Las acuarelas taurinas de Rofer: movimiento, belleza, fuerza expresiva

por | 30 Dic 2014 | Las Artes

Notario de la actualidad, sus dibujos y retratos ilustraron los telediarios de TVE y abordaron los más diversos temas.   Los trazos rápidos de este artista ilustraron procesos históricos a puerta cerrada  que no podían ser grabados por la Televisión –juicios como el de Henry Parot,  el 23F, el macrocaso de la colza, el caso de Almería, etc.– impulsaron a varias generaciones de jóvenes a aprender a dibujar.

Pero junto a esta labor propiamente periodística, con una gran tradición en los medios, a lo largo de sus 60 años de carrera el artista segoviano Roberto Fernández –que habitualmente firmaba sus dibujos como Rofer— ha destacado especialmente como uno de los mejores acuarelistas de España. Dominó todas las técnicas. Sus pin ups al gouache, que ilustraban la contraportada de la revista “10 Minutos” se hicieron muy populares en la década de los setenta. Gran retratista, algunas de sus obras presiden las salas de reuniones de diversas fundaciones privadas, como la de Severo Ochoa o forman parte de colecciones, como la de Carmen Thyssen o la del propio Rey de España, en concreto, un bello retrato de la Reina Sofía, su madre.

A pesar de ser especialmente reconocido por sus retratos, es en el ámbito de la temática taurina y ecuestre  –algunas de sus obras ilustraron la información  taurina de TVE– donde Rofer desarrolla toda su maestría. Pocos artistas abordan con tanta fuerza y precisión el reflejo de la fuerza, la potencia y la libertad del toro bravo y el caballo.

Rofer, desde la perspectiva del espectador taurino, ama ante todo la belleza y la armonía,  sin prejuicios de ningún tipo. Refleja con sus pinceladas maestras toda la magia de la fiesta y las tradiciones taurinas. Se adorna en las pinceladas de las faenas de los diestros y los banderilleros; esboza y remata con una fuerza imponente la anatomía de los toros y los caballos. Y todo ello resuelto con unas breves pinceladas o con técnicas hiperrealistas, desde la que aborda escenas como la suelta de  una vaquilla en un pueblo y es capaz de plasmar, con rotulador y  a la carrera, todo el trepidante bullicio de la Fiesta de San Fermín.

Hijo de padres gallegos, nació en Hontalbilla (Segovia) el 22 de septiembre de 1931, pasó los primeros años de su infancia en Gres, Vila de Cruces, donde su madre era propietaria de la botica local. Cerca del río Ulla, entre Gres y Ledesma, junto a un bellísimo puente romano, frontera entre Coruña y Pontevedra, escenario de algunos de los relatos de Xose Neira Vilas, vecino y contemporáneo suyo,  Rofer comenzó a desarrollar su amor por la contemplación de la naturaleza y el arte, que empezó a ejercer de forma totalmente autodidacta. Perdió pronto a su padre, médico de profesión, estudió en los Maristas de Valladolid, donde según contaba con ironía algún profesor le puso buenas notas en matemáticas a cambio de un apunte o un retrato.

Aunque pensó en algún momento de su vida en ser médico, desechó la idea. A los 18 años se trasladó a Madrid para hacer lo único que sabía desde los siete años. Comenzó a pintar porcelana, pero muy pronto, para luego trabajar como ilustrador publicitario. Era tan sólo un veinteañero, pero tuvo la suerte de vivir una época de película, la mejor etapa, o al menos la más divertida, del mundo de la publicidad, en un ambiente, que, salvando las distancias geográficas, recrea a la perfección la serie norteamericana Mad Men. Era aquella una época en la que los dibujantes tenían un papel muy relevante en las agencias. Trabajó para las agencias más pujantes de su época: Publicitas, Gisbert, Ferman, Colón, o Alas.

Inquieto e independiente, cambiaba de trabajo como de camisa porque se lo podía permitir. En 1962 entra en Valeriano Pérez, un adelantado de la publicidad española que puso en marcha una agencia que fue mítica. Allí resistió dos años antes de montar su propio estudio de dibujo junto a Andrés Espinosa y Manolo Huete, suegro del cineasta Fernando Trueba, ya fallecido.

Después comenzó a ilustrar los mejores libros de texto de los niños de los años sesenta y setenta. Trabajó para editoriales como Bruño, S.M, Santillana, Anaya y otras muchas. Incluso recibió el encargo de Estados Unidos de dibujar varias series de sellos para las Olimpiadas y los primeros viajes a la luna.

Poco amigo de las exposiciones –siempre le pareció absurdo tener que depender de terceros para defender su obra– sus retratos y dibujos han sido muy valorados. Algunos, como el que hizo para Severo Ochoa, preside la Fundación del premio novel. Pero la mayor parte de su obra pasó a manos privadas.

Ahora toda su obra pictórica de temática taurina y ecuestre se está catalogando y algunos de ellos están disponibles para la venta en la página web dedicada a su obra, El Mundo de Rofer, que se localiza en la dirección electrónica http://elmundoderofer.wordpress.com/.

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Taurología

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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