Tampoco con la de Los Bayones puso ser

por | 10 May 2013 | Temporada 2013

MADRID. Segunda de Feria. Tres cuartos de entrada. Cinco toros de los Bayones, 2º y 6º cinqueños, de medida presentación, manseantes, con un punto de nobleza, pero con blandura y sin acometividad; como 2º, un sobrero grandullón con el hierro de Fraile Mazas, cinqueño, de poco juego. Matías Tejela (de grosella y oro), silencio y silencio. David Mora (de blanco y oro), silencio tras aviso y silencio. Antonio Nazaré (de verde manzana y oro), ovación tras aviso y palmas.

Pudo ser, pero no fue. Y a partir de tal simpleza se puede construir la crónica de otra tarde, pero se adelanta que tuvo la historia justa de haber sido la segunda del abono isidril.  Y es que el lote de Los Bayones tuvo muchos parecidos con el lidiado el día anterior; el resultado final, también. Pero si  un toro no galopa, sino que trota con cansina monotonía; si desde el comienzo buscan el amparo de las tablas; si, en fin, la emoción está ausente, poco puede esperarse. Y así abandonaron el tendido los aficionados, tal como habían venido. Qué se le va a hacer, es lo que ocurre cuando el espectáculo es tan auténtico y real que nace y muere en el mismo momento en el que se crea; no hay marcha atrás, ni menos moviola.

Pero puestos a hacer salvedades, un poco de estos criterios se separó el 1º y en mayor medida el 3º. Con uno no acabó de entenderse Matías Tejela; con el otro, tendría que haber triunfado Antonio Nazaré. Pero todo muy matizado y medido, porque si ese 3º pareció mejor fue, sobre todo, porque su torero lo llevó siendo muy sometido por abajo, no por lo que llevara dentro.

Matías Tejela ya forma arte del paisaje isidril: ocurra lo que ocurra, es un fijo en la nómina. Algunos méritos tendrá, sin duda; lo que  ocurre es que suele ocurrir en otros lares. Hoy estuvo con su oficio habitual, sin agobios, ni apreturas. Explicable en el caso del 4º, al que se le pegó una barbaridad en el caballo, cuando ya de por sí renqueaba; menos razonable, en cambio, lo del que abrió plaza, que sin ser el toro soñado permitía algunas alegrías, que en ningún caso se llegaron a abocetar.

No se le pueden negar méritos al esfuerzo que hizo durante toda la tarde David Mora: firme, entregado, queriendo hacer las cosas bien. Incluso con ese punto de casta para quedarse tan quieto con el capote a la espalda, en su réplica al quite le había hecho Nazaré a su primero. Y para levantarse sin mirarse, después del topetazo que le propinó. Luego, con el lote menos lucido de una corrida de por sí deslucida, estuvo allí, sin perderle la cara a sus toros, pero conocedor que aquellos dos pozos tenía poco agua.

No diría que sea imperdonable que Antonio Nazaré perdiera la primera oreja de la feria por su fallo a la hora de matar. Bastante lo estará lamentando el buen torero sevillano como para encima darle la barrila con el tema. La verdad es que fueron los suyos momentos excelentes, muy centrado el de Dos Hermanas, siempre llevando a su enemigo templado,  muy por abajo, sin quitarle la muleta de la cara y en un palmo de terreno. Fue el misterio de que este 3º de la tarde pareciera mucho mejor de lo que en realidad fue. Una faena de mérito pero no culminada. Con el que cerraba plaza, el lucimiento era mucho menos posible: el de Los Bayones tenía ese mínimo de acometividad que se necesita, cuando en cambio le sobraba el aburrido deambular sin ton ni son; con todo, Nazaré estuvo razonablemente aseado. De hecho, mucho personal salió de Las Ventas recordando su actuación. No es chica cosa en tarde de tan menguados resultados.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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