José Velázquez y Sánchez, como escritor taurino conocido por el pseudónimo de “Don Clarencio”, gaditano de origen pero criado en Sevilla, es reconocido como una de las firmas más relevantes del siglo XIX, como dramaturgo y como historia, pero también como revistero taurino, tarea en la que destacó pronto, entre otras cosas, por la singularidad de sus reseñas: de forma habitual las escribía en verso, que sucesivamente publicó en los periódicos como “Diario de Sevilla” Su título exacto era el de “El Diario de Sevilla de Comercio, Artes y Literatura]”, “El Porvenir”, “La Andalucía” y “La Revolución Española”.
Muy en lo que solía ser usual en la época, en aquellas reseñas se daba cuenta, claro está, de lo ocurrido en los ruedos. Pero entremezclados aparecían muchos elementos que reflejaban con ingenio las realizadas sociales de Sevilla. Por todo ello, siempre han sido consideradas como documentos de particular importancia para conocer la época.
Ahora la Universidad de Sevilla, la Real maestranza de Caballería y la Fundación de Estudios Taurinos han tenido el enorme cierto de estudiar y recopilar todos estos escritos, que comprenden la época que discurre entre 1849 y 1869. Bajo el título de “Colección completa de las Cartas Tauromáquicas”, el volumen tiene una muy cuidada edición y se extiende en la nada despreciable cifra de 857 páginas. Una verdadera joya bibliográfica.
Como en su presentación destaca Javier Benjumea Llorente, marqués de Puebla de Cazalla y teniente de Hermano Mayor de la Real institución, se trata “de un conjunto documental de primer orden, no sólo para la historia del toreo sevillano del siglo XIX, sino también para conocer otros aspectos curiosos e interesantes de la Sevilla decimonónica”. Pero, además, como destaca Benjumea, permite conocer a “Don Clarencio”, que "se convirtió en su época en un hito, una moda que creó escuela y que ha dado paso con el tiempo a la crónica taurina al uso”
Estudios preliminares
El volumen, junto a la colección completa de estas “Cartas Tauromáquicas”, cuenta con tres trabajos preliminares, obra de otros tantos estudiosos de la Universidad sevillana, que permiten centrar adecuadamente tanto la figura del escritor, como de sus escritos y de la época que vivió. Por eso su lectura previa a las “Cartas” constituye una herramienta muy útil para comprender mejor todo el alcance de los trabajos que firma José Velázquez y Sánchez.
En este sentido, el profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla Eloy Arias Castañón explica que "estas Cartas tauromáquicas entre 1849 y 1869 resultan una crónica referencial de la Sevilla isabelina, desde la proclamación de la mayoría de edad de Isabel II en 1843 hasta su derrocamiento en 1868". Todo ello, "lleva al descubrimiento de un Velázquez y Sánchez que se nos presenta ante todo como un monárquico y como un progresista, un progresista conservador, ya que intenta encontrar una vía media entre conservadores y radicales…".
Y más adelante, el profesor Arias justifica como que estas “Cartas” “no solo resultan ser una forma muy particular de los comienzos de una crítica taurina con pretensiones literarias, que pretende convertir la crónica en un arte, sino que también de forma complementaria una crónica política de la revolución liberal española, un comentario de la vida de la ciudad de Sevilla, y también una biografía, con apuntes y reflexiones sobre la evolución del propio autor”.
Por su parte, el director del Archivo municipal de Sevilla, Marcos Fernández Gómez, expone la biografía de Velázquez y Sánchez como literato, crítico taurino y cronista de la ciudad. Fernández Gómez asevera que "según declaró el mismo Velázquez, recibió la influencia decisiva de eminentes intelectuales sevillanos, agrupados en la Real Academia de Buenas Letras y en la Sociedad Patriótica, de los que se sintió siempre heredero, como Reinoso, Blanco White, Alberto Lista, Maestre o Mármol. Siendo aún muy joven comenzó a publicar sus trabajos literarios en periódicos de la ciudad, e incluso a dirigir alguno de ellos, como el Diario de Sevilla cuando tenía diecinueve años".
Y en cuanto a su faceta de crítico, refiere: "Pero donde destacó más notoriamente y alcanzó mayor celebridad fue en la actividad periodística, en la que mereció de Luis Montoto el calificativo de "el primero de los periodistas sevillanos".
Para el director del Archivo sevillano, en el caso de Velázquez y Sánchez “sus mayores éxitos los debió a sus composiciones festivas y ligeras, muy dadas al chiste agudo, a la ocurrencia feliz o a la expresión mordaz, en las que era considerado un consumado maestro (…). Esta ligereza contrastaba con el estilo ampuloso y sobradamente retórico”. Pero también llama la atención sobre un hecho: “su obra literaria, muy dispersa y difícil de localizar, fue rápidamente relegada al olvido, sin que se le haya dedicado hasta el momento la más mínima atención”.
Por su parte, el estudio Manuel Castillo Martos, elabora un análisis exhaustivo de las crónicas, análisis del que extrae entre otras esta conclusión: "En cada época se ha exigido un tipo de toreo, el cual ha necesitado un tipo de toro que permita hacerlo, y los ganaderos se han ido acoplando a las exigencias de los toreros y al gusto del público, y al igual que denunciaba D. Clarencio, surge ahora una pregunta: ¿se debe permitir qué las figuras elijan toros impresentables las más de las veces?".
También se refiere Castillo Martos en su disección de los escritos taurinos observa como en los escritos de “Don Clarencio”, el autor incorpora “comentarios sarcásticos sobre el de la Plaza sevillana, desde su vestimenta —al referirse al alguacil— que tacha de ridícula y ajada, el caballo que monta sin estar bien domado, hasta decir que no sabe coger al vuelo la llave de toriles que le lanza el Presidente, y se la tienen que entregar después de que se ha caído al suelo”.
Y es que, como escrito en su reseña del libro Luis Nieto en “Diario de Sevilla”, “en una detenida lectura de estas Cartas Tauromáquicas, escritas a mediados del XIX y en verso, el lector encontrará muchos de los vicios que persisten en el espectáculo taurino y que denunciamos hoy en día en prosa”.
Quién era el escritor
Aunque nacido en Cádiz en 1826, su familia se trasladó a los pocos meses a Sevilla, donde permanecerá casi todo el resto de su vida. Se licenció en Filosofía y Letras y Jurisprudencia, pero le atrajo más el periodismo, la literatura y la Historia, involucrándose activamente en todas las empresas culturales de esos años. También trabajó como archivero del Ayuntamiento de Sevilla entre abril de 1859 y febrero de 1869, consiguiendo ordenar y sistematizar sus contenidos. En 1861 fue nombrado cronista oficial de la ciudad, cargo del que fue destituido por su apoyo al Duque de Montpensier. Tras ser repuesto honoríficamente en sus cargos, en 1874 pasó a residir en Madrid, donde consiguió un cargo en la Biblioteca del Ministerio de Ultramar.
Como historiador fuse caracterizó por la importancia que concedía al documento y al dato preciso. Como escritor cultivó todos los géneros, principalmente el teatro –incluida la zarzuela y el teatro musical–, la narrativa y la lírica, en la que destacó como poeta festivo e irónico. Autor muy prolífico, llegó a publicar más de 60 títulos, bajo las formas literarias y temática más diversas. Su primera obra fue “Los Desconocidos”, comedia en tres actos y en verso, publicada en Sevilla. Una de las últimas de las que se tiene referencia fue “El caldero del diablo: ración de cuentos, chismes y bellaquerías, propinada á los estómagos fuertes”, que vio la luz en Sevilla en 1877, dos años antes de su muerte.
Asiduo escritor en la prensa sevillana de la época, cuando se trasladó a Madrid continuó con una numerosa y diversa colaboración periodística.
Específicamente dedicados a la Tauromaquia fue autor de:
—Año tauromáquico de 1849: temporada primera [S.l.] [s.n.] 1850
—Colección completa de las cartas tauromáquicas que bajo el pseudónimo de D. Clarencio escribió D. J. Velázquez y Sánchez; precedidas de una rápida reseña de nuestras funciones taurinas, por Don Benito Mas y Prat, reunidas y publicadas por D. José Guillermo Fernández. Sevilla, [¿1886?], 2 vols.
—Anales del toreo; reseña histórica de la lidia de reses bravas: galería biográfica de los principales lidiadores: razón de las primeras ganaderías españolas, sus condiciones y divisas. Sevilla: Delgado y compa., 1873; de ese mismo año hay una segunda edición ilustrada.
–Con Leopoldo Vázquez y Rodríguez, Apéndice á los Anales del toreo de José Velázquez y Sánchez: reseña histórica de la lidia de reses bravas, galería biográfica de los principales lidiadores: razón de las primeras ganaderías españolas, sus condiciones y divisas Madrid: Librería de Escribano y Echevarría, 1889
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