Mucho hablan los taurinos de la imperiosa necesidad de que los toros tengan la debida atención en la Televisión. Se sobreentiende siempre que se trata de los canales públicos en abierto y, en menor medida, del canal de pago. Y no andan descaminados en sus reivindicaciones. Pero en algún momento habrá que poner en valor el esfuerzo que viene realizando la prensa escrita, que hoy alcanza niveles no inferior a los que tuvo, taurinamente hablando, en los años 70 y 80.
Hace unos días a los compañeros del diario “El Mundo” le otorgaron, con toda justicia, el Premio Cossío 2012 a su labor informativa. Y es que el equipo que comanda Zabala de la Serna, con un papel destacado para Lucas Pérez, se ha convertido en un punto de referencia que diariamente debe consultarse. Tanto por su volumen informativo como por su afán de devolver a los textos taurinos lo que siempre tuvo: el bien escribir.
Pero también en otros medios surge una nueva promoción de profesionales que destacan. Los hay, y es bueno, de todos los colores. Como ha ocurrido siempre: en sus tiempos, los hubo partidarios de Gallito y acérrimo defensores de Belmonte, pero también había quien apostaba por Vicente Pastor. No es más que una muestra de la riqueza artística que encierra la Fiesta.
Hoy ocurre otro tanto. Y así, unos habrá que sigan especialmente a José Tomás, pero no por eso rehúsan cantar los triunfos, cuando son verdaderos, de Manzanares, de El Juli o de Ponce. Y viceversa. Pero lo hacen con limpieza, que es lo que éticamente debe exigirse a quien ejerce el duro, y a veces poco comprendido, oficio de escribir de toros.
Para la Fiesta resulta importante que se consolide toda esta nueva generación de profesionales, que sintonizan por causas obvias con los tiempos de hoy, pero lo hacen compatible con las verdades inmutables del toreo. Gentes como Rosario Pérez, en el ABC, que es un caso de afición; o de Rosa Jiménez Cano, una pluma brillante en las páginas y su blogs de El País; o de Patricia Navarro, y su permanente atención a lo taurino en La Razón. Pero no echemos en el olvido el interés objetivo que encierran los escritos de Juanma Lamet, con su blogs Tauroeconomía en el económico Expansión, o la pluma colosal de Gloria Sánchez-Grande, ahora en su blogs Contraquerencia.
Pero hoy, por fortuna, se puede salir de la prensa de Madrid para seguir encontrando profesionales, que quienes aman la Fiesta tienen que seguir. Es el caso, desde luego, de Luis Nieto, que constituyen un referente esencial para la opinión pública taurina en Andalucía, en la que también juegan un papel muy relevante Fernando Carrasco y Alvaro R. del Moral. Como también se podría citar a Pablo García Mancha, auténtico estajanovista de la información taurina en La Rioja.
Estos y muchos otros ejemplos que podrían citarse constituyen la tranquilidad para el futuro. De hecho, da gusto dedicar cada día un rato a leer la prensa escrita, de Madrid y de cualquier otro sitio. Se encuentra uno con dos docenas de periódicos impecables en lo taurino.
Lo que ocurre es que parece como si para los taurinos la prensa escrita fuera menos relevante que los medios audiovisuales, con sus audiencias millonarias. Sin embargo, se equivocan en ese juicio. Lo mismo que sin acudir a las hemerotecas difícilmente puede construirse la historia de la Fiesta en la primera mitad del siglo XX, exactamente igual ocurre hoy. Y es que, al final, por más fuerza que tenga la imagen, la prensa escrita es el verdadero testigo esencial de lo que hoy vivimos.
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