Roca Rey rompe Bilbao: Puerta Grande

por | 24 Ago 2018 | Temporada 2018

BILBAO. Sexta de las Corridas Generales. Algo menos de dos tercios de plaza. Cinto toros de Victoriano del Río (1º y 4º con el hierro de Toros de Cortés), sin la presentación necesaria y bajos de raza; un sobrero (2º bis) de Encinagrande (Juan Manuel Criado), hondo, basto y manso.  Sebastián Castella (de nazareno y oro), ovación tras un aviso y silencio. José Garrido (de verde botella y oro), palmas y ovación tras un aviso. Roca Rey (de blanco y plata), ovación tras un aviso y dos orejas tras un aviso; salió a hombros por la puerta grande.

La corrida se prolongó por espacio de dos horas y 45 minutos.

 

Roca Rey fue capaz de cortarle las orejas al que cerraba la tarde y abrir la Puerta Grande por primera vez en este abono. Por decirlo pronto, su triunfo se basó en que puso lo que el toro no tenia –que era raza y emoción– y lo toreó con hondura. Cuando estas escenas se van repitiendo día a día, toro a toro, quien es capaz de protagonizarlas acaba mandando en el toreo. Y en esas está el  torero limeño, empeñado en traernos una nueva primavera de frescura, de desparpajo, junto a un toreo de indudable calidad. Ha creado ilusión y eso se traslada a las taquillas, algo poco usual a estas alturas.

 

A un toro que desde que salió sólo miraba hacia los tableros, a base de valor y buena mano comenzó Roca Rey centrando la atención de los tendidos con dos quites con el capote a la espalda, en los que los pitones recortaban su figura, hasta tener al personal en ¡ay!. Muleta en mano, volvió a acertar a la hora de cortar las ansías del toro de irse para otro sitio; su receta fue la más idónea: torearlo muy por abajo, con temple y llevándolo hasta donde le daba el brazo, sin que el toro no viera otra cosa que la muleta. Todo ello, además,  reunido en un palmo de terreno. La plaza vibró y se le entregó como pocas veces en los últimos tiempos y la Presidencia no dudó un instante en conceder las dos orejas, que  llevaron al torero en volandas hasta la Puerta Grande de Bilbao. Ha sido, a falta de dos festejos, el momento más cumbre de estas Corridas Generales. 

 

No anduvo lejos de triunfar también con su primero, pero falló con los aceros. Variado con el capote, tras el habitual cambio por la espalda dejó series poderosas sobre la mano derecha. Rajándose ya el toro, sacó con más trabajo naturales de categoría, aunque sin continuidad. Bien podría decirse que fue el prólogo a lo que vendría después.

 

Hasta llegar al último turno, no discurría la tarde como para presumir semejante final feliz. La corrida de Victoriano del Río, impropia de Bilbao por mal presentada, estaba cogida con alfileres –todos tuvieron que ser “mimados” ante el caballo– y sin casta alguna; no  parecía el material más propicio, cuando luego toro tras toro se comprobaba que lo que de verdad buscaban era rajarse para irse de las suertes y acomodarse en los tableros, a ser posible de chiqueros. No tenían mayor maldad, desde luego; incluso sus gotas de nobleza. Pero de raza y clase, muy poquita, por más que algunos humillaran la vez que seguían los engaños, que no eran precisamente todas. 

 

Tarde digna la de Sebastián Castella. Toreó a ambos con limpieza, mientras duraron. Entendió bien al que abría la tarde mientras duró, pasándolo limpiamente sobre ambas manos, con unas series iniciales estimables, en especial sobre la mano derecha. El 4º no permitió ni eso; a partir de una segunda serie de muletazos, el toro ya se encerró en las tablas. 

 

José Garrido dejó inicialmente su tarjeta de visita al irse a la puerta de toriles a recibir al 2º: antes de entrar en su jurisdicción, el animal hizo un extraño y cayó desplomado sin posibilidad de recuperación. En su lugar salió un manso sobrero cinqueño, con el que todo lucimiento estaba negado. Tuvo momentos muy toreros con el 5º, tanto con el capote como la muleta. Airosos fueron los ayudados por alto que abrieron el trasteo final. Pero tras un par de series,  ya el toro tardea una barbaridad haciendo imposible la continuidad. 

El cartel del sábado 

Para este sábado, en la penúltima del abono, se anuncian los toros de Alcurrucen, de la familia Lozano, que serán lidiados por Enrique Ponce, El Juli y Diego Urdiales.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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