BILBAO. Segunda de las Corridas Generales. Menos de un tercio de plaza. Toros de Torrestrella (Álvaro Domecq Romero), desiguales de presencia y variados de capa; en conjunto, bajos de raza y sin ritmo; tuvieron mejor condición 3º y aunque con su punto de violencia el 6º. Román (de grosella y oro) ovación y vuelta al ruedo. Álvaro Lorenzo (de azul pastel y oro), silencio y silencio. Luis David Adame (de malva y oro). una oreja y una oreja.
Incidencias: Al entrar a matar a su primero, Luis David Adame se hirió en la boca con el pomo de la espada; fue asistido en la Enfermería. Excelente Sergio Aguilar lidiando al 5º.
Tarde desvaída, con muy poco púbico y unos niveles de exigencias que rayan el mínimo. Esta segunda del abono bilbaíno tuvo una historia reducida. Un bullicioso Luis David Adame y un centrado Román, junto a un Álvaro Lorenzo con un lote infumable.
Pero lo de Torrestrella ha caído bien en Vista Alegre; hoy hasta se pidió –de forma incomprensible– la vuelta al ruedo para un toro. Pero la policromada corrida tuvo bastante poco dentro. Baja de raza y desplasándose al tran-tran, tuvo un juego sensiblemente mejorable. Y una de dos, o el piso de plaza no está en las condiciones debidas –que es probable–, o todos los ejemplares blandearon. Con más enjundia el lote de Adame; todo lo contrario el de Álvaro Lorenzo. [A la salida alguien comenta que el 5º –“Polvorón 1”, de nombre– ya estuvo enchiquerado en Bilbao en 2018, bien que como sobrero; ahora ha vuelto a los chiqueros de Vista Alegre con un año más, para nada bueno habría que añadir.]
Paso a paso, Román vuelve a su ser, tras el tabacazode Madrid. Como va adquiriendo la madurez que sólo da el oficio y el tiempo, por Bilbao ha pasado muy centrado, entendiendo las condiciones de sus dos enemigos y buscando hacer las cosas bien. En esta ocasión dejó, sobe todo, unas series sobre la izquierda con importancia. Aunque de forma habilidosa, también parece haberle cogido el sitio a la espada.
Mal fario con el lote que correspondió al toledano Álvaro Lorenzo, que tan buen concepto tiene del toreo. En esta ocasión dejó destellos sueltos, pero sin poder redondear al menos una serie de muletazos con enjundia. Pero sigue teniendo crédito.
Bullicioso y entregado, haciendo de todo un poco, aunque fuera a empellones, Luis David Adame llegó a la fibra de los que había en la plaza. Lo de las orejas, mejor dejarlo para otra ocasión; fundamento no tuvo ninguna de las dos. Pero al mejicano, siempre animoso, hay que reconocerle que no pierde ocasión de hacer lo que sabe y puede. Hoy tuvo el lote de cara, aunque no fácil, con el cumplió holgadamente. Pero cuando se colocaba como es debido, como ocurrió con el 6º, los muletazos salían limpios y largos; en otros omentos iban más al barullo. Le ha cogido el sitio a una forma que se parece al recibir, y se muestra eficaz con el acero. Y eso sí: a su favor hay que anotar que caminando de la mano de Billeres, no elude torear corrida menos apetecibles.
Otrosí
Si este martes Ponce y Urdiales no animan la taquilla, va a ser como para hacérselo mirar, porque el abono bilbaíno ha cogido una racha por demás preocupante. Desde tiempo inmemorial el inicio del ciclo ha sido siempre el más flojo en asistencia a Vista Alegre. Pero nunca en la gran dimensión de este 2019. Hasta la plaza suena diferente, con el eco de tanto tendido vacío. Y para don Matías en el palco, un compromiso: la mayoría se juega en un par de docenas de pañuelos. Esto sí que necesita un VAR.
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