Ante la dramática situación que está atravesando el campo bravo, la Unión de Criadores de Toros de Lidia había hecho una propuesta importante: unificar operativamente a todo el sector de bravo, que históricamente ha estado dividido en distintas organizaciones.
Ahora informa que ante la falta de respuesta ha dado por agotada esa iniciativa, que era del mayor interés. Con lo cual el asociacionismo ganadero seguirá siendo un desigual reino de taifas.
Se ve con los demás ganaderos no han entendido que se trataba, según la comunicación literal de la UCT, de fusionar asociaciones, sino de concentrar en una única organización –en este caso, la de mayor dimensión– a todo el sector. Incorporando individualmente a los representantes de aquellas ganaderías que hoy se integran en otras asociaciones.
De hecho, en las actuales circunstancias de gravísima crisis, sería ampliar con nuevos horizontes sería repetir la experiencia –aunque parcial y menos ambiciosa– que ya se dio en 2015, cuando las cinco asociaciones existentes acordaron crear la Federación de Asociaciones de Raza Autóctona de Lidia (FEDELIDIA) que presidida y coordinada desde la UCTL buscaba para poner en valor sus producciones y lograr el logotipo «100 % Raza Autóctona».
Como se sabe, en la actualidad en el sector de bravo conviven cinco asociaciones diferentes. La primera en crearse fue la Unión de Criadores de Toros de Lidia que se fundó el 15 de abril de 1905 como una agrupación de ganaderos para proteger sus intereses.
A partir de esa rama, en sucesivos procesos de divisiones generalmente, originadas por discrepancias internas, en 1943 nace la Asociación de Ganaderías de Lidia nació en 1943 al amparo de la legislación sindical. Cuarenta años después, en 1983, a iniciativa de Ángel Gómez Cañitas se forma la Agrupación Española de Ganaderos de Reses Bravas. Y, finalmente, Ganaderos de Lidia Unidos se constituye en el año 2004.
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