No hay por qué tener miedos al cambio de gestión en Bilbao, si las cosas se hacen bien

por | 17 Ago 2018 | Informes

Cuando este  26 de agosto se arrastró a "Pastoso", un sobrero de Salvador Domecq que completó la corrida de Miura, ha comenzado la cuenta atrás en la plaza de Vista Alegre para dar paso al gran cambio: la completa privatización de la gestión mediante un concurso público. Incluso aun en la hipótesis de que la Casa Chopera –ahora con el apoyo indispensable del grupo mexicano de Bailleres, según han anunciado en privado– gane la adjudicación, ya nada será lo mismo. Quien obtenga la gestión lo será asumiendo las perdidas o las ganancias que se produzcan, sin ningún genero de paraguas protector como los que hubo en las últimas décadas. Ahí radicará el gran cambio.

 

Pero de antemano no debiera existir ningún genero de miedos a ese cambio. Es posible que algunos tengan preocupación; pero en casos similares, se suele tratar de aquellos que han tenido algún género de interés personal, que por lo general son poco confesables. Pero para los demás, todo se queda en esperar a que la Comisión evaluadora sea justa y en que quien al final gane el concurso piense sobre todo en la afición.

 

En el pasado no tuvieron miedo en 1949 quienes entonces ocupaban la Junta Administrativa para superar un ejercicio en pérdidas. De aquel cambio arranca la presencia de la Casa Chopera en Bilbao, aunque quien en realidad consiguió volver a llenar de nuevo la plaza fue el llamado Grupo Club Cocherito, que devolvieron todo su esplendor a las temporadas taurinas de Bilbao en 1952 y 1953. Luego, quizá por los celos entre las burguesías locales,  la Junta no quiso que ese Grupo singular continuara en los años 54 y 55, pese a haber presentada la oferta económicamente más ventajosa para las instituciones beneficas.

 

Pero aquel gran cambio surgido de 1949 no es transportable a la actualidad. Entonces Vista Alegre estaba en manos privadas, además de carácter asistencial; hoy, la titularidad es semipública y la “administración general” corresponde al Ayuntamiento. Pero, sobre todo, en el ayer los concursos de adjudicación tenían naturaleza privada, por lo que la propiedad quedaba con las manos libres para decidir a quien se daba la gestión; hoy, sin embargo, todo debe llevarse a cabo en función de la Ley de Contratos Públicos, lo que entre otras cosas exige unos niveles de transparencia hasta ahora desconocidos y una Comisión evaluadora, cuya composición y decisiones serán públicas.

 

El punto de partida: blindar los usos taurinos

 

Según ha adelantaba hace unos meses Ricardo Barkala, cuando todavía ocupaba en representación del Ayuntamiento el cargo de “administrador general de Vista Alegre”, en el pliego correspondiente –del que ya tenia un borrador– se exigirá que las empresas para ganar el concurso  se comprometan a asumir las inversiones en la plaza previstas como necesarias. En una primera evaluación, esas obras que deberá realizar el futuro gestor se cifraron en al menos 1,5 millones de euros. En función de su cuantía, y del canon que se establezca, se determinará el tiempo de la concesión. 

 

En este sentido, el entonces teniente de alcalde –hoy Presiente del Puerto de Bilbao–, señalaba ya que había “cuatro o cinco empresas interesadas” en el contrato que se adjudicará hacia octubre. Dos ya lo han confirmado: Simón Casas/Nautalia y los Chopera.  “Las condiciones que  se establezcan garantizarán, en la medida de lo posible, el éxito del nuevo modelo”.

 

Con referencia al pliego, que ahora es lo que más importa, Ricardo Barkala fue rotundo al afirmar que, por mucha solvencia económica y financiera que acredite, no habrá posibilidad de que una empresa antitaurina se haga con el contrato para gestionar la plaza. El pliego de condiciones blindará las Corridas Generales. No limitará la celebración del número festejos taurinos en el coso, aunque sí pondrá freno a ciertas actividades que vayan en “contra de los valores de la ciudad”, que en otro momento Barkala matizó. 

 

El Consistorio no tiene en mente que los festejos con toros aumenten sobre lo habitual de agosto, pero tampoco se opondrá a que el gestor lo haga. “Podría ser que el nuevo gestor organizara en julio una corrida o un homenaje a Ivan Fandiño, por poner un ejemplo. Eso no lo vamos a limitar”, aseveró. Tampoco impondrá una duración específica a las Corridas Generales, que podrían reducirse a ocho o siete días en lugar de las nueve jornadas actuales. Donde sí se pondrán líneas rojas es en la celebración de espectáculos como, por ejemplo, del Bombero Torero, “eventos que socialmente no están en sintonía con los usos y costumbre de esta ciudad”.

 

Por otra parte, se exigirá que el gestor tenga “músculo económico, con avales” y “experiencia en gestión de plazas de primera”. Entre otras razones, por las obras de mantenimiento y remodelación a las que deberá hacer frente, que no son pocas: “Hay que identificar dentro de la plaza cuáles son los puntos débiles”, señaló Barkala, quien ya comenzó a realizar un listado de los mismos, listado que a día de hoy ya deberá estar completado. 

 

Una de las mejoras deberá efectuarse, por ejemplo, en la cocina, donde solo se puede “calentar la comida de catering, pero no se puede elaborar nada”. Este hecho no es meramente episódico:  como se sabe, las comidas en la plaza siempre fueron una actividad muy característica del coso bilbaíno, con una gran tradición a sus espaldas. También detalló mejoras realizables en el Museo Taurino o en las galerías del coso, por citar otros ejemplos.

 

Algunos puntos a tener en cuenta

 

Si las líneas maestras conocidas en abril –que se supone que en este agosto ya estarán más avanzadas–, las condiciones del pliego sonaban bien entonces y ahora. Pero a buen seguro quedan flecos,  que Tomás del Hierro –sucesor de Barkala como “administrador general de Vista Alegre”– andará evaluando.

 

Y así, para que no se den conflictos posteriores, el buen propósito de blindar la plaza y su categoría pasa a efectos prácticos por establecer con claridad las competencias y misiones que se conceden s partir de ahora a la Junta Administrativa y sus relaciones con la nueva empresa. No podrán ser muchas, desde luego, porque los riegos económicos los asume un tercero ajeno, al que hay que respetar su derecho al libre ejercicio empresarial, en el que constitucionalmente no cabe, por ejemplo, el derecho de veto. Como por ese motivo se tratará de competencias muy difusas, mejor será aclararlas en el propio pliego antes de empezar a rodar.

 

Otro tanto ocurre con los gastos estructurales y de funcionamiento de la Junta Administrativa. ¿Quién les paga, por ejemplo, los desplazamientos al campo  y/o a otras ferias, o los llamados gastos de representación, o el personal a cargo de la Junta? Hay que partir del principio de que quien llegue como nuevo gestor  tiene derecho a nombrar a un nuevo Gerente y a su equipo profesional. Aunque guarda pocas similitudes, sí puede tomarse como referencia el Centro de Asuntos Taurinos de Madrid, en el que todas aquellas partidas de gasto que no están no previstas expresamente en el pliego, corren a cargo de los presupuestos de la Comunidad de Madrid, no de la empresa adjudicataria.

 

Por otro lado, ahora que a efectos ejecutivos se está haciendo un nuevo replanteamiento de las entidades propietarias, podría ser un momento muy idóneo para revisar la propia composición de la Junta, que desde hace muchos años arrumbó en la práctica el antiguo principio de que una tercera parte de sus miembros lo eran en representación de la afición, en tanto los otros dos tercios correspondían al Ayuntamiento –antes, al Hospital Civil– y a la Casa de Misericordia. Bilbao cuenta con sobradas y solventes instituciones taurinas –desde los Clubs y Peñas, hasta los titulares de “propiedades”– para constituirse en “la voz de la afición”, algo que dotará de mayor grado de representatividad a esa Junta. Y de paso, incorporar nuevos aires y nuevas opiniones a la institución.

 

No será marginal precisamente la política de precios y ofertas sobre als entradas que se delimiten en el pliego. Hoy por hoy, Vista Alegre sigue siendo una de las plazas más caras de toda la geografía. Y tal dato constituye uno de sus puntos débiles. 

Pero en aras de un mejor futuro, nada malo se haría si previamente se revisan las ordenanzas municipales acerca del uso de estas instalaciones públicas para organizar espectáculos no taurinos. En Madrid ha sido motivo de conflicto precisamente por diferencias entre las dos instituciones públicas que estaban en juego. Hay que pensar que en este caso, como toda la organización del concurso como recaerá en manos del propio Ayuntamiento, no tendría que haber problemas. Pero revisar esta cuestión antes de dictar el pliego no vendría mal.

En suma, al nuevo gestor hay que pedirle que en Vista Alegre se resuelva un mal que viene de atrás: el abandono del "toro de Bilbao" y los carteles sin personalidad, que estaban en la raiz de la pérdida de las señas de identidad de esta plaza, como los expertos pusieron de maniiesto hace unos años en una mesa redonda celebrada en el Club Cocherito. 

 

Los número del pasado

 

Pero si volvemos a las declaraciones de Ricardo Barkala, en los datos económicos destacaba que el balance del ejercicio de 2017 había sido negativo para la plaza de toros, al arrojar unas pérdidas de 216.595 euros teniendo en cuenta la depreciación del inmovilizado que conforma su patrimonio. Es la cantidad más elevada de los últimos años: en 2016 las pérdidas fueron de 88.768 euros y en 2015, de 153.246 euros. Barkala también ofreció las cifras al margen de la amortización, que el último año fueron de 127.882 euros en números rojos, frente a los 3.474 euros en positivo de 2016 y a los 55.014 euros en negativo de 2015. En cualquier caso, 2013 fue el último año en el que Vista Alegre cerró sus cuentas con un remanente positivo de 74.527 euros.

 

A pesar de ello, Barkala tuvo interés en insistir que el balance de las Corridas Generales de 2017 fue positivo, ya que se cerró con un beneficio neto de 221.742 euros. Además, señaló que el número de asistentes fue superior al ejercicio anterior, puesto que se sumaron 71.681 espectadores, frente a los 63.340 de 2016. Sin embargo, aunque en 2016 se despacharon menos entradas, el beneficio fue de 388.552 euros, muy superior al del año siguiente con mayor número de asistentes. Como explicación a esta circunstancia, Barkala destacó que programar un mejor cartel ha supuesto el pago de honorarios más importantes a los diestros, circunstancia a la que se sumó la adaptación al nuevo IVA cultural.  

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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