Ya hubo varias ocasiones en los que la prensa sevillana, que aborda siempre con atención cuando se refiere a la Tauromaquia, llamó la atención. Ahora sido Fernando Carrasco, la firma taurina del ABC de Sevilla, el que ha puesto al día la realidad de lo que ocurre con la feria d abril. Y lo que cuenta no es precisamente esperanzador.
Cuenta Fernando Carrasco que lo más probable es que El Juli quede fuera de los carteles de la feria de la Maestranza. Otro tanto ocurriría en el caso de Miguel Ángel Perera. Y todo por el pleito audiovisual, claro esta.
Si se aplica estrictamente la lógica, no hay explicación posible que justifique con fundamento que el triunfador de la edición de 2011, Puerta del Príncipe incluida, no entre ahora en los planes de la empresa Pagés. Junto a Morante y Manzanares, el madrileño forma hoy por hoy un trío de presencia obligada en los carteles por la obligada atención que la empresa debe a los intereses de los abonados y aficionados. Negar eso es tanto como negar la evidencia.
La empresa aducirá el hipotético sobrecoste de lo que ya bien podemos denominar el canon taurino audiovisual. En este caso, como antes en las Fallas de Valencia, el argumento tiene un punto de falaz. Primero, y principal, porque difícilmente pueden aducir un incremento de los costes; tanto porque van a pagar un tanto alzado por todo el G-10, toreen los que toreen, como porque ese canon lo que en realidad produce es un reparto distinto de los dineros que abone Canal + con respecto a lo que como hasta ahora se hacía.
Pero si empresarialmente hablando miramos más allá, aducir la tesis del canon no deja de ser un salida por la tangente. Lo que diferencia a un empresario –de toros o del ramo que fuere– de cualquier otra actividad es, como se estudia ya desde el primer curso de Económicas, es la gestión de la complejidad. Quien no sabe gestionar situaciones complejas, en las que se entrecruzan intereses y oportunidades de muy distinta naturaleza, no debiera llamarse empresario, sencillamente porque no lo es.
El binomio Canorea-Valencia no tiene un problema: tiene una complejidad más en su gestión empresarial. Por eso, la empresa no puede acudir a agarrarse en el clavo ardiendo de lo audiovisual para tirar por la calle de en medio. Tiene unas obligaciones morales contraídas con los aficionados que son de necesario cumplimiento. Y, en consecuencia, debe afrontar su solución negociando cuando haga falta para atender a una de sus obligaciones principales: responder a los intereses de sus clientes.
El aficionado suele ser un cliente pacífico, sobre todo hasta que se sienta en el tendido. Pero si luego no se siente debidamente atendido, con quien la emprende es con el organizador de aquello que le ha disgustado. Y base de irlos defraudando tarde a tarde se ha conseguido echar ya a demasiado gente del tendido.
Por tanto, lo que procede es que Canorea y Valencia se siente hablar y negociar todo el tiempo que sea necesario, hasta alcanzar una fórmula de acuerdo razonable para todas las partes. Y eso es posible. Solo necesita que se aporte la voluntad de alcanzar ese acuerdo. Si con el susodicho canon en vigor se ha podido alcanzar con Morante o Manzanares, no pueden aducir razón alguna convincente como ni sentarse a negociar con otras figuras.
El avance de carteles
Como explica en la edición de este jueves en ABC de Sevilla Fernando Carrasco, cuando quedan tan sólo dos meses para el Domingo de Resurrección, que es el solemne inicio de la temporada en Sevilla, se sigue sin tener noticias sobre las contrataciones del próximo abono. Y puntualiza Carrasco: “Y, lo que es peor, las conversaciones están en un punto muerto”.
Como señala, a consecuencia de las negociaciones de la empresa All Sport Media con la empresa Pagés por los derechos de imagen, “lo que parece claro es que no todos ellos van a estar en la próxima Feria de Abril. Y todo hace indicar que el gran damnificado de todo ello será uno de los triunfadores del pasado ciclo ferial: Julián López «El Juli», que cortó un total de cinco orejas y salió por la Puerta del Príncipe. En su entorno más inmediato, aunque no se pronuncian, dan casi por hecho que el madrileño se quedará fuera de los carteles”. Otro tanto ocurre con Miguel Ángel Perera.
Que haya sido descartado César Jiménez, tratándose de la afición de Sevila, puede ser entendible. Mientras que “la presencia de Cayetano dependerá de cómo se lleve la contratación de Morante por parte de Curro Vázquez”, según informa el cronista citado.
Estarán los toreros de la Casa Matilla estarán presentes: Juan José Padilla, «El Fandi» —una tarde cada uno— y, sobre todo, el gran triunfador del ciclo pasado: José María Manzanares, que según la información de esta edición de ABC matará las corridas de Victoriano del Río, Juan Pedro Domecq Núñez del Cuvillo. Ahí parece que no habrá problema. Morante, por su parte, podría matar las de Cuvillo, Juan Pedro Domecq y Garcigrande o, alternativamente, Daniel Ruiz.
Carrasco avanza que para el cartel inaugural del Domingo de Pascua, parecen ya seguros Morante y Manzanares, en este caso con los “juanpedros”, faltando por concretar el tercer nombre. Probablemente será alguien que haga de primero.
Pero el cartel de la gran expectación podría un mano a mano de Morante y Manzanares con la de Núñez del Cuvillo el jueves de farolillos. Aunque para este festejo se maneja la posibilidad de que abra plaza Juan José Padilla.
Y mientras que parece segura la presencia de David Mora e Iván Fandiño, –quizás con la corrida de Fuente Ymbro–, por despejar queda la gran incógnita: que decisión tomará José Tomás. Como oportunamente escribe Carrasco, “podría ser una de las bazas de la empresa Pagés ante la ausencia de algunas de las figuras enmarcadas en el G-10”. Y en efecto ytodo lleva a pensar que así será. El problema radica en que el torero de Galapagar y Fuengirola es muy celoso de gestionar el solo sus propios intereses, sin dejarse involucrar en lo que ocurra en corrales ajenos. Pero asumida esta realidad por los gerentes de la empresa Pagés, el camino queda libre.
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