Las difíciles recetas empresariales y taurinas frente a unas cuentas que no cuadran

por | 10 Ago 2012 | Reportajes

En Valencia Simón Casas reconoció que ha perdido dinero con la feria de San Jaime, en julio.  Por su parte, Oscar Chopera ha reconocido que asta ahora los resultados de la plaza de Málaga son muy negativos, como lo habían sido en Córdoba, y tiene sus mentores con lo que ocurrirá con la feria de agosto. En cambio, en Huelva la feria se saldó con resultados positivos, bien que sobre la base –como reconocen sus organizadores— por el influjo del nombre de José Tomás, al que ya han ofrecido volver el año siguiente. En ciudad, por su parte, de los 7.000 abonos que hubo el pasado año –también al socaire del torero de Galapagar–, en este año se ha pasado más o menos a dos mil.  

Está  viene siendo la realidad de la Fiesta en estos meses, como se ha comprobado  en otras muchas plazas. El mes de agosto, tanto prolijo como es en festejos, va a constituir una magnífico laboratorio para diagnosticar en todos sus términos la saluda del enfermo.

Frente a esta realidad, se han planteado dos recetas. Las dos parecen muy razonables, aunque una es más sencilla de aplicar que la otra. Y ambas exigen una coincidencia de intereses entre los distintos sectores taurinos que hoy por hoy no se da.

La primera, que la proporcionan los empresarios onubenses Oscar Polo y Carlos Pereda, es sencilla: para romper la mala dinámica actual hace falta anunciar ferias sobre la base de la imaginación y la calidad en los carteles. En Huelva, en efecto, les ha funcionado. Y como criterio es bueno: el público está cansado de la monotonía y quiere carteles que rompan con lo de siempre. Lo que ya es más difícil es llevarlo a la práctica.

Todavía en un serial de tres o cuatro tardes, como fue el onubense o antes Badajoz, se puede materializar con cierta comodidad, sobre todo si tiene en la manga ese as de oros llamado José Tomás. Pero cuando se trata de ferias más largas, como suele ocurrir en las principales capitales, la cosa cambia. 

Miremos las combinaciones de Málaga o Bilbao, por ejemplo, se comprobará las grandes diferencias que se dan entre unas fechas y otras. Pero, sobre todo, observemos como son carteles prácticamente intercambiables con otros muchísimos de festejos y celebrados. Variando normalmente en los toreros locales, el resto de la estructura de las ferias son idénticas. O lo que es lo mismo, la novedad es mi mínima. Luego a lo mejor resulta que en cualquier sitio salta eso que se viene a llamar “la corrida del siglo”; pero eso se sabe a posteriori, es decir: cuando ya nadie puede pasar por la taquilla.

La segunda propuesta nace de Oscar Chopera y no es la primera vez que la explica, aunque hasta ahora no ha levantado grandes adhesiones precisamente de sus colegas. Sostiene el hijo de Manolo Chopera que todos los profesionales –esto es: empresarios, ganaderos, toreros, etc.—tienen que sentarse a hablar para alcanzar un acuerdo en virtud del cual se replanteen a fondo los número taurinos.

En concreto, lo que propone Oscar Chopera es de sentido común: “Creo que este invierno nos tenemos que reunir los profesionales taurinos e intentar hacer una reducción de honorarios los toreros, los empresarios, ganaderos, etc. Así podremos reducir las entradas. Si no así, no sería viable rebajarlas”. Esto es: modificar de forma sustantiva las bases de la economía taurina que, con subida del IVA y sin ella, en este momento conduce de forma mayoritaria a una cuenta de resultados negativa y a unos precios que cada día resultan más prohibitivos para el gran público.

Si la sugerencia de la calidad y la imaginación se pudiera conjugar al unísono con esta otra de la moderación económica, estaríamos ante la solución ideal. Pero aunque soñar salga de gratis, no vale engañarse: no parece que el personal taurino esté por la labor. Por no tener no cuentan ni con esa plataforma común en la que poder alcanzar los acuerdos,  porque pese a la situación nunca hubo más divisiones en reinos de taifas que ahora mismo. Por no haber unidad, ni siquiera se da en el denominado G-10, con el amplio campo de intereses comunes que se dan entre ellos.

Aquí a lo más que se ha llegado es a esa triple alianza de Las Ventas, que comenzó pareciendo el no va más y que se va diluyendo cada día un poco más; al final, no ha pasado de ser más que una habilidosa operación de Taurodelta para dejar tranquilos a posibles competidores. Luego ni se han entendido entre ellos para algo tan simple como contratar a sus propios toreros, como se vio en Valencia con Alejandro Talavante.

En alguna ocasión ya se ha escrito, pero ahora hay que reiterarlo: todo esto ocurre, en gran medida, por la ausencia de un liderazgo claro y comúnmente aceptado, que eche sobre sus espaldas la tarea de asentar la Fiesta sobre unas nuevas bases, modernizando su gestión taurina y económica, para ponerla en consonancia con lo que exige el siglo XXI.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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