Con dos confirmaciones de alternativas, de otros tantos toreros sevillanos, este jueves echa a andar la feria de San Isidro, que sin solución de continuidad irá hasta el 2 de junio, para dejarnos luego un día de descanso y dar comienzo a la semanita de “el Arte y la Cultura”, con la isla intermedia de la Corrida de Beneficencia.
La feria más larga del orbe taurino tiene carencias y alicientes, casi a partes iguales. Y tiene, sobre todo, la sombra de la duda acerca del efecto que tendrá la crisis.
Frente a los malos augurios que se extienden en amplios círculos de aficionados, con un criterio de oportunidad, la empresa se ha apresurado a difundir que para 11 tardes –los días 12, 15, 16, 17, 20, 22, 23, 24, 26 y 29 de mayo– ya se han agotado las entradas posibles de poner a la venta: todas menos el 5% que preceptivamente debe venderse en el propio día. Es una forma ocurrente para crear mejor ambiente. Y hacen bien, a nadie le conviene que en esta feria se produzca un fiasco.
Pero eso no permite obviar el trafico de abonos que en estos días se dan: personas que no han querido perderlo, pero que ante las dificultades económicas los han cedido a terceros al precio de adquisición. Una figura absolutamente lícita, aunque la abundancia de oferta no sería extraño que más uno acabara ofreciéndose por debajo de su precio: al menos, no se pierde todo lo invertido.
Más que la actual situación económica, desde el punto de vista del aficionado lo que debiera preocupar es la problemática coyuntura ganadera, a tenor de lo visto en Valencia y, especialmente, en Sevilla. Este sí que va a ser el asunto que macará el rumbo de la feria y del resto del año taurino.
En el fondo, vamos a asistir un examen exhaustivo de la situación de la cabaña de bravo en nuestro país. Si también en Madrid, con todo lo que representa, se producen las anomalías de las ferias ya celebradas, debería ser causa de profunda preocupación.
Y visto lo visto en lo que va de temporada, tampoco sería cosa marginal que realmente se produjera una armonización de criterios entre los diferentes equipos presidenciales. En los reconocimientos y en la dirección del espectáculo, hemos asistido a disparidades notorias, que en una feria de esta trascendencia no se debieran dar.
Como primer capítulo, en la tarde de este jueves confirmará su alternativa Antonio Nazaré, con toros de El Cortijillo (hermanos Lozano) y con Miguel Abellán y Leandro en el cartel. Entre los aficionados hay verdadero interés por el torero sevillano, para comprobar si se reafirma en el buen nivel viene marcando desde finales de la pasada temporadas. Para el segundo día, la confirmación de Esaú Fernández, con Uceda Leal y David Mora, en la lidia de toros de Montalvo. Un cartel que ya es otra cosa y en el que interés se inclina hacia el lado de Mora.
El momento taurino, en fin, queda reflejado con un dato: así como el seria del abono obligatorio será difundido en directo por el canal de pago, para el ciclo segundo –el abono voluntario– nadie ha querido los derechos de retransmisión, salvo en la Corrida de Beneficencia, que la dará Telemadrid y distintas autonómicas.
Y con la llegada de los festejos, se pone en marcha el programa cultural del Centro de Asuntos Taurinos, que además de las exposiciones, en estos dos primeros días programa el II Encuentro Iberoamericano del Circulo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida y la presentación de la ultima aportación literaria de Javier Villán: “Tauromaquias; lenguaje, liturgias y toreros”.
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