PAMPLONA. Tradicional prólogo ecuestre. Casi lleno. Toros de los hierros de El Capea, nobles y de buen juego, al 4º se le dio la vuelta al ruedo; más complicado el 2º, venido a menos el 5º. Pablo Hermoso de Mendoza, dos orejas y dos orejas. Leonardo Hernández, dos orejas y ovación. Roberto Armendáriz, silencio y silencio. Hermoso de Mendoza y Hernández salieron a hombros por la Puerta del Encierro.
Tarde intensa y vibrante de toreo a caballo, con una actuación soberbia de Pablo Hermoso de Mendoza y una faena de mucho mérito de Leonardo Hernández. Todo ello con una noble corrida con los hierros de la Casa Capea, en la que destacó de forma especial el 4º, muy bravo y premiado con la vuelta al ruedo.
Nadie discute hoy la posición de magisterio Pablo Hermoso de Mendoza, reconocido sin rodeos como el innovador del toreo a caballo en las últimas décadas. Esta tarde tan triunfal de Pamplona no ha sido más que un nuevo y brillante capítulo en esa historia. Ya con el noble 1º el navarro hizo verdaderamente el toreo, con temple, con buen ritmo, en una labor reunida y ligada, en la que puso esa chispa que le faltaba a su enemigo. Muy despacioso su toreo montando a “Berlín” y con mucha emotividad cuando sacó a “Beluga”. Un rejonazo en lo alto tiró patas arriba al animal, para luego pasear las dos orejas.
Se creció frente al gran 4º, con una lidia unitaria, compacta, con momentos de especial excelencia. Tuvo además la inteligencia de acudir a recursos lícitos para meter a los tendidos en la faena con el toro de la merienda, hasta coronarla con un preciso par a dos manos montando a “Pirata”. La realidad es que los bocadillos se dejaron a un lado. Otro rejonazo fulminante y otras dos orejas, haciéndose acompañar en la vuelta al ruedo por el mayoral de la ganadería.
Debutaba en Pamplona, después de sus triunfos en Madrid, Leonardo Hernández. Y la verdad es que no decepcionó. Supo entender a su primero, que tenía sus peplas, siempre con la cara por las nubes en los encuentros, aunque acometiera con buen son. Lo entendió desde el primer momento y eso le permitió desarrollar una lidia que fue a más montando a “Sol” y que culminó con la espectacularidad que aporta “Xarope”. Y todo, sin pausas innecesarias, ni pasadas en falso. Un certero rejón acabó con su enemigo. Dos orejas unánimes. Menos centrado se le vio con el 5º, con menos raza que sus hermanos y que pronto se vino abajo, haciendo más trabajosa su labor, que no acabó de remontar.
El también navarro Roberto Armendáriz, que como valor local se ha hecho “fijo” en este cartel, tuvo una digna actuación frente al 3º, con momentos muy templados, junto a otros más desiguales. Tuvo un final más emotivo, cuando montaba a “Duende”, pero luego se sucedieron los fallos con el rejón de muerte. Muy entregado frente al que cerraba plaza, para no irse en esta tarde de vacío, en ningún momento le perdió la cara al buen capea, pero la lidia no fue a más. De nuevo se repitieron los fallos a la hora de matar.
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