MADRID.- Segunda del abono, en la festividad del Santo Patrón. Lleno de “No hay billetes”: 23.624 espectadores, en tarde muy agradable.
Toros de Fuente Ymbro (Ricardo Gallardo), con remate, buenas hechuras y bien armados, pero de juego muy desigual y escaso; sólo cumplidores ante los montados; destacó la bravura y la entrega, en un excelente último tercio, siempre con el morro por el suelo y fijo en la muleta, del cinqueño que hizo 3º, bien entendido por Perera.
Juan Serrano “Finito de Córdoba (de nazareno y oro), silencio y silencio. Diego Urdiales (de azul Bilbao y oro), silencio tras aviso y silencio. Miguel Ángel Perera (de verde botella y oro), dos orejas tras aviso y silencio; salió a hombros por la Puerta Grande.
Incidencias: Desde la meseta de toriles presenció el festejo S.M. el Rey don Juan Carlos, acompañado por la Infanta Elena y su hija Cristina Federica, recibidos con una fuerte ovación. Miguel A. Perera le brindó el toro de su triunfo y Diego Urdiales el 5º.
Perera, las 2 primeras orejas del abono.(Plaza 1) |
En la fiesta del Santo Patrón, primer “No hay billetes” y primera Puerta Grande. Una buena manera de festejarlo. Y oportunísimo que ocurra al inicio del abono, por si en algo sirve para animar a la afición para el largo periplo que nos espera hasta el 16 de junio.
No es cosa de poner peros al triunfo de Miguel A. Perera, en una tarde que derrochó temple y firmeza. Acertó a ver la tecla que pedía el 3º, el único cinqueño del conjunto. Y tras unos primeros tercios difusos por el comportamiento del fuenteymbro, el torero extremeño se colocó, muleta en la derecha, de lejos y lo aguantó impávido. Fue el prólogo a tres series soberbias, muy por abajo y llevándolo templadamente hasta el final. Por el pitón izquierdo el toro era otra cosa, pero Perera la intentó con buen trazo en algunas ocasiones. Volvió caldear la plaza sobre la derecha y, sin necesidad de arrimones, cuando dejó toda la espada arriba y en buen sitio, cayeron las dos orejas. Lo volvió a intentar con el más apagado en bríos y recorrido que cerró la función; también a este lo pasaportó con eficacia.
Con el lote que le correspondió poco más de lo que hizo puede pedírsele a “Finito de Córdoba”, salvo evitar el aperreo con el que concluyó la lida del 4º: hay que saber hasta pasar bien los momentos de apuros. Mucha gente llevó a los tendidos Diego Urdiales, recibido con una ovación de gala en recuerdo del pasado otoño; con sus formas clásicas, el riojano fue el torero clásico y con regusto añejo de siempre, pero en esta ocasión ninguno de sus dos oponentes daban otra posibilidad que dejar sentados sus buenos propósitos.
Con independiencia del juego que luego dieron, que no fue precisamente notable, en la festividad del Patrón quedó claro lo que es más que un detalle: La seriedad que pide Madrid no es la del toro del “Tío Picardías”; la que quiere es como la selección que Ricardo Gallardo hizo para el sexteto que lidió este miércoles. Toros bien hechos, bajos pero con remate; sin un exceso de romana (554,2 de promedio), en la que solo el 4º superó de los 600 kilos y fue el de peor juego; todos con muy respetables arboladuras, ofensivas además. Luego el juego que dieron fue manifiestamente mejorable, porque abundaron los escarbadores y los que deambulaban por el ruedo a su aire, sin clase ni nada que se le pareciera. Pero todos, el bueno y los malos, tuvieron su fondo de emoción; el que además metió la cara en los engaños, que fue el 3º, lo hizo con profundidad y largura. A tenor de esta tarde y de la anterior novillada, no va a resultar una exageración que Ricardo Gallardo viaje hasta en 5 ocasiones a Madrid en una misma temporada.
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