegir.
Pero como viene ocurriendo en otras, se está estudiando el impacto que pudiera tener una reducción en el precio de las localidades y, consiguientemente, de los abonos. Probablemente no resulte de aplicación en lo que es el ciclo feriado, pero sí en buena parte del resto de la temporada.
Complementariamente, que ese paquete de reducción de precios fuera de aplicación para las corridas de toros fuera del abono, que pasarían a ser más numerosas, reduciendo paralelamente el número de novilladas.
La nueva política de precios hay que reconocer que en unas plazas ha funcionado mejor que en otras. En Albacete, por ejemplo, fue un éxito, bien que en éste caso se trataba de su feria. Pero en cualquier sería una medida bien recibida, como ocurriría modificar se modificara al alza el número de corridas de toros, cuyo escaso número durante 2013 fue otro de los motivos de queja de los aficionados.
Pero todas estas innovaciones precisan de ser negociadas con la Comunidad, dado que al haberse adjudicado la explotación de la plaza en un concurso público las condiciones no pueden verse alteradas, pero sí cabe buscarles un encaje jurídico adecuado. Desde luego, si es desde e unto de vista del aficionado, no habría mayor dificultad. Sin embargo, no es posible saltarse por las buenas las condiciones del contrato, sino que hay que hacerlo dentro del marco que se establece para las contrataciones con las Administraciones Públicas.
Pronto empieza el rum-rum
Todo este planteamiento está lleno de lógica, en primer término taurina, pero también empresarial. Pero, además, responde bastante a las actuales condiciones económicas en las que hay que desenvolverse, con el número de abonados a la baja y el índice de ocupación de las localidades en un retroceso aún mayor durante el resto del año.
Pese a esta realidad, cuando aún resta un año –que pueden ser 3, si Taurodelta se acoge a la posibilidad de la prórroga prevista– para que concluya el actual contrato de arrendamiento, ya se han desbocado en algunos corrillos taurinos las especulaciones de quien gestionará la plaza en el 2015. Y eso teniendo en cuenta que el criterio unánime sigue siendo que Las Ventas tienen que mantenerse como plaza de temporada, con cuanto todo ello supone en el orden económico.
No se puede distinguir a ciencia cierta si son especulaciones con algún grado de fundamento, o se limitan a ser “charlas de café”, ahora que el invierno taurino se vuelve tan aburrido. Pero de todo ello se habla.
Incluso ha habido especulaciones acerca del interés de algunas empresas mexicanas dispuestas a hacerse con la gestión de Las Ventas. En paralelo, se discute quien sería el profesional español que estaría al frente de la gestión. Las quinielas son de lo más diversas. No sería extraño que hubiera aquí una amplia dosis de imaginación.
Aparte de que sea trata de una posibilidad extracomunitaria, con lo que cambia de forma sustancial las posibilidades de contratación con una empresa de otro país, no parece que el modelo azteca sea precisamente el más idóneo para la primera plaza del mundo. En cualquier caso, todo eso hay que tomárselo con muchísima paciencia. Queda por lo menos un año y en 2015 cualquiera sabe hoy como estarán las cosas. Las taurinas y las económicas.
0 comentarios