Cada vez más extendidos por toda España, los festejos de recortadores toman razón de la propia historia de la Tauromaquia. De hecho, aparecen en las primeras corridas de toros celebradas a pie, en las que se realizaban sin capa o con ésta liada al brazo –el recorte capote al brazo–. Incluso aparecen en los primeros escritos, como el que se atribuye a Pepe-Hillo, que recomendaba que este tipo de suertes sólo se realizara a los toros boyantes; sin embargo, Paquiro aseguraba que podía realizarse a todos los toros.
A diferencia de lo que ocurría en otras épocas, ya no se trata de simples festejos populares, sino que han ido tomando cuerpo hasta aparecer incluso en los carteles de no pocas ferias. En la misma medida, han ido creciendo los riesgos, al realizar hoy con verdaderas corridas de toros en puntas.
Se denomina recortador al torero que con la única ayuda de su cuerpo o con alguna ayuda simple como puede ser un palo a modo de garrocha, realizan con pericia piruetas ante las embestidas del toro o novillo –en algunos lugares es tradicional que se haga con vascas utreras–.
En como son recortes, saltos por encima o quiebros laterales ajustándose a la cintura los pitones de toros. Se realiza sin capa o ésta liada al brazo.
Este tipo de toreo que se presenta como un espectáculo es una tradición centenaria que tiene como origen en España que empezó con las primeras tauromaquias y se realiza en festejos populares en calles o plazas de toros, también existen concursos para denominar al mejor recortador. Es necesario mucha habilidad para realizar este prodigio de valor, forma física y deportividad.
Practicados habitualmente con toros o novillos, ya sea en concursos o en festejos populares en calles y plazas, los recortes exigen de por sí buenas condiciones físicas, como corresponde a toda suerte en la que se cita de frente y se intenta salir de ella de forma limpia, incluso andando.
Dentro de la ortodoxia de esta forma de tauromaquia, se entiende que se debe citar de frente para luego describir circular, para ganarle terreno al toro y poder consumar la suerte a escasos centímetros de los pitones. Esta suerte, que podemos entender como la más principal, se complementa con otras como los quiebros y saltos, ya bien con garrocha o a cuerpo limpio.
En concreto, aunque luego admiten variantes los teóricos definen tres suertes básicas:
●Corte: Llamar al toro de frente, salir al encuentro y cortarle el viaje ganándole la cara y saliendo de espaldas.
●Quiebro: Llamar al toro de frente, aguantar su llegada y engañarle con un movimiento de cintura.
●Recorte: Regatear al toro, andarle por la cara y evitar la cogida.
Y en cualquier de sus formulaciones, siempre los toros con embestida pronta hacen que el conjunto resulte de mayor espectacularidad, al permitir los cites desde lejos en los que el toro acomete con mayor velocidad. Si siempre el arma fundamental es la habilidad y la sangre fría, cuando los toros cumplen ese requisito de acometividad estas características tienen que darse en mayor grado. Muy en consonancia con lo que es el toreo tradicional, el mejor recorte siempre es el que al paso del toro el torero permanece más tiempo parado tras haber realizado el quiebro, y la salida siempre airosa, sin apenas correr o andando.
Estas suertes de toreo a cuerpo limpio, en zonas como La Rioja, Navarra o Aragón se desarrollan con una peculiaridad: los recortadores tratan de tocar los pitones o colocarle anillas en ellos. Este tipo de recorte, requiere mejores condiciones físicas que el recorte artístico. En especial si, como es bastante frecuente, se realiza con vacas, que exigen mucho mas De hecho, los cites se suelen realizara la media vuelta, para luego consumarla en la propia cara del animal.
Aunque guardan una relación de parentesco, el que nace de realizarse ambas con reses brevas, las distintas suertes del recorte se diferencian de las mojigangas que proliferaron en el siglo XIX, que tenían un componente de pantomima cómica.
Con todo, como la extensión del espectáculo exige incorporar novedades, en los actuales festejos se incluyen variantes que de una forma u otra entroncan con las mojigangas. Son aquellos que anuncian, junto a la exhibición de recortadores, concursos de recortes infantil –que se desarrollan con un carretón— e incluso un show, que ofrece juegos para el público.
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