Para llegar a la meta de la UNESCO, hay que trabajar con seriedad

por | 17 Mar 2011 | Punto de vista

Hay que felicitarse por la iniciativa tomada por la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE), la Asociación Internacional de Tauromaquia (AIT) y el Observatorio de Culturas Taurinas de Francia, para instar la declaración por la UNESCO del título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a favor de la Fiesta de los toros. Se trata de una iniciativa importantísima que ahora echa a andar.
 
Pero para llegar con éxito a la meta final de la UNESCO, desde el primer momento la experiencia aconseja que las cosas no es que se hagan bien, que ya sería mucho, sino que hay que hacerlas muy bien, en el fondo y en la forma. Y la experiencia a seguir se llama Flamenco, un hermano casi gemelo del arte de los ruedos que desde Andalucía, pero también desde las más diversas latitudes del mundo, se supo llevar al éxito. Ese debería ser nuestro modelo y nuestro ejemplo.
 
Y, en primer lugar, debiera serlo en cuanto representa de unanimidad y entendimiento entre los promotores. Allí no hubo ni recelos ni zascandileos familiares: allí lo que se dio que un sentir común, que relegó a cualquier otro género de intereses. De hecho, cuando finalmente la UNESCO aprobó la declaración oficial, el éxito no tuvo padre ni madre que reivindicara el “he sido yo”: aquello fue el éxito común de una sociedad amante de sus singularidades y su Arte.
 
Pero también el caso del Flamenco nos sirve de modelo en cuanto supuso de trabajo al unísono y sin desmayo, incluso en los momentos en los que se presentaban escollos en el camino. Y en el reparto de la tarea, no había ni colores políticos, ni personalismos. Todos al tajo del trabajo, cada cual desde donde podía y debía. Por eso fue posible que, tras un primer intento fallido, se volviera a andar el camino, con la lección aprendida y con el ánimo redoblado.
 
Pues bien, de aquel empeñado trabajo podemos aprender que para llegar con éxito hasta la reunión futura de la UNESCO hay que trabajar seriamente, para conseguir contar con una base social muy amplia y plural, que no se refiera tan solo a las organizaciones de siempre, sino que con imaginación involucre a los sectores más variados. Piénsese, por ejemplo, en la incorporación, naturalmente, de las organizaciones de los países latinoamericanos. A través de todas ellas se puede alcanzar un sinnúmero de adhesiones, ya sean de ciudadanos anónimos, ya de auténticos VIPs.
 
Para que esto sea posible, la experiencia flamenca aconseja tener en cuenta, al menos, dos elementos, entre otros muchos que se deberán estudiar. En primer término, la entidad encargada de la gestión de todo el proceso. No hay que quitar mérito alguno a las tres organizaciones que hoy lanzan su manifiesto a los cuatro vientos; por el contrario, hay que aplaudir su iniciativa. Pero sin hacer de menos su valía, el objetivo que se persigue es tan importante que exige un sustento institucional más amplio.
 
Y así, conviene pensar en la creación de una especie de Comisión Gestora que se responsabilice de toda la tramitación. Tiene que entenderse esa Comisión como un organismo unitario en el que estén presentes todos los sectores. Deberán estar, naturalmente, los tres promotores iniciales, pero habrá que unir otros nuevos de la sociedad civil. Y ahí caben desde una representación del G-10 –esto es, las diez figuras del toreo que encabezaron las gestiones para salir de la crisis–, a la representación formal de los aficionados. Si no fuera por las disputas que la tiene abierta en canal, ahí debería tener un papel muy importante la Mesa del Toro [entre paréntesis: también éstos han elegido el mejor momento para meterse en esas discusiones internas que los tienen inhabilitados]; pero como ni se sabe cuando se normalizara esta organización, habrá que dar cabida directa a los criadores de reses bravas y a los profesionales taurinos. Pero, sobre todo, en esa Gestora, o en el Patronato que la arrope y apoye, deben tener su sitio intelectuales, escritores y artistas, así como personalidades de renombre internacional, cuyo papel es crucial: enriquecer el discurso teórico en el que se fundamente la petición a la UNESCO.
 
Planteada siempre desde la sociedad civil, una organización de este tipo, al igual que ocurrió con el Flamenco, debe contar naturalmente con un pequeño equipo de trabajo, que se responsabilice de la actividad diaria. Y para evitar problemas, lo mejor sería que ese equipo se dedicara a tal tarea sin remuneración alguna. Pero, además, bien le vendría también trabajar sobre un Plan de actividades, en el que se vayan estratificando con orden y concierto las distintas actuaciones. Dentro de ese programa de trabajo es donde se debiera enmarcar una convocatoria mundial a un gran acto solemne que sirva como “primera piedra” de todo el proceso.
 
Tanto en el desarrolle de las actividades ordinarias –recogida de adhesiones, promoción de manifiestos a favor, elaboración de dossieres, etc.— como en la captación de adhesiones y la celebración de actos públicos de especial relevancia, pueden jugar un papel decisivo el ministerio de Cultura y las Comunidades Autónomas, como Andalucía jugó en el caso del Flamenco.
 
Y ese papel se llama “convenios de colaboración”, en virtud de los cuales una organización oficial se encarga de financiar un gran evento, otra promueve  el hermanamiento con una institución de otro país, una tercera da apoyo para realizar presentaciones de la iniciativa en distintos puntos de la geografía taurina, etc. Es decir, podrían dar soporte material para que la Gestora pueda desempeñar su misión. Raro sería que al menos siete u ocho comunidades autónomas, si es no son casi todas, no quisieran colaborar. Pensemos, por ejemplo, en Andalucía, Castilla La Mancha, Extremadura, Navarra, Castilla León, Comunidad Valenciana, Madrid, La Rioja o Murcia. Con un poco que ayude cada una, la tarea que puede realizarse sería inmensa.
 
Otro tanto cabría pensar de otro tipo de instituciones, e incluso de personalidades individuales, que puedan estar dispuestas a colaborar, siempre con el objetivo de dar el mayor apoyo se los posibles a la iniciativa.
 
En suma, si de verdad creemos en los beneficios reales que para la Fiesta tiene contar con ese respaldo universal de la UNESCO, vamos a demostrarlo, poniendo cada uno de nuestra parte aquello que nos corresponda.
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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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