Camino de convertirse en una las editorial más activas en cuanto se refiere a la literatura taurina, Edicions Bellatera acaba de lanzar un nuevo título sobre la Tauromaquia. Se trata de la obra “Los colores del toreo”, un trabajo muy pormenorizado sobre el vestido de torear escrito por el periodista valenciano Paco Delgado, prologado por el filósofo francés François Zumbiehl e ilustrado por el fotógrafo Juan Pelegrin.
En este libro, el autor ha querido reivindicar el traje de luces, que es una prenda de diseño de valor incalculable. Como se sabe, es un atuendo singular, que da realce a la figura del torero y que desde hace casi dos siglos no ha sufrido prácticamente transformación.
Siendo el primer elemento que capta la atención del espectador cuando entra en la plaza de toros, resulta curiosa la muy diversa denominación que se da a uno de sus componentes principales: el color, que forman una gama amplísima incluso dentro de cada uno de los colores básicos.
Delgado aprovecha estas descripciones sobre tan rico policromía para intercalar anécdotas sobre situaciones que se han producido con cada uno de los colores reseñados.
En “Los colores del toreo” ha contado con la colaboración del fotógrafo Juan Pelegrín, que aporta una importante colección de imágenes que sirven para complementar las descripciones literaria. El prólogo a esta obra lo ha escrito el filósofo francés François Zumbiehl, con unas interesantes observaciones, que reproducimos junto a esta reseña.
Periodista taurino, Paco Delgado dirige “Avance Taurino” y ha colaborado en numerosos medios, entre ellos La Razón, 6 Toros 6, ABC Punto Radio y Radio Nacional de España. Se trata de una tarea que ha compatibilizado con su trabajo en Avance Publicidad, S.L. de la que es socio fundador.
Tiene en su haber una amplia bilbliografía, entre la que figura “Vicente Barrera”, “Tal día como hoy”, “Los toros en el siglo XXI”, “20 años de tauromaquia en la Comunidad Valenciana”, “Historia de la plaza de toros de Alicante”, “La verdadera historia del toro Ratón” y “Maribel Atiénzar, un alma en juego”.
PRÓLOGO
François Zumbiehl
En primer lugar se halla la clave que se refiere a la evolución del tiempo y del estatuto social: el traje de los toreros era, en principio, el mismo del pueblo del que formaban parte, pero poco a poco fue distinguiéndose del de la masa, recuperando las hebras de plata y oro de la nobleza suplantada en la arena, así como las hombreras recuerdan a las que remataban la armadura de los caballeros. Además, la vestimenta consagra su singularidad como oficiantes de un rito que se sitúa más allá de la sociedad y de la vida corriente. El autor recurre también a la interpretación antropológica. Por ejemplo, observa con tino que el carácter ajustado de la taleguilla resalta los atributos masculinos, con lo que denota el dominio del hombre sobre la bestia, pero que, por el contrario, la montera, debido a su color y consistencia, acerca curiosamente al matador y a su adversario, con lo que se establece una sutil metáfora del Minotauro. Señala también que algunos adornos -espiga o espiguilla- o algunos motivos que decoran el traje o el capote de paseo se remiten al mundo vegetal o religioso, con lo que invocan a la vez el impulso vital y el poder de quien lo supera. Por último, se detiene en la palestra de los colores que exhiben los trajes de luces, en los términos que les suelen definir y en el poder de atracción o repulsión que ejercen en unos u otros toreros: rosas y lilas, curiosamente femeninos en este contexto, verde y morado nazareno -inquietantes para algunos-, bordados negro azabache que, llevados por los matadores, reivindican su condición de artistas…
El inmenso Pepe Luis Vázquez sostenía que el mayor reto para el valor de un torero era el de soportar la visión del traje de luces sobre la silla, antes de la corrida. De hecho, al leer el revelador texto de Paco Delgado, ilustrado por las magníficas fotos de Juan Pelegrín, se comprende que ese traje aísla al hombre y lo refuerza en cierta manera ante su lidia frente al toro y a la multitud, pero también le revela en su personalidad más íntima.
Índice
Prólogo de François Zumbiehl
►Los colores del toreo
Paco Delgado
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