Saltillo propició un daguerrotipo solanesco, en el que al menos los tres espadas salieron andando

por | 31 May 2016 | Temporada 2016

MADRID. Vigésima quinta del abono de San Isidro. Más de media entrada: el 61,7,% del aforo. Toros de Saltillo, muy vareados de presentación, imposibles para el toreo; 3º y 4º –condenado a banderillas negras– con muchísimo peligro. Sánchez Vara (de verde esmeralda y oro), silencio y palmas. Alberto Aguilar (de nazareno y oro), silencio tras dos avisos y ovación. José Carlos Venegas (de blanco y oro), tres avisos y silencio.

Si el pasado septiembre levantó algunas esperanzas, lo de Saltillo en esta de San Isidro las ha enterrado para una muy amplia temporada. Hacia años que se veía una corrida tan mala, tan complicada, tan mansa, tan peligrosa… Ni una sola virtud. Cuando al final la noticia verdaderamente importante es que los tres espadas del cartel han conseguido salir por su propio pie de la Plaza, está todo dicho.

Y hay que escribirlo con toda claridad: esto no es el toreo, ni así se construye  la Tauromaquia. Es como su daguerrotipo solanesco, en el que nada tiene pies ni cabeza. Con esta realidad de los “saltillos” de este martes, no se avanza ni un palmo en el camino del futuro; en todo caso, se retrocede. Una cosa es el toro bravo y con poder, que aún cuando sale complicado constituye todo un espectáculo, y otra absolutamente diferente lo que se ha visto en Las Ventas.

Pero con la misma claridad hay que escribir que en semejantes circunstancias de mansedumbre y dificultad, que nos llevaba a una auténtica emergencia, no se puede andar con remilgos y medias tintas. Por ejemplo: irá contra el Reglamento, irá contra la estricta ortodoxia, irá contra todo lo que se quiera, pero en toros así lo que el picador debía hacer era echarles el caballo encima y taparles la salida, para poder castigarlos; pretender otra cosa era tanto como dejar al animal sin el castigo necesario. Sin embargo, las pocas veces que se intentaron hacer las cosas así, salieron voces del tendido. ¿Sabían realmente lo que estaban pidiendo?

Es cierto que el ganadero se entera de lo que sus animales llevan dentro a la vez de cuantos están en los tendido. No lo hemos preguntado expresamente, pero se descuida uno y algunos toros de este martes guardaban parentesco de sangre con los del pasado de setiembre. Los secretos de la genética son insondables.  Ahora bien, cuando 6 toros 6 salen cortados por el mismo y mal patrón, habría que preguntarse si no serían los de septiembre los que se “equivocaron” al embestir hacia delante, que los plantilla en la dehesa son como los de hoy.

Habrá luego un punto de imposible comprobación y en el que el ganadero, además, no tiene responsabilidad, porque es el primer damnificado. Pero se salía de ojo que un comportamiento como el que tuvo “Cazarrata”, que hizo 4º, desde que el mundo es mundo respondía al modelo y al prototipo de lo que es un toro que ya ha recibido capa en el campo. Si hubiera sido así, el delincuente que lo hizo tiene sobre su conciencia que ese animal pudo llevarse por delante a más de uno y bien estaría que pasara por chirona.

Por lo demás, la corrida de Saltillo, muy en el tipo de su encaste, no tuvo siquiera el remate necesario. A la mayoría de ellos, se los pone otro hierro y otra divisa y no pasan el fielato matinal. Quiere decirse, por tanto, que conviene hacerle una enmienda a la totalidad con propuesta  alternativa, naturalmente, para próximas ocasiones.

En esta tarde Sánchez Vara ha demostrado para lo que sirve tener bien aprendido el oficio. Ninguno de sus dos regalitos le afligió, sino que supo plantarles cara con mucha dignidad y mucho sentido, pese a que no tenían un pase. Pero debe reconocerse con toda normalidad que hasta la forma tan habilidosa con la que mató al 4º, alargando el brazo, entra dentro de lo permitido en semejantes circunstancias. Además, vivió muy cerca la complicada lidia que tuvo toda la tarde. Justificó con toda claridad que el oficio también constituye un mérito. Y como tal debe ser reconocido.

Alberto Aguilar, que salió al ruedo con un hombro escacharrado y una posible cornada envainada en el muslo, vino a confirmar que su triunfo del otro día no fue una casualidad. Pena que ni “Mandarín” ni mucho menos “Jabalinoso” estuvieran por la labor, aunque sólo fuera un poquito. Puso al personal de pie con la forma tan importante con la que se peleó con el quinto; si no se atasca con las espadas, hubiera tenido más que una ovación. Meritoria su labor.

La corrida le vino grande a José Carlos Venegas. Le hubiera venido grande a todo el escalafón, lo que ocurre que como Venegas está poco placeado, esas cosas se evidencian más. Desde que se pasó al último tercio con el malísimo 3º, estaba cantado el quinario que iba a pasar a la hora de matarlo; luego cayeron inevitablemente  los tres avisos; por cierto, muy prudentemente administrados por la Presidencia. Lo intentó con el que cerraba plaza, pero tampoco las cosas le eran favorables, aunque en esta ocasión se lo quitó de encima con mayor facilidad.

Con todas las adversidades que se cruzaron en la tarde, justo es reconocer el quehacer de las gentes de plata. No puede decirse lo mismo de todos los de a caballo. Muchas agallas le echó Raúl Ramírez con las banderillas negras del 4º. Enorme estuvo Cesar del Puerto sometiendo de salida al 5º. Muy bien con los palos en 3º y 6º David Adalid, aunque pueda ser discutible si en el caso del 3º no hubiera sido mas prudente menos alardes, porque el calvario que le quedaba a su matador estaba cantado.

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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