Para el ganadero Juan Pedro Domecq, la historia tarde de Nimes ha sido muy importante, no sólo bajo un punto de vista estrictamente taurino: “Que El País le dedique la portada… El tiempo que los medios dedican al segundo espectáculo de masas del país no es proporcional con su tamaño. Hay otra cosa buena de la corrida de Nimes: una llamada a la cultura de todo el mundo. Y una llamada a debatir la situación de los toros”
Pero entiende también que todo no debiera quedar ahí, sino que ha llegado el momento de estudiar a fondo la realidad taurina. “Toreros, empresarios y ganaderos son los tres pilares de este espectáculo y el ganadero es el que más está sufriendo la crisis. Hace 25 años la relación entre el coste de organización de una corrida respecto de los emolumentos del torero era de uno a uno; ahora es de uno a tres. Hoy en día, ser ganadero es muy difícil, el negocio no es rentable, y esto debe llevar a un debate. Prácticamente ni yo que soy el líder consigo rentabilizar la actividad, el 90% de la ganadería española está en pérdidas, es una dura realidad. Es digno que crezcan los emolumentos de los toreros, pero si los ganaderos no ganan suficiente...”.
En este contexto, si análisis de la realidad ganadera es nítido: “Ha habido sobreproducción. Y ahora se están vendiendo toros por debajo de su coste de producción. Pero se está adaptando oferta y demanda. En 2007 hubo 1.500 corridas, este año no pasaremos de las 550. O los ganaderos se adaptan o es imposible seguir. Yo mismo en 2007 tenía 900 vacas, ahora tengo 500, y con dos ganaderías Parladé y Juan Pedro Domecq”.
Preguntado acerca de su el éxito de Nimes tendrá alguna repercusión económica, Domecq se muestra muy realista: “Está la satisfacción personal, desde luego. Llevo nueve años trabajando calladamente en este negocio, centrado en Parladé, recibiendo muchos palos y sacrificando mucho tiempo con la familia… La corrida de Nimes es la mayor repercursión en la historia de la ganadería Parladé, cuando llega un triunfo así te sientes dichoso. También tiene una repercusión económica, pero será a medio plazo. Este año voy a lograr equilibrar las cuentas. Ese es el gran drama. No soy ganadero por dinero, pero este negocio tiene que dar un mínimo para al menos salvar los costes. Salvo excepciones, todos los ganaderos pasan por graves problemas. Van a quedar menos ganaderías”.
Y acerca de lo que hoy en días suponen los costes de crianza de un toreo bravo, explicita: “La producción de un toro bravo puede estar entre los 4.000 y 5.000 euros, luego hay otros costes, como los operarios, la alimentación, etcétera. Hasta los tres años los toros de Parladé están en la finca de Portugal y cuando cumplen cuatro pasan a Sevilla, en una finca donde otro equipo se encarga de todo, de su sanidad, de otra alimentación, de que hagan ejercicio físico. El 60% del coste de producir un toro bravo está en el último año antes de ir a una plaza”.
Y, por lo demás, se muestra sincero a la hora de definir el papel del ganadero: “para ser ganadero de lidia hay que mamarlo. El ganadero es empresario y también un creador, creador de la materia prima de la que se nutre el toreo. Así que en esta actividad es muy difícil delegar”.
Los tres encuentros con José Tomás
Con ocasión de la corrida de Nimes, Juan Pedro Domecq rememora sus relaciones con José Tomás en estos términos: "A raíz de la muerte de mi padre, José Tomás y yo retomamos la relación", recuerda Juan Pedro Domecq Juan Pedro Domecq Solís falleció en un accidente de tráfico en 2011. "Por determinados motivos, hubo antes un distanciamiento. Pero me llamó por teléfono y nos vimos; el primer día hablamos poco. El segundo día se quedó a comer en mi casa, estuvimos solos, empezamos a hablar, fundamentalmente yo. El tercer día que nos vimos hablamos ya de muchas cosas. Y me dijo: este año quiero torear tres veces, escógeme unos toros".
Y Juan Pedro Domecq, en lugar de recomendar el hierro con el nombre de su familia, optó por los toros de Parladé. "Si quieres que apostemos por uno, apostamos por este de Parladé, le dije". En verano José Tomás fue a la finca de Sevilla donde pastaba Ingrato. "Vino a verlo y le gustó, sin dudarlo". El ganadero había apostado desde un principio por ese toro: "El hermano de Ingrato había dado una vuelta al ruedo en Almería, cumple con todo, con las hechuras, con los genes… Luego un toro es un melón a calar, pero aposté por él".
José Tomás "es un hombre muy inteligente, es él quien controla todo, un genio es genio en todo", comenta Domecq. "Es un hombre ya mítico en la tauromaquia, ha sido un torero trágico, de comedia y de drama, todo".
►La versión original de esta entrevista puede consultarse en:
http://www.cincodias.com/articulo/empresas/siquiera-soy-lider-rentabilizo-inversion/20120924cdscdiemp_6/
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