El equipo médico que atendido a Ivan Fandiño han certificado quela cornada era de suyo mortal, sin que nada pudiera hacerse por salvar su vida.En declaraciones al semanario “Aplausos”, el jefe del equipo médico de la Enfermería de la plaza ha informado que Iván Fandiño entró en un estado de urgencia absoluta en la enfermería, ya con la cara de color gris y con evidentes gestos de dolor.
“Yo estaba rodeado –ha comentado– de un médico anestesista y de dos enfermeros anestesistas. Sospechando que podía sufrir una hemorragia interna, primero le hemos estabilizado y condicionado por vías venosas, siendo entubado y anestesiado enseguida. Hemos comprobado que llevaba una cornada en el lado derecho de su cuerpo con uno orificio de entrada de cuatro centímetros con cornada de más de 15 centímetros de extensión superficial hacia el tórax, más importante en la zona intraperitoneal".
Según las fuentes médicas, Fandiño murió a consecuencia del arrancamiento de la vena cava y otras arterias, una cornada mortal en casi todos los casos. El doctor Darracq confiesa que cuando entró en la enfermería en brazos de Thomas Dufau y de otros banderilleros se acordó de la cara de José Cubero “Yiyo”, mortalmente herido por un toro de Marcos Nuñez en la plaza de Colmenar Viejo.
Como se sabe, durante el desplazamiento hasta el hospital e Mont de Marsan, de un 40 una ambulancia del Samur le transportó, acompañado de un médico especializado en reanimación, hacia el hospital de Mont de Marsan, situado a unos 30 kilómetros, el torero sufrió un primer paro cardiaco del que pudieron reanimarlo. Llegó con vida en el hospital, donde los médicos comprobaron la extrema gravedad del paciente, que falleció a los pocos instantes de su llegada.
Texto íntegro el parte facultativo
Unos días más tarde de aquel triste sábado, y gracia a uja exclusiva periodística de Rosario Pérez en las páginas de ABC, se pudo conocer el texto íntegro del informe médico firmado en el Hospital de Mont de Marsan por el Dr. Mathieu Poirier. Dice así:
“Notamos un primer paro cardíaco a mitad de camino durante el trayecto de la plaza de toros hacia el hospital, trayecto realizado en tiempo récord, escoltado por motoristas de la policía para abrir camino.
A modo de posdata, el doctor Mathieu Poirier concluye con estas palabras: “Fandiño era un gran matador, un maestro y un hombre de corazón que se ha marchado demasiado pronto cogido por su pasión, el toro… Suerte”.
La capilla ardiente
En la capilla ardiente, inicialmente instalada en propio hospital francés, durante toda la noche han velado su cadáver su apoderado y todos los miembros de su cuadrilla. De madrugada llegaron desde Orduña (Vizcaya) sus padres y unas horas más tardes desde Guadalajara, donde residían habitualmente, lo hizo su esposa, Cayetana García Barona, con quien el toreo tenía una hija de corta.
Está previsto que a lo largo de este domingo los restos mortales de Fandiño sean trasladados al tanatorio de la localidad alavesa de Amurrio, donde se instalará la capilla ardiente. Posteriormente serán incinerados.
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