Durante el IX Congreso de la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros, en una de las sesiones intervino el profesor Fernández de Gatta Sánchez, titular de Derecho Administrativo en la Universidad de Salamanca, para exponer sus reflexiones sobre la Presidencia de las plazas de toros y su proyección en el futuro.
Como se sabe, el profesor Fernández de Gatta se ha significado como un experto estudioso de la historia de la Tauromaquia y, especialmente, de sus aspectos regulatorios.
En esta conferencia, entre otros aspectos destacó que “el principal problema que tiene actualmente la Tauromaquia es que se considera política y socialmente incorrecta, contraria al pensamiento único que existe en la actualidad; mencionar esta palabra y decir que eres aficionado, y que la defiendes, te lleva a las críticas, a las malas caras y a actitudes que pasan al odio (como se ha reflejado en los procesos penales que la Fundación del Toro de Lidia ha iniciado, y ganado judicialmente, en los últimos años) y a los insultos; poco menos que te consideran un retrógrado (o algo peor) que vienes de la Prehistoria o de la Edad Media”.
En este sentido, Fernández de Gatta considera que “el primer elemento que ha agravado esta situación es la importante incidencia de las teorías y acciones de los animalistas y contrataurinos (cuyo inicio interesado es la manipulación del denominado “efecto Disney”, derivado de sus series de dibujos animados y películas que presentan a animales salvajes y fieros, incluidos los toros bravos, como amigos del hombre y con una naturaleza nada peligrosa, incluso amigable y buena). Sin embargo, detrás de esas acciones e ideas se esconden financiaciones y ayudas poco claras legalmente y teorías supremacistas y antihumanas (el Prof. De la Oliva Santos se refiere a las mismas como “una excrecencia ideológica contraria a las personas”), y con ciertos tintes perversos al priorizar a los animales (que obviamente no tienen derechos subjetivos, al no ser racionales; por lo que son los hombres los que tienen obligaciones en relación con ellos) frente a los seres humanos”.
Y al referirse a la sentencia del TC sobre la prohibición catalana, junto a el factor posible de declarar su inconstitucionalidad, pero sin embargo “no permitió eliminar los posibles peligros que se ciernen sobre la Tauromaquia desde el ámbito jurídico, al dejar abierta (algún autor señala que la STC insinúa y marca el camino) la posibilidad de que sea prohibida por el Estado, y con efectos en toda España”
Aunque considera el autor que no es el mejor momento político y social para proponer medidas o cambios normativos en lo que hace a la Presidencia, sin embargo si cabe hacer algunas observaciones. Y así, por ejemplo, sugirió que debería llevarse a cabo una mayor protección, policial (aunque ya hay directrices policiales escritas en tal sentido) y judicial, de los festejos taurinos (que obviamente son perfectamente legales) frente a los ataques y agresiones de los contrataurinos.
Por otro lado, Fernández de Gatta también apunta a la conveniencia de suprimir con carácter general las funciones reglamentarias del Presidente relativas a seguridad pública, y residenciar las mismas únicamente en la figura de un renovado Delegado gubernativo o de la autoridad, una posibilidad que abre el camino a profesionalizar las funciones presidenciales, con todo lo que ello de llevar consigo, como a intensificar las labores de formación, que ya se bien realizando.
Se trata de un texto preciso en una exposición especialmente interesante, en la que el autor destaca la conveniencia de plantearse disminuir o “adelgazar” la normativa taurina, o cuando menos la intervención administrativa en las reglas der arte de torear, del arte taurino, pero dando seguridad a la fiesta mediante normas claras, protectoras de este rico patrimonio cultural y que permitan la realización de los festejos con libertad.
nnPor su valor documental, en el adjunto archivo en formato PDF el lector puede consultar el texto íntegro de la conferencia del profesor Fernández de Gatta.
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