MADRID. Cuarta de feria. Dos tercios de plaza: 14.631 espectadores (61,5% del aforo). Toros de Benítez Cubero –3º y 4º con el hierro de María Pallarés–, deslucidos en líneas generales. Andy Cartagena, ovación y ovación. Sergio Galán, silencio y vuelta al ruedo. Manuel Manzanares, silencio y silencio.
Entretenido a ratos resultó el primer festejo de rejones anunciado dentro del abono de San isidro, en el que lidiaron toros de Benítez Cubero, correctos de presencia y reglamentariamente despuntados, pero de poco juego.
Así como el que abrió plaza se rajó y no permitió margen mayor a Andy Cartegena, el alicantino se creció frente al que hizo 4º, en una faena vibrante, con su punto de espectacularidad, pero también de temple. Aunque el animal se agarró pronto al piso, Cartagena puso el plus necesario para ofrecer un tercio de banderillas verdaderamente brillante. Luego tardeó con el rejón de muerte y todo quedó en una ovación.
Sergio Galán ha dado la única una vuelta al ruedo del festejo, tras una lidia de mérito al 5º de la tarde. Muy templado siempre, el conquense llevó al toro ligado al estribo y consumó las reuniones con acierto; el falló con el rejón final fue determinante para no alcanzar premio mayor.
Manuel Manzanares fue silenciado en sus dos turnos. El tercero, quizá el peor de la tarde, no le permitía empresas mayores. En cambio, con el que cerró la función, que se desplazaba con fijeza, Manzanares no consiguió llegar a los tendidos, en una lidia gris y sin nada sobresaliente. En ambos turnos falló con los aceros de muerte.
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