Nerea Txapartegi, delegada de Cultura del Ayuntamiento de San Sebastián, ha manifestado sus dudas sobre la continuidad de la feria taurina de la Semana Grande donostiarra a partir del próximo año. En declaraciones a Teledonosti, Txapartegi ha recordado que el contrato con la empresa concesionaria finaliza este año y que probablemente no habrá renovación. En este caso quedaría en suspenso la celebración de corridas de toros en la plaza de toros de Illumbe.
Más o menos, es lo que vienen sugiriendo los responsables de la coalición abertzale Bilbu desde la campaña electoral. Por lo visto, lo ocurrido en la vecina localidad de Cestona, donde también manda, no lo tienen en cuenta, pero allí, cuando preguntaron al pueblo, resulta que más del 60% por ciento dieron su “si” a la continuidad de los festejos taurinos.
Pero tampoco se paran a pensar que las fiestas de la Semana Grande donostiarra nacieron, precisamente, en torno alas corridas de toros, como muy oportunamente ha recordado Francisco Tuduri, en la actualidad presidente de los festejos que se celebran en la plaza de Illumbe.
Pero la decisión de los responsables de la coalición radical donostiarra no necesariamente tienen que salir adelante. SI los partidos democráticos tuvieran voluntad de hacerlo, la propuesta abolicionista no saldría adelante en un pleno municipal. En efecto, Bildu cuenta en el pleno con 8 concejales; la suma de PNV, PSOE y PP representan, en cambio, 19, más que la mayoría absoluta.
Para alcanzar esta mayoría, la duda radica en la posición que adopte el nacionalismo moderado. Hasta ahora, el PNV nunca se ha mostrado contrario a la Fiesta. Es más, sus representantes son bien activos para conseguir que la Semana Grande de Bilbao mantenga el renombre que tiene. Pero tampoco en otras localidades se han mostrado contrarios. ¿Cambiará de criterio en el caso de San Sebastián? Ahí esta la clave.
A su favor tiene un elemento importante: desde la transición democrática a nuestros días, en el País Vasco nunca se ha cuestionado la fiesta de los toros. Es más: el Gobierno Vasco siempre fue diligente a la hora de regular el espectáculo, incorporando sus propias peculiaridades. Y en el ejercicio de las competencias taurinas que le corresponde, nunca se planteó ningún problema; es más, en algunos aspectos fueron pioneros, como en el régimen de la presidencia de los espectáculos, por ejemplo.
Unos datos históricos
A favor de la presencia de la Tauromaquia en la capital guipúzcoana se r3manta hasta el siglo XVI. Y tan solo con el periodo que va entre el derrumbe de la vieja plaza de El Chofre hasta la construcción de la actual Illumbe han estado ausentes los toros. Prueba de ello es el gran número de recintos propiamente taurinos con los que ha contado la ciudad.
Y así, ya se tienen noticias de un plaza en la zona de Erreguesoro, de la que hay documentos acreditativos desde el año 1587. Más tarde se levantó otra plaza de la Parte Vieja, en la calle Escotilla, luego sustituida por la habilitación de la Plaza Nueva, donde los anales taurinos recuerdan las actuaciones de “El Sombrero”, Martincho y Tragabuches, entre otros.
En 1813 se levantó un nuevo coso, ahora en lo que actualmente es la Plaza de la Constitución, que es en la actúan los históricos “Cúchares” y “Paquiro”. Por cierto, en este escenario “Paquiro” dio el primer pase de rodilla que se documenta en la historia de la Tauromaquia.
Ya con carácter permanente y exclusivo, en 19851 se inauguró una plaza de toros en la actual calle Urbieta, que tuvo una importante actividad taurina durante 10 años, cuando fue sustituida por otra de mejores instalaciones en la primitiva Plaza de Atocha, que fue inaugurada por Lagartijo y Frascuelo.
Al concluir las guerras carlistas, se levantó un nuevo coso en esta misma ubicación, en cuyo ruedo se vivieron efemérides importantes, como los seis toros que mató don Luis Mazzantini en agosto de 1885 y en 1901 acogió la primera corrida nocturna que se recuerda.
El auge que para entonces había experimentado la afición, llevó en estos comienzo del siglo XX a construir la histórica plaza de El Chofre, que se inauguró el 8 de agosto de 1903 con toros de Ibarra para Mazantini, Bombita I, Antonio Montes y Lagartijo Chico. La historia de esta plaza es más reciente y por supuesto conocida. Estuvo en activo 71 años, hasta 1.973 en la que una operación de especulación urbanística le dio la puntilla. Aunque de mas corta vida, con El Chofre convivió la plaza situada en el barrio de Martutene, que era cubierta y se mantuvo activa hasta 1923.
Aunque sea de manera anecdótica y fugaz se ha de reseñar una plaza de talanqueras en el patio de los Cuarteles de Loyola en 1.942 para celebrar con una becerrada la festividad de San Fernando patrón del Arma de Ingenieros; en 1.962 se montó en la Hípica y con motivo del Festival de Cine, una placita de madera donde tuvieron lugar varias Fiestas Camperas dirigidas por Paco Camino, Diego Puerta y Alfredo Leal, impecablemente vestidos de corto; y en 1.975 ya derribado el Chofre, se montó en el Antiguo, justo detrás del Hotel San Sebastián, una plaza portátil donde se celebró un festival taurino.
La historia reciente nos lleva hasta el 11 de agosto de 1.998 cuando abrió por primera vez sus puertas la actual plaza de Illumbe, uno recinto moderno con una vanguardistas. Este año cumplirá ya quince años de vida.
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