MEXICO. Plaza Monumental. Más de tres cuartos de entrada, esto es: más de 35.000 espectadores. Toros de San Isidro, de presentación muy justa y poco juego; dos sobreros de regalo del mismo hierro, más aceptables en comportamiento. Enrique Ponce (de tabaco y oro), silencio, oreja y vuelta al ruedo. Arturo Saldívar (de violeta y oro), ovación, dos orejas y dos orejas y rabo. Diego Silveti (de fucsia y oro), que confirmaba la alternativa, silencio y silencio.
Como quedó reflejado en la muy buena entrada, tarde de gran expectación en la Monumental, con la presencia de Enrique Ponce y la confirmación del pequeño de los Silveti. Pero que, como ha ocurrido en otras ocasiones, sirvió de escenario para el triunfo del tercero en discordia, Arturo Saldívar, que acabó cortando cuatro orejas y un rabo y saliendo por la puerta grande.
Si ya antes del festejo había sus más y sus menos con la presentación del ganado, conforme iba avanzando la tarde se comprobaba que había motivo para la controversia: la corrida del hierro de San Isidro –tanto el sexteto seleccionado como titular como el sobrero que salió en segundo lugar y los dos de regalo— fueron muy justa de presencia, hasta el punto de que varios fueron protestados de salida. Su juego corrió parejo con su trapío: escaso y sin raza, con excepción el octavo de los lidiados, que fue bien aprovechado por Saldívar.
La confirmación de Diego Silveti, tan querido en tierras mexicanas como en las españolas, no pasó de discreta. Tuvo momentos de clase, sin duda, pero ninguno de sus dos enemigos se prestaron a mayores lucimientos. Su primero no metía mal la cara pero no tenía el mínimo de gas necesario para soportar una faena completa; el sexto, quizás el de mayor presencia, resultó bronco y sin opciones. Puso el torero decisión y empeño, pero en ambos de estrelló con las dificultades de sus enemigos. Dejó, eso sí, detalles de su buen sentido del toreo, pero no era suficiente para una tarde de tanta trascendencia.
También Enrique Ponce se topó con un primero –sobrero de feas hechuras, tras ser devuelto el titular– que tuvo muy escasa movilidad, ante el que sólo cabía dejar constancia de buenos deseos. Con más clase y recorrido, ante el cuarto el valenciano justificó por qué es uno de los consentidos de la afición capitalina. En particular con la mano derecha, tuvo momentos profundos u ligados, que justificaron la oreja que le concedió el palco. Con el sobrero que hizo séptimo, Ponce construyó una faena larga y despaciosa, en la que destacó su toreo de frente, dentro de un trasteo que fue todo él de menos a más. Pinchó antes de dejar una estocada y todo quedó en una vuelta al ruedo.
Arturo Saldívar se apuntó a ser el primero torero que en esta nueva temporada grande ha abierto la puerta grande. Y lo hizo de forma incontestable, después de cortar cuatro orejas y un rabo. Ya en las primeras tardes en su tierra, este torero había dejado constancia de que ha regresado de España para hacerse notar en los ruedos. Esta tarde en la Monumental de Insurgentes lo ha confirmado de manera rotunda. Poco pudo hacer con su primero, un toro áspero y con complicaciones, pero se explayó en los otros dos que lidió. En efecto, con el que hizo quinto se pudo ver a un torero muy firme, dentro de una faena de muletazos largos y con un selo de elegancia, que llegó mucho a los tendidos. Como estuvo eficaz con los aceros se le concedieron las dos orejas. Al ultimo sobrero de regalo, lidiado en octavo lugar, que a la postre fue con diferencia el mejor de todos los lidiados, lo cuajó de principio a fin: desde los lances de recibo hasta una gran estocada, siempre toreando con temple y variedad, hasta conseguir los máximos trofeos.
Notas al margen
Tras el paseíllo los tres toreros, en unión de la denominada porra libre dieron una vuelta al ruedo con una pancarta en la que aparecía inscrito "Sí a los toros", en réplica a los últimos intentos antitaurinos vividos en México.
Al finalizar el festejo se retiró de los ruedos el banderillero Antonio Tejero, a quien Ponce le había brindado la muerte de su sobrero de regalo.
En otros ruedos
MONTERREY. Segunda de feria. Media entrada. Toros de Begoña, de buen juego. Destacó el 4º que tuve petición de indulto. Zotoluco, palmas en su lote. Sebastián Castella, vuelta y silecio tras aviso. Juan Pablo Sánchez, oreja y dos orejas.
GUADALAJARA. Media entrada. Toros de Julio Delgado para rejones, y Campo Real para lidia a pie, de pocas opciones salvo el 5º. Diego Ventura, palmas y palmas. Fermín Spinola, palmas y palmas. Oliver Godoy, oreja y palmas.
Pobre inicio en Lima
En la Plaza de Acho, en Lima (Perú), con tres cuartos de entrada se inicio la feria del Señor de los Milagros, con una novillada en la que se lidiaron reses de La Ahumada, de desigual juego. El mexicano Sergio Flores fue ovacionado en su lote, por su premioso uso de la espada; sin embargo, en ambos novillos tuvo una actuación firme y de interés. La buena voluntad del español Javier Jiménez se estrelló frente a dos novillos de muy poco juego; el quinto, además, se puso imposible para el descabello y escuchó los tres avisos. El mejor parado ha sido el toreo local Morenito de Canta, que le cortó las dos orejas al último de la tarde.
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