El año pasado se pusieron de moda los mano a mano, unos con más sentido que otros. Para el 2013 parece que lo que se va a llevar son las encerronas. De entrada les llaman gestos; luego, ya veremos que son en realidad, porque a estos efectos el punto de comparación tendrá que ser los seis toros de José Tomás en Nimes y todo lo que no sea superar aquel listón se puede quedar más bien en un gestito.
Por lo pronto, Alejandro Talavante se ha pedido para sí solos los 6 victorinos de Madrid. No está mal la apuesta. Descartado que sea en la Beneficencia –¿no se precipitó un poquito el responsables de Asunto Taurinos de la Comunidad madrileña al rechazar ese cartel?–, su apoderado y a la vez empresario de Las Ventas ha decidido incluirlo en el abono de mayo. O a lo mejor aprovecha para colocar este cartel en el deprimido ciclo que primero fue del Aniversario, luego de un decaído “Arte y Cultura” con su carpa incluída y ya veremos que inventan para la temporada próxima, que al final el nombre es lo de menos, con tal de que no lo conviertan en el “coche escoba” de la isidrada, que es lo pasado en la temporada que acaba de terminar.
Luego ha sido José Mª Manzanares quien ha dejado caer que en abril le gustaría matar seis toros –ya advierte el inefable Matilla que de tres ganaderías diferentes, antesala de tres de los hierros habituales entre las figuras actuales— en ese patio de su casa en el que hoy por hoy se le ha convertido al alicantino la Maestranza de Sevilla. Desde luego, después de sus dos Puertas del Príncipe de 2012, la cosa le rueda de cara.
No tardará mucho tiempo en que aparezcan nuevos ofertantes al capítulo de gestas. No está el horno para bollos de comodidad y menos de mediocridades. Algo tienen que hacer los que aspiran a encabezar la profesión para afrontar con visos de garantía la nueva temporada. La imaginación de los toreros y de sus apoderados andará ahora haciendo horas extras, para buscar la fórmula de dar una réplica original a los compañeros que se les han adelantado en sus apuestas. Y así, por ejemplo, Javier Castaño ya ha anunciado que quisiera matar la camada entera de Miura.
Tampoco los empresarios pueden agarrarse a ese habitual “sota, caballo y rey” nacido del intercambio de cromos entre colegas, en virtud del cual por noviembre se pueden predibujar carteles para ferias de septiembre. Con los abonos en retroceso, algunos alicientes extras tienen que ofertar para fidelizar al personal.
Precisamente por eso andan tan de los nervios ante la incertidumbre que les genera José Tomás, que no enseña sus cartas para el 2013. Todos lo necesitan para salvar la papeleta que tienen por delante, pero el torero ni está ni por ahora se le espera, por más antesala que hagan los que aspiran a contratarle. La realidad es que, sea o no el propósito del torero, este paso del tiempo juega a su favor y al de su cotización.
Pero puede acabar siendo engañoso para todos –desde el empresario al aficionado– cifrar al completo las esperanzas en acontecimientos de este porte. Aún disminuido por la crisis, el año taurino y todas sus ferias son largas y hay mucho cartel que confeccionar. Y más en las actuales circunstancias, cuando se observa como los aficionados, acuciados por la situación económica, prefieren renunciar a los abonos para elegir esos tres o cuatro carteles que más les interesan. Como en mayo del 68 en Paris, ha llegado la hora de la imaginación al poder.
Para empezar, El Juli ya ha dicho –magistral la entrevista que le hizo José Luis Benlloch en el semanario “Aplausos”– que en este 2013 mejor 25 que 30 las corridas a torear. Por su parte, Iván Fandiño apuesta por acudir a la variedad de los encastes, una apuesta más para el aficionado muy cabal que para el gran público.
Queda por ver cuál es la orientación que la poderosa empresa mexicana le da a la temporada de Morante, la estrategia que marca Matilla para Juan José Padilla –que en 2012 le salió redonda–, por donde se decantan Enrique Ponce y Sebastián Castella… Y cómo no, qué grado de cuartel le dan las empresas a los toreros nuevos.
Otros en cambio, apuestas por lo más habitual, como ocurre en Valencia donde el imaginativo Simón Casas acude a lo habitual: las ganaderías de Fallas saldrán de las habituales; es decir de: Fuente Ymbro, Juan Pedro Domecq, Victoriano del Río, Garcigrande, Zalduendo, Núñez del Cuvillo, Jandilla y Alcurrucén, con algun añadido torista, tipo Miura, Victorino a Adolfo Martín. Pero bastante similar es la selección sobre la que trabaja Sevilla.
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