La presentación de la corrida del Domingo de Ramos en la plaza de Las Ventas sirvió para homenajear a Victorino Martín, cuya figura preside el cartel anunciador. Fue mediante un coloquio dirigido por Elena Salamanca, periodista de Antena 3, y con la presencia en el escenario de Victorino hijo, Ortega Cano, Encabo y Manuel Caballero.
Hablaron sobre sus trayectorias con la ganadería y como era el ganadero, que exigía mucho, “hasta a su hijo en los tentaderos”, según Ortega Cano. Y de cómo de los victorinos “pesan todos”. Aunque el ganadero recordaba mejor los toros que hicieron sufrir a los toreros que los propios espadas.
Posteriormente se proyectaron las faenas de seis de los mejores toros lidiados en Madrid. De Murciano, lidiado por Luis Miguel Encabo, Victorino reconoció que se lo hubiera echado a las vacas sin ninguna duda. También que tres toros de los más encastados que han lidiado en Madrid le han tocado a este matador. Tres pruebas.
Y a la hora de citar toros destacados, salió a relucir Belador, que no ha sido el mejor toro de la ganadería en Madrid, a juicio de José Ortega Cano; juicio que por otra parte no contradijo Victorino, que recordó que fue una inversión a largo plazo, porque al tardar dos horas en volver a los corrales, el público se olvidó del triunfo de Ortega, al que sin embargo se le ha reconocido con el tiempo. Madrugador lo lidió Robleño, que pinchó las orejas. Melo lo toreó Caballero en su encerrona; “el que más me ha gustado, dijo el torero, sin viento, un toro para disfrutar”. Recordó también como para prepararse toreó seis u ocho vacas viejas todos los días las dos semanas previas.
Para cerrar, dos toros de la corrida del siglo, Director, de los que Victorino padre decía que son difíciles de torear pero te hacen una ganadería, y Gastoso, “mucho más dulce”.
Antes de terminar subieron dos de los acartelados, Pepe Moral y Fortes; sólo faltó El Cid, del que se acordó Victorino. Después de presentar el cartel, una maravilla, dejó una de las frases de la noche: a los toros de Victorino “si notan que no estás entregado, no les pegas ni uno”.
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