Los toreros, solidarios con la huelga general: ¿con servicios mínimos o sin ellos?
por Taurología | 11 Sep 2010 | Punto de vista
La Unión Profesional de Matadores de toros, Novilleros, Rejoneadores y Apoderados, la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos, la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles, la Asociación Sindical de Mozos de Espada y Puntilleros, la Asociación de Jóvenes Empresarios Taurinos, Taura Unión de Toreros y la Federación de Servicios de UGT se han unido a la convocatoria de huelga general acordada por los dos sindicatos mayoritarios para el próximo 29 de septiembre. Así lo ha comunicado la Comisión de Seguimiento, Vigilancia y Control del Convenio Colectivo Taurino, que es la plataforma en la que coinciden todos ellos.
La escueta noticia merece algún comentario. Y el primero debe ser, de modo necesario, respetar el derecho que asiste a los toreros sindicados de convocar o de unirse a una huelga, que por lo demás cumple todos los requisitos exigidos por la Ley.
Por lo demás, no pasa nada. ¿Qué un festejo no puede celebrarse en ese día 29? También uno puede encontrarse que ese AVE que quería coger no sale de la estación y no por eso organiza la marimorena. Aunque, como con el AVE, no todos los festejos tienen por qué suspenderse en ese día, porque, como es natural, el Gobierno también deberá dictar los “servicios mínimos” que son de aplicación para los profesionales taurinos. ¿O es que no los va a establecer, como si esto fuera eso que en el argot laboral se llama “una huelga salvaje”? Los propios dirigentes de los sindicatos taurinos debieran preocuparse de este tema.
Pero a partir de ahí nos encontramos, como en tantas cosas de la vida, con dos cuestiones encontradas. La positiva, lo que representa de normalidad profesional para el colectivo taurino. Resulta completamente arcaico mantener la idea de que quienes ejercen el toreo constituyen algo diferente del resto de las profesiones, como antiguamente se solía defender, por una singularidad que, al final, no es diferente de la de un cirujano o un bombero. Viven de una profesión, mantienen unos derechos laborales, se encuentran sujetos a un Convenio Colectivo… Es decir, lo que le ocurre a cualquier ciudadano, especialmente si trabaja por cuenta ajena, como es el caso.
Aunque parezca ingenuo decirlo, resulta importante dotar de normalidad a las profesiones que en su conjunto forman la nómina del toreo. Tantos años de singularidades, muchas de ellas curiosas, no han conducido a nada bueno. Pero en cuanto a normalidad, no todo se reduce a ejercer los derechos sindicales y laborales a la huelga. La Fiesta está pidiendo a voces que esa misma normalidad se traslade al conjunto de las actividades taurinas, casi todas ellas propias de la actividad sindical. ¿Acaso alguien en su sano juicio vende un piso poniendo en la escritura notarial que su precio es “a convenir”? Pues eso en la contratación de los toreros sigue dándose, por un ocultismo económico que es bastante absurdo, cuando hoy en día Hacienda es como “el ojo de Manitú”, que todo lo ve. Y como ese ejemplo se podrían poner otros,
La negativa, o por mejor decir: el lado de la moneda que tiene riesgos para los convocantes, no puede ser otro que el que afecta a los demás sindicatos convocantes: el día 29 de septiembre se retratan y sabremos todos el grado de implantación real y de militancia que estos Sindicatos tienen, en nuestro caso entre los profesionales taurinos. En este punto, la norma es inapelable: a mayor seguimiento, mayor presencia sindical. Y viceversa.
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