Aunque a vista de tendido pudiera parecer que esa redefinición del “toro de Madrid” en el actual San Isidro ha supuesto una apreciable disminución de los pesos, en realidad las variación en la báscula han sido mínimas, de acuerdo con los pesos oficiales aprobados en los respectivos reconocimiento.
De hecho, si en el conjunto de San Isidro de 2016 el peso medio de las corridas de toros fue de 546,8 kilos, en las de corridas hasta aprobadas en 2017 ese peso ha pasado a ser de 537,2 kilos, esto es: 9,6 kilos menos.
Hasta ahora, todas las corridas han sido aprobadas íntegras, salvo la de Parladé, que se remendó con un toro de El Montecillo, y la de Valdefresno, que lidió dos con el hierro gemelo de Hns. Fraile Mazas.
Se han producido dos reducciones apreciables en cuanto a peso: las de Parladé –en la que está incluido un sobrero de El Montecillo, que en la báscula dio 547 kilos– que en este San Isidro dió una media de 542 kilos, mientras en el pasado año fueron 609,2 kilos; esto, una diferencia de -67,2 La otra ha sido la de Puerto de San Lorenzo, de los 591 kilos de media en 2016 ha pasado este año a 525 kilos, lo que supone una diferencia de -66. En este grupo cabe incluir a la de Alcurrucen, que ha disminuido su peso medio en 40,8 kilos
En el resto de los casos las variaciones han sido mínimas. Y así, por ejemplo, Fuente Ymbro ha pesado de media de 17,3 kilos menos; la de El Pilar subió en 14, 8 kilos y la de El Ventorrillo aumentó en 8,1 kilos.
Sin embargo, ha vista de tendido el volumen ha bajado, las corridas han venido más vareadas, y por lo general en cambio se presentan más ofensivas. Probablemente en este matiz radique el bajísimo número de toros que han sido protestados al saltar al ruedo y los pocos que Florito se tuvo que llevar a los corrales lo fueron por razones de fuerza y poder, concepto que no guarda relación con la presentación.
Los pesos de 2016
Fuente: Memoria 2016 de Taurodelta
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