Miguel A. Perera: «Me encuentro en mi mejor momento, como he podido demostrar cada tarde»

por | 17 Oct 2014 | Entrevistas

“Todo lo que soy, que va mucho más allá de todo lo que tengo, se lo debo al toro”. Dice de sí mismo Miguel Ángel Perera (Puebla del Prior, Badajoz, 1983), cuando se han cumplido ya 10 años de alternativa y pasaron hasta 15 desde que por primera vez toreó en público, en agosto de 1999, en Baños de Montemayor. Una juventud, la única que un hombre tiene en su vida,  entregada por completo al toreo.

Pero a continuación asegura que “me esfuerzo día a día por ser mejor. No hay descanso. Y, cada día, más afición”. Quizá ahí radica su trayectoria, arriesgadamente ascendente desde el primer día, incluso desde antes de que debutara con caballos en la plaza donostiarra de Illumbe, en febrero del año 2002, y que vino a confirmarse de una manera rotunda cuando el 6 de junio de 2004 debuta en Las Ventas y abre la Puerta Grande, después de cortar tres orejas. El camino quedaba expedito para dirigirse directamente hacia la alternativa, acontecimiento para el que eligió la plaza de Badajoz, con El Juli como padrino.

Refrendada su posición en el toreo en Madrid y Sevilla en la temporada de 2005, durante el año siguiente se anota hechos muy singulares, entre ellos las 4 orejas en la feria de San Isidro y su encerrona épica también en Madrid por el 3 de octubre, la de las tres orejas y las dos cornadas.

Cerrada la temporada del 2006, en su camino se cruza un hombre independiente que, a nuestro entender, luego ha resultado decisivo: Fernando Cepeda, matador de toros, licenciado en Derecho, recién retirado de los ruedos, pero sobre todo con una concepción del toreo tan pura que era digna de ser enseñada por quien pudiera entenderla en toda su profundidad. El paso del tiempo ha confirmado que aquello no fue un simple “matrimonio de conveniencias”, aquello resultó ser la conjunción necesaria de un torero y un apoderado dispuestos a caminar con firmeza.  Vista a día de hoy, cuando Perera se ha convertido en el torero más importante y regular de todas las ferias, cuando además se ha ganado por completo a la afición, la realidad nos enseña que ambos acertaron.

Con este Miguel Ángel Perera hablamos, cuando su temporada en España ha llegado a su fin, que en América aún le quedan México DF y Lima. Pese a la crisis y a todas las demás circunstancias, ha sido el año de su consagración definitiva, la del reconocimiento general. Y hablamos tranquilamente, no ya sobre los asuntos diarios de un torero, sino sobre su concepción del toreo, sobre todas esas cuestiones básicas que hace que el toreo sea un Arte grande, a pesar de todos los pesares.

“El nivel de 2012 y 2013 fue muy bueno. Gracias a Dios, este año ha sido rotundo”  

–A lo largo de esta temporada ha venido dando una dimensión que le hace ser el torero del momento, el que mayor regularidad viene demostrando. ¿En qué entiende que se basa esta etapa tan importante?
–Creo que es una cuestión de madurez. Personalmente, me encuentro en mi mejor momento, y esta temporada he venido a revalidar todo lo hecho durante las dos anteriores. No ha sido casualidad. El nivel de 2012 y 2013 fue muy bueno. Gracias a Dios, este año ha sido rotundo, como lo he podido demostrar cada tarde.

–Visto lo ocurrido en 2014, ¿cómo le gustaría que fuera la temporada de 2015?
–Deseo que sea una continuidad de todo este tiempo. No soy un torero que mire a largo plazo. Me gusta disfrutar día a día, y no hay uno sólo en el que no me esfuerce por mejorar, tanto si estoy en la plaza como si estoy entrenando.

–Desde hace años optó por caminar en el toreo con un apoderado independiente. ¿Qué balance que hace de esta experiencia?
–Con Fernando Cepeda encontré la horma de mi zapato. Nos entendemos perfectamente, y los dos buscamos lo mismo: la libertad. Junto a él soy dueño de mi carrera, y eso no lo cambio por nada en el mundo.

–Siempre se dijo que apostar por ganarse los contratos días a día era lo más duro para un torero. ¿Realmente es así?
–No le quepa duda. Si vas por libre, cada tarde te da el peaje para la siguiente. Además, siempre he creído que empezar una temporada con un número de corridas aseguradas te puede acomodar, y yo no tengo esa filosofía. Necesito la responsabilidad de saber que estoy donde me lo he ganado.

–Un tema puntual: ¿Para la temporada 2015 le podremos ver anunciado en Sevilla?
–Sobre este tema ya he dicho todo lo que tenía que decir. No ha cambiado nada al respecto. Dios lo quiera. Pero, de momento, todo sigue igual.

–Vayamos a unos temas fundamentales siempre en la Tauromaquia: ¿Cómo definiría el temple?
–La capacidad de ralentizar la embestida del toro.

–¿Y la bravura?
–Emplearse desde la salida de toriles hasta la muerte.

“El toreo lo concibo como un imponerse al animal y hacerlo sin tirones, de la manera más templada posible”. 

–¿Cuál es la concepción fundamental que definiría su Tauromaquia?
–El compromiso y la verdad.

–¿En su concepto del toreo, junto al temple, qué debe primar: la ligazón, la variedad, la naturalidad…?
–El toreo es un todo en el que se conjugan todas estas cosas, y muchas más. Lo concibo como un  imponerse al animal y hacerlo sin tirones, de la manera más templada posible.

–En su Tauromaquia qué pone por delante: ¿la responsabilidad de ser primera figura o la propia satisfacción?
–La responsabilidad va siempre por delante, pero también toreo por pura satisfacción personal.

–Se le ve a gusto tanto cuando toma a los toros de largo como cuándo se mete entre los pitones, pero ¿cuál es el terreno ideal que le gusta pisar?
–Aquel que marca cada toro, y no todos los toros te permiten estar en el mismo. Al toro lo tienes que ir haciendo.

–¿Se puede elegir un momento como aquel en el que más a gusto se siente durante la lidia?
–Más que elegir, es el toro el que te va marcando hasta donde puedes llegar.

–¿En qué elementos se fija cuando ve la salida de un toro?
–Sé que suena a tópico, pero el toro te lo canta todo desde que sale de toriles. Yo me fijo en la fuerza, pues mi toreo es de mucho sometimiento. También me preocupa que descuelgue. Y que tenga recorrido.

–¿Como explicaría a un aficionado en qué tiene que fijarse  para advertir cómo un toro va cambiando su comportamiento durante la lidia?
–El aficionado tiene que tener, de base, unos conceptos adquiridos. Tiene que aprender a ver al toro, y eso sólo se logra viendo muchos. Y, aún así, en la lidia de casi ningún animal dos y dos suman cuatro. Hace falta mucha afición, mucho querer conocer la idiosincrasia de cada encaste, saber ver cuándo se le hacen las cosas bien al toro, qué defectos se le pueden corregir, cuándo se le tapan… Al aficionado se le ha de exigir mucha paciencia, pues esto no se aprende de la noche a la mañana.

–¿Cómo definiría su concepto del lance a la verónica?
–Tengo al mejor maestro en la materia: Fernando Cepeda. Es un lance con el que me siento cada día más a gusto. Me sale del corazón. Lleva el nombre de la mujer a la que amo.

“Creo que es al natural donde más he madurado. Me siento muy a gusto, porque trato de alargarlo lo más posible, y muy templado”

–Del el pase natural…
–Creo que es al natural donde más he madurado. Me siento muy a gusto, porque trato de alargarlo lo más posible, y muy templado.

–¿Y de la suerte suprema? 
–Es la que todo te da, y la que todo te lo quita. Se dice que hasta el final nadie es dichoso. Pues con la espada, pasa lo mismo. Ya puedes haber hecho la faena de tu vida que, como pinches, todo se queda en nada.

–En estos años ha ido tocando todos los palos de los distintos encastes, ¿con cuál se siente más identificado?
–No creo en los encastes; creo en las embestidas. Y nadie me puede echar en cara que no sea un torero que se tape, pues he matado de todo tipo.

–De su paso hasta ahora por el toreo, ¿podría destacar las tardes que considera fundamentales en su carrera?
–Gracias a Dios, han sido muchas. Creo que marcó mucho mi encerrona de 2008 en la Feria de Otoño de Madrid. Por supuesto, las dos de este año en san Isidro, siendo el toro que más me sirvió el único al que no le corté las orejas, que fue el primero de Adolfo Martín, pues hizo que me viniera arriba por las dificultades que me planteó. Otra tarde que no podré olvidar es la de la Feria de san Miguel de Sevilla del año pasado; de no haber fallado con la espada, hubiera salido por la Puerta del Príncipe. Aquella fue la mejor de mis tardes en La Maestranza. En Bilbao he tenido tardes importantes. Este año, sin ir más lejos: de no haber fallado con el acero, quién sabe lo que podía haber pasado la primera tarde con el toro Hechicero.

–¿Podríamos hablar de una plaza particularmente preferida?
–Me siento muy querido en un gran número de plazas, pero la de Olivenza es muy especial para mí, porque es mi casa.

–Conoce mejor que nosotros que el momento actual de la Tauromaquia no es fácil para nadie y por muchos motivos. Empecemos por uno: ¿Qué importancia le concede en esta situación a la crisis económica general?
–Toda. El país está atravesando una crisis económica muy grande, y lo primero que te quitas son los caprichos cuando no tienes cubiertas tus necesidades básicas.

–Es una opinión común que los precios de las localidades no responden hoy de forma adecuada al estado actual de las economías familiares. ¿Es posible abaratar el precio de las entradas?
–Está claro que las entradas son caras. Yo tengo la experiencia, con la juventud, de que cuando les das facilidades, responden de manera increíble. Pero digo yo que lo empresarios también podrían hacer algo al respecto.

–¿Considera que ha llegado el momento de que el toreo como actividad socio-económica cambie su modelo de gestión?
–Muy probablemente. El modelo se ha quedado muy obsoleto pero, ¿quién le mete mano a eso?

“Cuando humanizas a un animal, deshumanizas al hombre. Y dudo mucho que nadie ame más a los animales que todos los que conformamos el mundo de los toros”

–Pero junto a la económico no se puede olvidar que en ocasiones nos encontramos con climas de opinión adversos, que en muchos momentos adquieren un protagonismo que no les corresponde. ¿Cómo cree que se le debe responder a quienes se oponen a la Fiesta?
–La verdad es que creo que con ese sector de la sociedad que está en contra de la Fiesta no se pueden mantener muchas conversaciones. Son demasiado agresivos y siempre van al insulto. No muestran ni el más mínimo interés por escucharnos, y eso hace imposible el diálogo. Disney ha hecho mucho daño a todo lo relacionado con los animales. Ahí tenemos el ejemplo del perro Excalibur, que podía ser un foco de contagio de la enfermedad de Ébola, y la que han montado los animalistas. Cuando humanizas a un animal, deshumanizas al hombre. Y dudo mucho que nadie ame más a los animales que todos los que conformamos el mundo de los toros.

–¿No echa en falta una mayor unidad entre todos los profesionales de la Fiesta para hacer frente a la actual situación?
–Pienso que esto está montado de la siguiente manera: es la suma de individualidades. Aquí cada uno parece que mira sólo hacia su ombligo. No hay un pensamiento único, y eso nos hace vulnerables. Cuando se ha intentado hacer algo por el sector, las trabas que nos hemos encontrado han sido innumerables. Pero confío en que algún día el sector se dé cuenta de que hay que dar un paso firme hacia el frente. La afición nos lo lleva exigiendo mucho tiempo y, en definitiva, es a ella a quien nos debemos todos. Sin los tendidos llenos, la Tauromaquia no es nada.

–En ocasiones se pide una mayor intervención de las Administraciones Públicas en favor de la Tauromaquia. ¿Qué les pediría que hicieran?
–Que se desvinculara del todo. Estar en manos de los políticos es un arma de doble filo. Ahora tenemos un gobierno que apoya la Fiesta. Pero, ¿qué pasaría si entrara otro que está en contra? No me gusta que las cosas estén politizadas. Tenemos un ejemplo: Barcelona. Es el exponente que nos hace ver cómo la política en contra del Estado la está pagando la Fiesta. Y llevamos cuatro años esperando una respuesta del Tribunal Constitucional.

Reportaje gráfico del paso de Perera por Madrid y Bilbao. Miguel López.

 

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Antonio Petit Caro

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