Nacido en Estella (Navarra) en 1966, Pablo Hermoso de Mendoza reconoce que ya desde su infancia tenía una gran afición por la equitación. Pero fue a raíz de una corrida de rejoneadores que, cuando era estudiante en Logroño, ve en televisión cuando siente la llamada a ser torro a caballo. Y a ese empeño se dedica con constancia, venciendo yodo tipo de dificultades, pero con el objetivo final inamovible. Y lo consiguió, desde aquella tarde primera en la localidad navarra de Viana hasta alcanzar el escalón de ser considerado la primera figura en el toreo a caballo. Fue duro y trabajoso, pero su calidad se impuso a las circunstancias. Buena parte del éxito lo adjudica a sus caballos, a los que gusta preparar personalmente, con tal grado de acierto que hoy tiene una de las yeguadas más cotizadas, especialmente para caballos para el rejoneo. De hecho, rara es la corrida de rejones que se celebra en la que no sale al ruedo un caballo con su hierro.
En este reportaje de documentación se ha realizado una selección de sus opiniones y criterios, a través de una docena de sus declaraciones en una docena de entrevistas publicadas en los últimos años.
El rejoneo
► Soy torero, siempre he sido torero y siempre seré torero; montado a caballo, pero torero.
► El rejoneo es el arte de ser capaz de torear un toro con un caballo, absorbiendo toda la violencia que pudiera tener y consiguiendo mostrar una belleza plástica, cadenciosa con ritmo y mucha estética.
Su carrera
► Nunca pensé que iba a llegar donde estoy. Para mí el sueño era poder llegar a dominar las embestidas del toro con un caballo, poder hacer quiebros, torear de frente… todas esas cosas. Pero nunca pensé en llegar a ser figura, lo veía muy difícil.
► Desde que yo comencé he cambiado mucho, porque me ha ido cambiando la vida, y con ella he cambiado matices, pero no mi concepto base.
► Lo dejaré cuando pierda la ilusión por lo que hago, cuando deje de disfrutar y, sobre todo, cuando vea que el público ya no disfruta con mi toreo.
► A mí se me ha puesto como el revolucionario dentro del mundo del rejoneo. El jinete que cambió el rumbo y muchas más cosas se han dicho. Yo lo único que he tratado de hacer ha sido seguir mis sentimientos y transmitir a los tendidos lo que yo tenía dentro.
►A veces se dice que todo lo que he ganado en clasicismo lo he perdido en garra. Pienso el concepto de garra a veces se confunde con gesticular, enrabietarte o enfadarte y por tanto, ante esto, sí te puedo decir que la he perdido, Creo que no vamos a ver a José Tomás pegar rodillazos, ni a Enrique Ponce hacer los alardes que hace un muchacho cuando empieza. Yo también he hecho muchas cosas cuando empezaba con veinte años, pero ahora, con cuarenta, quiero ser un clásico. Y esto implica muchas cosas: sobriedad, no vender algo que no tenga valor. Por eso, cuando hago algo importante, lo vendo, y cuando no lo hago, bajo la mirada y mato al toro lo mejor posible. Yo no quiero convencer a nadie de que ha sido importante lo que no lo ha sido.
► En una temporada el principio y el final cuentan mucho, para coger fuerza y para colocarse en un digno puesto, respectivamente. A mí me parece más importantes cómo se termina. El final de año es el que suele dejar el buen o mal sabor de boca y siempre es una satisfacción terminarlo de forma triunfal.
► Siempre he sido un clásico, sí, pero un clásico muy rebelde y con mucho fundamento y respeto. Me he enfrentado a un sistema que no funcionaba, y por mi trayectoria y por cómo me han tratado después las empresas, la prensa y los aficionados, se ha visto que mis peticiones eran más o menos justas. Y se ha abierto un camino, una autopista, me atrevería a decir, para todos los que vienen detrás. Ahora bien, tampoco noto muchos cambios en el resto de los compañeros. Por ejemplo, de vez en cuando, todos siguen matando erales; algunos dicen que no toman la alternativa porque van a seguir matándolos y no les parece que tomarla tenga categoría, cuando yo creo que lo que no la tiene es torear novillos. Siendo exigente, creo que hay menos figuras en el rejoneo y menos gente arriba con fuerza de la que ha habido en otros momentos.
La competencia
► Cuando una figura rompe con fuerza y con las normas establecidas, lo normal es que todo el mundo intente seguirle sus pasos. Yo creo que es positivo porque se va creando una escuela técnica del rejoneo, lo que me da miedo y no me gusta es que intenten imitar más los gestos y efectismos en la plaza, que la profundidad y la técnica. Imitan la manera de vestir, de saludar, de quitarse el sombrero. Los remates bonitos, quizás con menos peligro, pero que hacen gran efecto en el público, abandonando la profundidad y la verdad que has querido seguir en tu rejoneo, siendo este el gran peligro de la imitación.
► Siempre es bueno que alguien tire del carro contigo en los más de 20 años de alternativa, he tenido todo tipo de etapas. En su momento tuve una gran rivalidad con Andy Cartagena; luego hubo años en que brotaron muchos toreros nuevos, como Ventura, Montes y Galán, y sentí que algunas empresas hicieron un cartel de jóvenes y que me dejaron fuera de varias de sus plaza. He tenido años de todo tipo, en cuanto a tirar o no del carro. ¿Ahora? Siento que es otro momento bonito, de mucha competencia con Ventura, y que el resto se han quedado un poco descolgados, pero yo sé que en cualquier momento va a haber un demarraje de alguno de ellos; de hecho, ya lo está habiendo.
Los inicios
► El primer caballo del que tengo memoria no era ni siquiera un caballo. Era un pony de tamaño medio, negro, llamado ´Furia´.
► Pezanha un caballo lusitano que me llegó cuando comenzaba a dar mis primeros pasos en el toreo. En aquellos inicios apenas contaba con dos caballos, Cafetero y este Pezanha, que era mucho más torero. Apenas una semana antes de sacarlo en una plaza de primera, sufrió una cornada interna sin importancia, pero los veterinarios decidieron operarlo. El problema vino con la anestesia, que no soportó, y murió en la operación. Fue uno de los momentos más difíciles de mi vida, porque era el primer animal que perdía y sobre todo por la forma tan tonta en que ocurrió. Se me vino el mundo encima y por un momento se me pasó por la cabeza abandonarlo todo a escasos siete días de tomar la alternativa.
► Siempre cuando pierdes un caballo es una pena muy grande. Con el caballo se llega a tener una relación muy íntima. Caballo y jinete somos uno y con el animal se han vivido muchas tardes, de riesgo, de satisfacción, de alegrías y de penas. El rejoneador es lo que es gracias al caballo; sin él no es nada, se lo debemos todo.
La cuadra
► Cuento habitualmente con un total de 25 caballos, que en cualquier momento pueden torear a un buen nivel. Luego hay varios potros en preparación de tres, dos y de un año, además de las yeguas de cría. En total tengo unas 120 cabezas de equinos en mi finca de Navarra.
► Ahora mismo, junto con algún ganadero portugués, soy uno de los que más caballos tienen toreando, en mi cuadra y en las de varios compañeros. De aquí algunos años, si no soy muy torpe, habrá muchísimos caballos de mi hierro, porque estoy seleccionado exclusivamente para el toreo a caballo. Y eso se tiene que notar.
► Lo primero que buscas en un caballo es que tenga calidad. Ocurre que muchas veces buscas algo diferente, que se salga de la norma que tienes en la cuadra, un caballo distinto que despierte tus ganas de montar. Esto no quiere decir que vaya a ser mejor que otros, sino simplemente que buscas nuevos horizontes y sensaciones distintas. En los potros que elijo de la camada de un año, muchas veces he buscado dificultades. No busco el caballo fácil, que se va a poner rápido, sino uno que me lleve a tener la inquietud de montarlo y de superar sus problemas.
► Poner en figura un potro nacido en tu casa es algo precioso. Yo soy un enfermo de eso, y aunque reconozco que esto me complica más sacar caballos, me he acostumbrado a hacerlo así. Lejos de lo que con buen criterio hacen otros compañeros, que es buscar fichajes en las cuadras de otros rejoneadores y, tras un retoque, en cuestión de un mes tienes un caballo toreando, soy un romántico del tema, y me hace ilusión que un caballo importante lo sea porque lo he criado y porque he trabajado con él. Cumplir el ciclo completo te hace implicarte mucho más. Los cuadros que expongo, los muestro porque los he hecho yo, no porque los he comprado.
► Al principio tenía caballos fundamentalmente de línea Veiga, pero luego compré algunas yeguas hannoverianas, buscando mejorar el movimiento. Ésta es una raza de doma clásica, por eso tuve que buscar yeguas más recortadas y bajitas de la típica línea hannoveriana. Buscaba calidad de movimiento, que es lo quizá le puede faltar al caballo portugués.
► La genética ayuda mucho. Cuando has conocido a un caballo al máximo, como yo lo he hecho, por ejemplo, con Cagancho, su descendencia hereda lo bueno y lo malo y sólo en el galope ya se puede comprobar que son hijos de quien son.
► Cagancho estaba considerado como un caballo que no iba a ser un buen caballo para torear. Mi trabajo con él tuvo dos vertientes: La del entrenamiento y el entendimiento con el caballo. Así llegó a ser lo que fue. El rejoneador debe saber sacar todo lo que el caballo lleva dentro y exponerlo en su máximo esplendor ante el público. Pero debe primar la faceta fundamental del respeto hacia el caballo y el amor por él. Yo procuro hacerlo desde el principio, mostrarlo a él como la estrella, hacerlo sentir torero y es algo que la gente percibe enseguida y lo hace figura del rejoneo.
Las tesis antitaurinas
► El toreo en su conjunto lo veo como un arte y por lo tanto no la puedo calificar de barbarie.
► En mi opinión, parece que están negando una manifestación cultural española. Algo así como si atacaran un patrimonio del país. En el caso de Cataluña, lo primero que me produce es tristeza e impotencia, sobre todo, por los aficionados de esa comunidad española. Las prohibiciones son medidas que no están bien en un mundo democrático como el nuestro. La plaza de Barcelona ha sido en estos últimos años centro de actualidad por varios festejos taurinos; es triste que a partir de ahora ni los aficionados catalanes ni los del resto de España o Francia puedan asistir a ella. Creo que, aunque detrás de ellas están tanto los defensores del animal como los que reniegan de la fiesta por ser un tema español, lo cierto es que predomina más esto último. Ha sido más una decisión por tema político.
►Respeto la opinión de los antitaurinos. La Fiesta hay que entenderla, y para los que la ven desde afuera puede resultar un poco dura. Yo siempre he estado abierto a algunos cambios.
0 comentarios