Cuando llega agosto, los toreros consideran que aún les queda el último puerto de la temporada: las Corridas Generales de Bilbao, donde vuelven a encontrarse con el toro serio en una plaza históricamente exigente, que aunque con algunos matices lo sigue siendo.
Un serial festivo que se remonta hasta el siglo XVII y que llega a nuestros días sin alterar en lo fundamental su esencia, constituye un caso de especial relevancia, que dice bastante de la calidad de la afición bilbaína.
En este Dossier informativo se presentan diversos trabajos relativos a este ciclo taurino, que centrará la atención del planeta de los toros durante los próximos días.
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