Sevilla se cae del cartel de la televisión de pago: el desacuerdo económico es insalvable

por | 12 Ene 2013 | Reportajes

Como en otras ocasiones, el tema lo ha destapado Zabala de la Serna en “El Mundo”: la feria de Sevilla no será televisada por el canal taurino del Grupo Prisa. La noticia no es buena para los aficionados, que con la que está cayendo cada vez son menos los que pueden afrontar el coste de estar una semana o dos en la capital hispalense para no perderse lo que ocurra en el coso del Baratillo. Pero es un fiel reflejo de la realidad.
 
Las versiones sobre la causa de esta ausencia son contrapuestas. Para los gestores de la Empresa Pagés, el Grupo Prisa presentaba este una oferta económica con un recorte de dineros de tal dimensión que hacía inviable la propuesta. Para el Grupo Prisa, en cambio, la empresa sevillana pretendía un incremento de costes muy importante, algo que era inasumible en las actuales circunstancias.
Y en medio, una realidad. Como ha reconocido Ramón Valencia, la nueva programación sevillana, con la desaparición de cinco festejos de bajo coste y más beneficio, hace que la feria gravite sobre los carteles fuertes, que son los de alto coste, impidiendo la compensación que a efectos de cuenta de resultados se daba hasta ahora entre unos y otros. Cuando, además, el número de abonados sigue en un continuado descenso, se corría el riesgo de entrar en pérdidas.
 
Frente a eso, ha primado el criterio –bastante lógico, por otro lado—de preservar el abono, que es el ingreso seguro y que además se percibe antes de empezar la feria. Suponen los gestores que sin televisión este objetivo se logra con mayor margen de seguridad que sin ella. En consecuencia, llegan a una conclusión clara: a menos televisión, más abonos.
Sobre el papel la conclusión de la Empresa Pagés parece razonable con criterios de gestión económica: si los ingresos que ofrece la televisión no son suficientes, mejor agarrarse a lo seguro, que son los abonados.
 
Pero no cabe duda que esta situación le hace lo que popularmente se denomina un 7 a la oferta televisiva. Por más que se comprometan en 2013 a ofrecer Fallas, Madrid, Pamplona y Bilbao, esa propuesta queda muy lejos de aquellos propósitos iniciales cuando surgió el Canal+ Toros.
 
La relación TV-entradas
En estos días asistimos a un debate interesante en el mundo hermano del fútbol. Ante el daño en taquilla que genera la permanente emisión en directo de los partidos, los clubs propugnan bajar drásticamente el precio de las entradas, compensando esta reducción con un nuevo reparto de los derechos de televisión. Se habla incluso de reducir los precios hasta en un 50%. Y es que la mayorías de los estadios se quedan en la actualidad semivacíos.
 
Dejando al margen que en este caso hay unos compromisos adquiridos e incluso cobrados de antemano, el ejemplo del fútbol no es linealmente trasladable al de los toros. Entre otras cosas, porque los clubs cobran unas cantidades globales por sus derechos de imagen que garantizan, en buena medida, sus presupuestos anuales: sin los ingresos de la televisión una mayoría estaría al borde de la quiebra. Pero es que, además, cualquier estadio, por pequeño que sea, más que duplica el aforo de una plaza de toros.
 
Si, además, anotamos que los hábitos sociales, y nada digamos de los aficionados, son radicalmente distintos entre futboleros y taurinos, las situaciones se hacen aún más dispares. A efectos prácticos, la principal diferencia radica en que mientras los futboleros actúan coordinadamente a través de la Liga Profesional de Clubs, la Fiesta persiste en mantener su reino de taifas, cada cual por un lado. En el fútbol también se dan intereses contrapuestos entre unos y otros, pero los solucionan entre ellos; en los toros, en cambio, las disparidad de intereses lleva a la inacción.
 
Sin embargo, hay un punto en común: frente a más televisión, menos venta de entradas. Por más que la estadística pura y dura diga lo contrario –como se demuestra en el estudio del profesor Royuela–, la realidad es que entre pagar 40 euros por un tendido y pagar en torno a 5 euros por ver el espectáculo en televisión hay mucha diferencia. Y nada digamos si en lugar de quedarnos en el sofá de casa nos vamos a un bar: por menos de 5 euros nos ofrecen un pack más completo: la corrida, pincho de tortilla y caña, aunque la silla de resulte algo menos cómoda que el sofá.
 
Con lo que al final todo ese cante de las maléficas influencias del desaparecido G-10 se diluye como un azucarillo en el agua. El problema es mucho más profundo que los caprichos de un grupo de figuras. La cuestión central es otra bien distinta; el fondo, localizar cuál es el equilibrio estable y rentable para todos entre televisión y toros.
 
Una avería para los planes de Canal Toros
Pero mientras se alcanza un consenso acerca de cuál es tal punto de equilibrio, lo cierto es que la noticia de Sevilla le hace toda una avería a los planos de Canal + Toros, precisamente cuando el Grupo Prisa no anda empresarial y financieramente para alegrías.
 
Con presteza han anunciado, tras conocerse el desacuerdo con Sevilla, que incorporarán importantes –y por ahora inconcretas– novedades a su programación de 2013. Y así, dicen ahora que a su oferta de pago se añadirán “ferias clave de la temporada, en Francia y España”. Sin embargo, al margen de que “ferias clave” quedan pocas si se quitan a las ya comprometidos y las fallidas, en este punto habría que recordar cómo cuando se lanzó este canal especializado también dijeron en su campaña de captación de abonados que programarían los principales acontecimientos taurinos de América y todo eso quedó literalmente en nada.
 
Junto a suspender directamente la retrasmisión de la feria sevillana de San Miguel –que estaba en el paquete global ofrecido–, tampoco se cumplió la promesa de ofrecer de manera habitual espacios informativos de actualidad, que junto a la dificultad por ahora insalvable de programar cine taurino, constituyen sus mayores carencias como producto periodístico.
 
Para completar el cuadro, no está precisamente de sobra tener presente que esto de la televisión taurina tiene encima la espada de Damocles del pleito planteado bastante a la ligera por ANOET ante la Comisión de la Competencias, cuyo resultado final es impredecible, como ocurre habitualmente con las resoluciones de este organismo regulador. Una incertidumbre más.
 
Por lo demás, y dejando al margen si la forma de explotación del canal de pago es la más idónea y transparente, sería absurdo no tener en cuenta que entre el taurinismo, en el que se da mucho la figura del abrazafarolas –como acuñó José María García– que luego despelleja al competidor por debajo de la mesa, no todo son precisamente plácemes con respecto a los gestores del Canal + Toros, a los que consideran, en la hipótesis más benévola, como acumuladores de demasiado poder, al controlar los dos medios taurinamente con más audiencia de masas: la TV y la radio.
 
¿Por qué no copiar a los del fútbol?
El panorama que se dibuja no es bueno y bien merecería una reflexión por parte de los responsables taurinos. De un lado, TVE dispuesta tan sólo a dar dos o tres espectáculos relevantes, bajo la fórmula del “gratis total” y sin atisbo de incorporar la información taurina a sus telediarios; de otro, las televisiones autonómicas taurinamente más activa parecen en retroceso y con la política de los recortes han desaparecido no sólo de la plataforma digital sino también de internet, con lo cual su impacto se ciñe, cuando ofrecen algo, a su ámbito regional. Si, además, el canal de pago encuentra dificultades, vamos camino de encontrarnos en una cierta orfandad. Y eso decididamente no es bueno para la Fiesta.
 
Nada de esto se soluciona con iniciativa, por ejemplo, como la que anunció hace meses Taurodelta de lanzar un canal taurino de televisión vía internet, en el que ofrecería tanto la retrasmisión de determinados festejos de Madrid como reportajes y documentales, en unos casos mediante la fórmula de pago por visión y en otros en abierto. Siempre es bueno que haya iniciativas de esta naturaleza, acerca de la cual nunca hubo más noticia que su anuncio. Si se pusiera en marcha, bienvenida será, pero su alcance en cualquier caso sería tan limitado que no sirve como alternativa.
 
Frente a este panorama, superado ya el sarampión del G-10 y las empresas, a lo mejor es momento de repensar serenamente en el futuro de la televisión taurina. Y hacerlo con la estrategia de las gentes del fútbol: todos unidos en torno a una plataforma común, que defienda conjuntamente no sólo sus intereses particulares, sino sobre todo los de la Fiesta en su conjunto.
 
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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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