Las lecciones de Valencia

por | 22 Mar 2011 | Temporada 2011

Cuando acaba Valencia, resulta necesario hacer un cierto balance de lo que hemos visto y, sobre todo, de lo que se ha echado en falta, que no ha sido poco.
 
Y así, con carácter general, el público ha respondido moderadamente. Incluso teniendo en cuenta que la plaza, con su reforma, ha perdido más de dos mil localidades, que no es chica cosa. De lo cual hay que deducir que, en efecto, la crisis se nota en la taquilla. Cuando el tam-tam taurino anda diciendo que en Sevilla hay menos agobios que otros días y que en Madrid hay no pocos abonados dispuestos a ceder parte o todas de sus localidades, quiere ello decir que el factor económico hay que echarlo por delante a la hora de planificar la Fiesta en esta temporada.
 
Simón Casas, que a imaginación no hay quien le gane, hizo frente a esta realidad acortando ligeramente la feria fallera y dando cabido a un amplio número de toreros que, por una causa o por otra, despiertan interés no sólo entre los aficionados. El primer daño colateral fue la caída del programa de la corrida que habitualmente se montaba para los toreros locales, que suelen ser siempre un fiasco, porque no van ni los amigos. Se comprende la decisión, que va a ser tónica bastante general en otros sitios.
 
El segundo daño hay que presuponer que no estaba premeditado, pero ha sido la causa fundamental de lo que hemos visto, que ha sido poco. Y ahí, poco vale que a toro pasado Casas diga que las estadísticas que más de la mitad de los toros hicieron esto o aquello. No nos engañemos, si dejamos aparte la corrida de Adolfo Martín, la selección ganadera fue un desastre; si nos ponemos con criterios de aficionado, con todos los lidiados no se consigue ni completar dos corridas.
 
¿Qué hubo toros buenos? Desde luego, pero no poco de ellos no tenían ese pequeño detalle del trapío propio de una plaza de primera. Incluso entre las corridas que salieron con mejor son, tal que la de Capea o la de Fuente Ymbro. Y eso es grave.
 
Por eso,  de poco vale la producción imaginativa de espectáculos taurinos, como pretende Casas. La primera exigencia, incluso con carácter previo a la imaginación,  es que el toro responda a los criterios necesarios de trapío. Y no nos olvidemos que ese, precisamente, el único factor ganadero que previamente se puede selección. Si luego sale más o menos bravo, con tal o cual condición, depende de muchos otros factores, pero la presentación e integridad depende exclusivamente de la elección que se haga entre lo que hay en la dehesa.
 
Entre los toreros se ha confirmado lo que antes de empezar se esperaba confirmar, que El Juli sigue en un plan arrollador, que Morante ha localizado un espacio propio –que le va a resultar muy rentable–, que Manzanares está colosal, en su momento de plena madurez… Todo a la contra ha tenido Enrique Ponce, pero también da la impresión de que le pesan ya más que antes los compromisos, algo lógico cuando se pasan de los 20 años de alternativa; pese a todo, siguiendo siendo indispensable en los carteles.
 
Pudimos comprobar, y eso es buena noticia, que El Cid ha vuelto a su camino y que Castella anda con ansias de no dejarse comer el terreno. Sin embargo, se comprobó que El Fandi cada día está más atlético y espectacular, pero se reúne menos con los toros.
 
En cambio, las dudas que se trataba de resolver en Valencia siguen intactas.  Y así, Cayetano no termina de romper. Recordemos que cualquier género de lucimiento era inviable, con el lote que le correspondió. Pero la madurez no se mide en naturales y derechazos, nada más; se mide en otros elementos: desde cómo se anda por el ruedo hasta como se dirige la lidia. Y Cayetano está donde estaba.
 
Empezó a romper, a la tercera intentona, Leandro, ahora de la mano de los Chopera; antes de lanzar cohetes, esperemos a su próximo compromiso en Madrid y luego hablamos. En la duda sigue Juan Mora, como ya le vimos al inicio de la temporada; pero si algo no cambia, va a dar la vuelta a España como “primero”, pero de ahí no pasa; sin embargo, eso no es lo que esperaban los aficionados, que tanta fe habían puesto en el torero. Y entre la nueva hornada, mejor Luque que Pinar, en oficio y en clase, siempre con la interrogante de la edad.
 
Total que si entre la torería andante las cosas siguen, salvo matices, donde las dejamos al acabar el año taurino de 2010, el primer acto ganadero ha tenido un punto deprimente. Y eso no es bueno, se vista como se vista.

Los premios de la Feria
 
Los premios que concede la Diputación Provincial de Valencia han sido los siguientes:
 
-Mejor picador: Agustín Moreno, de la cuadrilla de Rubén Pinar, por el puyazo propinado al sexto toro el pasado 16 de marzo.
-Mejor banderillero en la brega: José Manuel Montoliu, por la realizada frente al cuarto toro el pasado 16 de marzo.
-Mejor banderillero en el tercio de banderillas: César Fernández, por su actuación el último día 20 a las órdenes de Tomás Sánchez.
-Mejor novillo: Desierto.
-Mejor toreo de capa de novillero: Desierto.
-Novillero triunfador: Desierto.
-Mejor toro: "Navajito", de San Mateo, lidiado en cuarto lugar por El Cid el pasado día 18.
-Corrida más completa: Fuente Ymbro, lidiada el día 16 de marzo.
-Mejor rejoneador: Leonardo Hernández.
-Mejor toreo de capa de matador: El Juli.
-Mejor estocada: Tomás Sánchez.
-Mejor faena: José Mari Manzanares.
-Diestro triunfador: José Mari Manzanares.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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