Madrid, mucho más que una plaza

por | 1 Nov 2011 | Punto de vista

Si tomamos prestado el viejo dicho futbolero de los “culés”, bien podríamos decir que Las Ventas es mucho más que una plaza: en los tiempos que corren se ha convertido el epicentro universal de la Fiesta. Por eso todos se juega tanto con el acierto o el desacierto en el resultado final del concurso de adjudicación que en unas pocas fechas convocará la Comunidad de Madrid.

En efecto, resultaría una gran simpleza creer que lo único que está en juego es si el adjudicatario es Fulanito o Menganito. Ese juego de nombres estará bien para el “Hola” en su versión taurina, pero carece de valor objetivo a la hora de afrontar la realidad del momento presente, lleno de complejidades de todo tipo.

El concurso se enmarca, por lo pronto, en la antesala de un recorte de presupuestos taurinos por parte de la Comunidad de Madrid. La decisión del Gobierno de la Presidenta Aguirre es lógica y se corresponde con la realidad actual del país. A todos toca aportar su parte a la austeridad y el recorte de gastos que resulta obligado en las circunstancias de la economía nacional. Por eso, no debiera llamar tanto la atención la decisión que se tomó en la Casa de Correos: es pura y simple coherencia, que admite poco margen a la crítica. Lo contrario es lo que resultaría extremadamente chocante, cuando vemos la realidad social que nos rodea.

Por ventura, la de Madrid es una plaza rentable –incluso, muy rentable– que tiene capacidad para desarrollar una gestión ambiciosa en toda la gama temática que se apellida taurina: desde los hechos culturales hasta los mismos espectáculos. Es cuestión de acertar con gestores adecuados, dispuestos a actuar con la responsabilidad que exige el momento. Por eso, resultaría chocante que viéndose obligada la Comunidad a recortar todos sus presupuestos, ahora se insista en la necesidad de reducir el canon de piso de plaza.

Al igual que antes de señalaba lo adecuado del recorte de los presupuestos públicos, también conviene remarcar que la misma austeridad que hoy tienen que aplicar las instituciones públicas, también afecta a los presupuestos familiares de muchísimos aficionados. Por eso, corresponde a las autoridades de la Comunidad velar por la política de precios de las localidades que deban regir en la próxima temporada. Fórmulas hay muchas y todas experimentadas, lo que hay es que promover su aplicación, para que la Fiesta no se convierta en un espectáculo prohibitivo para el bolsillo de los aficionados.

La decisión del Gobierno autónomo no tiene por qué redundar de forma negativa en la vida taurina de Madrid. En primer término, porque debe presuponerse inteligencia en quien recorta las gastos, para hacerlo en aquellas partidas prescindibles, no en las que resultan esenciales. Pero es que, además, conlleva la exigencia a los gestores de administrar mejor y de, en caso necesario, buscar financiaciones alternativas fuera del sector público.

Pero es que, además, se cuenta con herramientas adecuadas para incentivar esa gestión global y responsable. Y así, por ejemplo, ahora que se está ultimando la confección del pliego, existe la opción de valorar de forma atractiva para las empresas cuanto se refiera a actividades culturales. Otro tanto cabe señalar respecto a las mejoras de las instalaciones, por  citar otro ejemplo. De forma tal que, en el fondo, el pliego de adjudicación debiera trascender a lo que es la gestión propiamente taurina, para enfocarse sobre el conjunto de áreas que conforman la realidad de la Fiesta.

Si todo el proceso administrativo se lleva con transparencia –que por ahora no hubo precisamente mucha— y verdadera igualdad de oportunidades, una de las ventajas de la economía de mercado es que las empresas pueden competir a la hora de realizar propuestas. Serán sus gestores los marquen la pauta de sus ofertas entendidas en estos criterios de globalidad.

En alguna ocasión ya nos hemos pronunciado por la necesidad de que los poderes públicos, dentro de la legalidad, no auspicien ni mucho menos permitan ofertas de las consideradas “suicidas”. Pero eso es nada dificulta abrir el concurso todo lo que resulte necesario para que sea real la libre competencia.

Sin embargo, en este terreno nos podríamos topar con un obstáculo importante, como ya se advirtió en anteriores concursos y los pleitos que le siguieron. Se trata del valor que se conceda a la experiencia o antigüedad en el ejercicio de la actividad empresarial. Por evidente resulta innecesario insistir en que una plaza como la de Madrid no es el lugar adecuado para hacer experimentos: la plaza no se le puede adjudicar ni al mayor postor, ni a quien no acredite experiencia, sino a un empresario solvente y contrastado. Pero eso no quita para que se establezcan topes al criterio de antigüedad, no dejándolo en una inconcreción que a la postre es irreal. Por ejemplo, podría acotarse este concepto de experiencia en la gestión de plazas de primera categoría a los últimos 10 ó 12 años; lo que carece de sentido es que una empresa pueda aducir que tiene 90 años de antigüedad en el negocio: la tendrá la sociedad mercantil, pero eso en nada garantiza que esa experiencia corra en paralelo con la de sus gestores actuales.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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