Juan Bautista José de la Santísima Trinidad Belmonte García nació a las cinco de la mañana del día 14 de abril de 1892, en la casa número 72 de la calle Feria, en pleno corazón del barrio sevillano de la Macarena. Sus padres, José Belmonte Peña y María Concepción García Ibáñez, gozaban de una posición mínimamente desahogada, gracias al comercio que regentaban.
Es de notar que Juan fue conocido siempre como trianero, habiendo nacido como lo hizo en pleno barrio de la Macarena. Esto es así porque desde muy joven, trasladó su casa al barrio trianero, cuando su padre, tras enviudar, abrió un nuevo comercio en el mercado al otro lado del río.
Por su parte, José Gómez Ortega nació tres años más tarde en el número 2 de la calle de la Fuente, en la finca El Algarrobo, de la localidad sevillana de Gelves. Fue el 8 de mayo de 1895 y en el seno de una familia netamente taurina formada por Fernando Gómez "El Gallo" y Gabriela Ortega, la mítica "señá Grabiela" de la historia taurina.
Juan era el mayor de sus hermanos; José era, en cambio, el pequeño. La primera pasión de Juan Belmonte fueron los libros. La primera pasión, prácticamente la única, de Joselito fueron los toros, de hecho existen testimonios gráficos que muestran al de Gelves con apenas 2 años delante de una becerra.
Juan inició sus estudios escolares a los 6 años, pero tan solo dos años después, al fallecer su madre, pasó a trabajar en el comercio paterno en el mercado de Triana. José, por su parte, perdió a su padre cuando apenas contaba 2 años y en seguida marchó a vivir a Sevilla, a la calle Relator. Comienza sus estudios por cierto en una Escuela muy próxima a la casa donde había nacido Juan Belmonte, pero no completó seguido más de dos cursos, llevado como estaba por la pasión taurina
Joselito se inicia en el toreo, su juego entonces preferido, desde la infancia, con la Alameda de Hércules como testigo, el barrio que años más tarde vería nacer a la Fiesta a Manuel Jiménez “Chicuelo”, cuando no lo hace en una finca del padre de Ignacio Sánchez Mejías en la zona de la Barqueta, en lo que dentro de un año sería la Expo 92.
Juan Belmonte, en cambio, no se acerca a lo taurino hasta los 15 años, después de no pocos avatares familiares, y lo hace en una venta que había en Camas y en el que con el correr de los años será su escenario preferido: la Corta de Tablada.
Cuando José comienza a tener uso de razón en su casa no se mantenía solo el recuerdo taurino de su padre; por entonces, su hermano Rafael era ya un novillero popular y su otro hermano, Fernando, daba sus primeros pasos en la profesión. De hecho, junto a aquella fotografía ocasional de los dos años, cuando Joselito cumple 8 años lo celebra toreando una becerra en la finca "Palmete", de Valentín Collantes, becerra que le dio tal revolcón que el futuro genio se asustó y se negó a seguir toreando.
Juan Belmonte, por su parte, llega al toreo a los 15 años con el sello de urgencia de quien quiere salir de la penuria y con la ayuda de un banderillero, José María Calderón, que lo introduce en algunos tentaderos, el primero de los cuales dirigía Emilio Torres “Bombita”.
Juan era, pues, un autodidacta, formado en las veladas nocturnas y románticas de Tablada. José era un torero de Escuela, al que antes de debutar en los ruedos ya se le abrían las puertas de casas tan grandes del toreo como la de Eduardo Miura.
El 19 de abril de 1908, cuando contaba 13 años, viste su primer traje de luces Joselito en el ruedo de Jerez de la Frontera, para de inmediato formar cuadrilla juvenil con Limeño y Pepete, con los que tan sólo en Portugal llegó a actuar en 17 ocasiones. Juan, por su parte, debuta en la plaza de Elvás, en la que tiene por cierto su bautismo de sangre, al sufrir un puntazo en una ceja, para seguir luego toreando por los pueblos sevillanos.
En el invierno de 1909 Joselito se concentra en el campo, decidido ya a dedicarse en exclusiva al toreo. Aquel invierno, cuando un día se dirigían todos hacia la plaza de tientas, Joselito encontró aún muchacho que iba en la misma dirección. Hizo que le subieran a la grupa de uno de los caballos y así llegaron a la placita. El muchacho, desconocido para todos los presentes, dijo llamarse Juan Belmonte García. Así se entrecruzaron por primera las vidas de los dos genios del toreo.
En los años 10 y 11, Joselito es un becerrista que levanta mucho ambiente entre los aficionados y que demuestra ya una fuerte personalidad en el casi centenar de becerradas que mata. Se cuenta que presenciando un festejo menor en Coria del Río, Joselito se lanzó al ruedo para explicar en la práctica a un banderillero como debía parar al novillo. "Donde tú estás –le dijo— no se te arranca el novillo, ven y ponte aquí". Pero no mucho después, toreando José en Cádiz, uno de sus banderilleros le aconsejaba que toreara con la mano derecha: "Haga usted el favor de callarse, que yo sé lo que me hago", le cortó el de Gelves.
En estos mismos años, Juan ya se ha desengañado por primera vez del toreo y se pone a trabajar como peón.
En 1911 Joselito debuta como novillero con caballos, tras haberse probado matando un cuatreño a puerta cerrada. Juan, tras año y medio de retiro voluntario, debuta en mayo de 1912 en Valencia. Debía haberlo hecho en Castellón unas semanas antes, pero su penuria económica le impidió viajar a tiempo hasta la ciudad de la Plana y si a Valencia pudo desplazarse fue porque uno de sus más encendidos partidarios, Antonio Conde, vendió dos burros de su propiedad para costearle el viaje.
La explosión del belmontismo tuvo lugar en 22 de junio del año 12, en la segunda novillada que toreaba en Valencia. Los estudiosos afirman que aquí dio Juan el "golpe de mano" que el toreo estaba esperando. Pero es que además, un mes tarde, el 21 de julio, Juan vivió su primer sueño: salir en triunfo del ruedo de la Maestranza de Sevilla.
Toreaba aquella tarde Belmonte con Larita y Curro Posadas ante una novillada del duque de Tovar. Años más tarde, Juan le contó a su íntimo amigo Luis Bollaín los recuerdos de aquella tarde: "El publico me recibió con prevención, que creció además cuando al intentar hacer quites en los dos primeros novillos perdí el capote. Pero cuando salió mi novillo, las cosas cambiaron. Estoy seguro que aquella faena ha sido superada en técnica, en estética y en aplomo por muchas otras que he hecho en mi vida. Pero también tengo la convicción de que ninguna de mis actuaciones le ha ganado la partida a ésta en lo que tuvo de pasión y de entrega".
Imbuido del triunfo, en la emoción de la explosión de júbilo que vivía la plaza, recuerda Juan que cuando pasaba de muleta al sexto de la tarde, en un momento de pasión incontenible, le pidió al novillo que le hiriera. Y así ocurrió, aunque el percance pasó desapercibido para el público.
Frente a esta explosión de Belmonte, Joselito en cambio mantiene una trayectoria diferente. El 13 de junio de 1912 se presenta en Madrid. Al entender que la novillada preparada no tenía suficiente trapío, pide que se le anuncie con una corrida de toros, del hierro de Olea, que estaba en los corrales. Triunfó rotundamente. El 23 de junio, diez días más tarde, hace lo propio en Sevilla, en uno de los éxitos que más estimó a lo largo de los años.
Pero a partir de esta fecha y hasta 1914, sus vidas se separan. Tras su bautismo de sangre, que tiene lugar en Bilbao el 1 de septiembre, José llega al doctorado el 28 de septiembre de este año de 1912, cuando su hermano Rafael le cede la muerte de "Caballero", del hierro de Moreno Santamaría. El 1 de octubre Vicente Pastor le confirma el doctorado en Madrid, ante el toro "Ciervo", un jabonero de Veragua.
El año 1913 queda en blanco en la competencia de Juan y de José, porque hasta 16 de octubre de este año 1913 Belmonte no alcanza el doctorado, cosa que hace en Madrid, de manos de "Machaquito" y ante el toro "Lagartito", del hierro de los Olea. Una tarde que constituyó un verdadero desastre de toros y toreros y que provocó la retirada de Machaquito.
Como es sabido, en este trance tan trascendental para un torero, se da una una nueva coincidencia entre Juan y José. Como veíamos antes, Juan Belmonte acompañó a Rafael González “Machaquito” la tarde de su retirada, Joselito lo hace ahora con Ricardo Torres “Bombita”
Nos situamos así en las puertas de siete años, los que van desde 1914 a 1920, que constituyen la edad de oro del toreo. Siete años que por sí solo justifican la grandeza de la Fiesta.
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