La negativa de Morante a anunciarse en el abono de Sevilla ha sido la gota que ha colmado el vaso de la indignación del aficionado sevillano, ya de por sí bastante colmadito desde el año pasado.
En la temporada 2014 el chantaje del G5 fue hecho público mediante un comunicado de infausto recuerdo, este año la decepción ha venido con cuentagotas. Nos la prometíamos muy felices, con el “vamos a hacer la cosas bien”, “Sevilla merece un esfuerzo”, “vamos a pedirnos perdón”, etc. La Empresa dio el paso de pedir perdón mediante un comunicado, faltaría más. Pero nada, este año el G5 sin ser “G”, porque no ha transcendido que sea una postura grupal, se ha quedado en 4.
De lo poco que hemos ido sabiendo se detectaba mucha dificultad para confeccionar el abono, tanto que la empresa no nos mandó en diciembre la información con las ganaderías contratadas como era su costumbre, y a la fecha que estamos, poco había transcendido sobre los carteles, cuando otras año estaban casi listos.
Con Manzanares ya contratado, pronto supimos que Perera no vendría, después fue El Juli el que cayó después de darlo casi por hecho. Recientemente Talavante, del que decían incluso que se anunciaría el Domingo de Resurrección. Viendo el panorama, nos enteramos que la empresa había ofrecido a Morante cinco tardes en al abono como si fuera la mismísima reencarnación de Curro, y ayer, mediante otro escueto comunicado, Morante informa que no hay acuerdo.
Con todo este lío, unos se alinean con los toreros y otros con la empresa, pero muy pocos apoyaron al aficionado. Los que se alinean con los toreros argumentan la torpeza de la empresa de no haber sido capaces de solucionar el problema en todo el año, y también que si estos toreros van a todas las ferias menos a Sevilla, por algo será. Los que se alinean con la empresa argumentan que sospechan que hay intereses ocultos entre los apoderados de ciertos toreros de quererse quedar con la plaza de Sevilla, como ya se han quedado con otras y con ganaderías. Porque extraña ni aun ofreciendo lo que puede que no se merezcan, lo aceptan, y si no hacen estos gestos de fuerza en otras plazas, es por la propia idiosincrasia de Sevilla. No hay ninguna de ésta categoría que tenga titularidad totalmente privada y con contrato a largo plazo, que no se puede sustituir por otro mejor mediante concurso o por concurrencia de ofertas.
Saben ustedes que no tengo mucho problema en decir lo que pienso, y mi postura, criticando a la empresa por el tiempo perdido y por los resultados de la negociación, está absolutamente en contra de los toreros. No porque me crea o me deje de creer la historia de Bailleres, sino porque me parece que no han puesto el interés necesario en resolver la situación. Ni piensan en la afición, ni parece que les importemos mucho. La plaza vacía del año pasado va a ser muy difícil volver a llenarla, ni siquiera cuando vuelvan, y a ver cuándo vuelven y cómo los reciben.
El problema de todo es que no nos vamos a enterar de la verdad nunca. Nadie va a poner sobre la mesa ni las negociaciones ni las exigencias de unos y las ofertas de otros. Así pues, esto es lo que hay. Otro abono parecido al del año pasado donde ni las novedades que triunfaron tuvieron sitio en otras plazas por el entramado empresarial con que está montado esto. Los enemigos los tenemos dentro, como siempre. No corren buenos tiempos para el Toro.
►Los escritos de Ignacio Sánchez-Mejías pueden consultarse en su interesante blogs “Desde el tendido 2”, en la dirección:
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