¿Quién fue el padre de la idea de traer, quince años después, una corrida de Couto de Fornilhos?

por | 18 May 2014 | Temporada 2014

MADRID. Décima de feria. Media plaza. Cuatro toros de Couto de Fornilhos, mansos,  sin humillar y sin clase; dos remiendos de Gerardo Ortega (1º y 6º), también desclasados. Luis Antonio Gaspar "Paulita" (de grana y oro), silencio y ovación. Jesús Martínez “Morenito de Aranda” (de verde botella y oro), palmas tras aviso y ovación tras dos avisos.  Sebastián Ritter (de blanco y oro), silencio y ovación.

“Lo que no puede ser…….” La sentencia se cumplió. Frente a una corrida de toros igualada por la mansedumbre, con un recorrido cada vez más recortado y la cara que no bajaba en  el mejor de los casos de la media altura, no es fácil hacer el toreo. Ni los tres espadas anunciados este domingo, ni otros que se hubieran contratados. De los seis, cuatro fueron cinqueños (1º, 4º, 5º y 6º). Precisamente el que cerró plaza tuvo algo más de recorrido, aunque tampoco era un cascabel de alegrías.

Un resultado por lo demás bastante previsible: no se recuerda cuando se lidió el último toro realmente bravo de la divisa portuguesa de Couto de Fornilhos y, consecuentemente, cuáles son los méritos acumulados para comparecer en la primera feria del planeta. ¡Con el número tan inmenso de corridas que hay en el campo bravo…! Por alguna razón ignota sin embargo entró en los carteles, bien que luego no pudo ni presentar más que cuatro toros aprobables por la autoridad.  Es un poco triste que a tres toreros, necesitados del triunfo y que en Madrid han hecho cosas de interés, se les estrelle de esta forma frente a toros imposibles.

Si se comienza por el final, ante uno de los remiendos de Ortega, con algo más de movilidad, estuvo muy firme el Sebastián Ritter. Mucho más pausado en sus haceres que cuando  le vimos de novillero, el torero colombiano se dejó pasar los pitones por los muslos como el que oye llover, sin un mal gesto y siempre buscando alargar las embestidas. Buena parte de su trasteo tuvo que ser encimista, no había otra posibilidad, pero cuando el de Ortega permitió darle mayores espacios supo llevarlo suavemente, sorteando las complicaciones. La espada se le fue muy baja y  todo quedó en un ovación de despedida. Ya con el violento 3º,  Ritter había estado decidido, voltereta incluida, que es lo único que podía hacerse.

“Morenito de Aranda” no tuvo opción de repetir anteriores triunfos. Ni con el 2º de la tarde, al que veroniqueó  con mucho sabor, ni con el 5º, que aunque se movía con algo de nobleza, tal virtud quedaba anulada con su nula clase y su cara por las nubes. Tuvo momentos muy toreros y de calidad, que el aficionado agradecía,  pero sin poder expresarlos con la continuidad necesaria. La trayectoria en Las Ventas del torero burgalés merecía mejor fortuna.

Cinco años después volvía a Madrid el aragonés “Paulita”, al que correspondió encabezar la terna. Otro torero, como se sabe, con un corte interesante, pero que las circunstancias no le permiten abrirse un camino. Hoy tampoco pudo ser. Una media con sabor, un muletazo con hondura, siempre firme y con las muñecas templadas, pero…  

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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