Madrid, cultura y toros: experiencia positiva, balance desigual

por | 8 Jun 2012 | Reportajes

Aunque manteniéndose durante una semana algunas exposiciones, con la inauguración de la Sala Cossío y las instalaciones anexas en el recinto de Las Ventas y la conferencia de Luis Racionero sobre “El Toro y el Redentor”.  en el espacio Arte y Cultura, de Taurodelta, puede darse por concluida la programación cultural que ha venido desarrollándose en torno a la Fiesta desde el pasado 7 de junio.

Inicialmente estaba previsto que, en lo que se refiere a Taurodelta, la programación concluyera con el homenaje y la convocatoria de un premio honor al escritor Hemingway –que ha centrado la imagen pública de la propia iniciativa de ATT– y con un recital de Estrella Morente, pero los organizadores finalmente han decidido suprimirlos.

Por ello, llega la hora de hacer balance general de estas iniciativas culturales. Y con independencia del grado de aceptación que cada una de ellas haya podido tener, debe reconocerse que esfuerzos de esta naturaleza son los que hoy convienen a la Fiesta. La materialización práctica y pública de sus raíces culturales y artísticas constituye un empeño importante y que no debe abandonarse.

Pero sentado lo anterior, en un balance objetivo de lo que ha venido ocurriendo durante más de un mes en el entorno de la Plaza de Las Ventas, se concluye que han resultado más adecuados los actos programados por Carlos Abella y el Centro  de Asuntos Taurinos que por ACT y Taurodelta. Una cosa sí se ha cumplido: las respectivas programaciones no se han interferido unas en otras, sino que cada cual ha seguido un camino distinto.

Si comenzamos por final, ha sido un acierto que el Centro de Asuntos Taurinos haya llevado a cabo la instalación de la nueva Sala Cossío en el recinto de la plaza, tanto por lo que significa de reconocimiento a la importante labor desempeñada a lo largo del tiempo por el ilustre académico, como sobre todo por las instalaciones anexas a la misma: un biblioteca muy bien dotada materialmente como sala de consulta y lectura. Cuando se concluya la necesario labor de clasificación y ordenación de su importante fondo editorial, resultará un lugar de visita indispensable para los estudiosos de la Fiesta. Y supondrá, además, añadir valor a unos fondos de los que ya se disponían, y que ahora estará a disposición de quienes deseen consultarlos.

Pero, en general, la programación hecha desde el Centro de Asuntos Taurinos ha tenido la virtualidad de estar mucho más próxima y asequible a los aficionados que su “competidora” y/o complementaria  a iniciativa de Taurodelta. Probablemente mucho de sus actos han sido de una teórica menor relevancia, pero han sido más útiles. Servir de escenario a la presentación de una decena de nuevos libros de toros o dar cabida a la celebración del congreso de entidades taurinas estadounidenses, por citar dos ejemplo, son actividades que, en otro caso, habrían tenido más dificultades de celebración e incluso de acceso para los aficionados.

Otro tanto cabe decir de la variada y amplia relación de exposiciones de pintura y fotografías taurinas. Las colecciones de la Agencia EFE o del fondo documental de Catalá Roca han sido muy relevantes, y además muy poco conocidas por los aficionados. Pero, en general, el conjunto de muestras ha mantenido un notable nivel artístico. Variado en su temática y en su propia técnica, además. Por lo demás, de gran originalidad han sido algunas de ellas, como ocurre en el caso  de la exposición fotográfica “Paseíllo Literario”, de Javier Arroyo y Noelia Jiménez.

Dejando al margen el componente gastronómico, del que se hizo cargo un experto tan reconocido como José Luis Solaguren, un desigual interés han tenido las actividades programadas en lo que ha venido en denominarse “Espacio Arte y Cultura”, que la empresa Taurodelta subcontrató con la firma ACT y que ha dirigido el escritor Fernando Sánchez Dragó. La relevancia del acto inaugural, repleto de autoridades, no se mantuvo luego en el nivel de sus actividades, pese al despliegue de medios que se quería hacer. De hecho, llegó un momento en el que para tener relevancia pública tuvieron que acudir a una especie de periodismo rosa, como era la visita de famosos a su carpa.

No cabe duda que oír hablar de toros a una personalidad como Mario Vargas Llosa siempre resulta interesante y, de hecho, fue un buen tanto que se apuntaron los organizadores. Pero luego, su “ciclo estrella” con Arrabal y Savater bajó bastante, desde luego para el aficionado de a pié, pero también para aquellos a los que solo les movía el interés cultural. Tuvo interés para el aficionado las dos mesas redondas sobre “La cultura del toro” y el resto se fue diluyendo poco a poco, hasta acabar con la suspensión de eventos a los que inicialmente se dio mucha relevancia. De sus exposiciones, la más novedosa fue la relativa a Hemingway, aunque en parte ya era conocida.

Lo que resultaron de escasísima relevancia en materia propiamente taurina fueron los coloquios posteriores a las corridas. Quizás porque el momento de celebración no era el más idónea, pero también por la propia elecciones de no pocos de los que podríamos considerar como ponentes.

De hecho, el propio promotor de estas iniciativas culturales promovidas por Taurodelta,  Simón Casas, ya ha reconocido en alguna entrevista que de esta experiencia ha sacado enseñanzas respecto a los cambios que deben realizarse para mejorar en posteriores ediciones. 

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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