La temporada de 2015 se conmemoran los 75 años de la alternativa de Pepe Luís Vázquez

por | 21 Ene 2015 | Retazos de Historia

"Armonía, belleza y gloria en la Historia de la Tauromaquia". Así le quiso recordar la afición de Madrid en el azulejo que en su día, muchos años después de su retirada, se le dedicó en Las Ventas,  para que la memoria del gran torero de San Bernardo permaneciera viva. Y así habrá que hacer revivir su memoria a lo largo de la temporada de 2015, cuando se van a cumplir los 75 años de su alternativa en Sevilla y su confirmación en el ruedo de la calle de Alcalá.

La pasada temporada fue la conmemoración de los 75 años del acceso al escalafón superior de Manuel Rodríguez “Manolete”. Salvo en su Córdoba natal, y no con todo el esplendor esperable, casi pasó desapercibida la efeméride. Ojalá que en 2015 no ocurra otro tanto con su compañero de cartel en tantas en tantas tardes.

La alternativa

Pepe Bienvenida, en presencia de Gitanillo de Triana, le hizo matador de toros el día de la Virgen de los Reyes, el 15 de agosto, de 1940, con toros de Francisco Chica –los cronistas de la época decían de Braganza–. “Sabihondo” se llamaba el toro de la ceremonia y era negro de capa. Una tarde de lleno total y en la que el torero del barrio de San Bernardo debió ser de triunfo importante, pero que malogró la espada. Vestía un terno azul celeste y oro. Y hacía poco que acababa de cumplir los 18 años.

“Con los dos toros de su lote  –escribió Juan María Vázquez al día siguiente en las páginas del ABC sevillano--, gordos y bien armados, era difícil lucirse, porque faltos de fijeza y de suavidad –el último además exento de bravura y de casta-, ninguno se avenía al primor de la filigrana y, sin embargo, pepe Luis, alegrándolos, consistiéndolos y guiándolos por todos los terrenos, mandó a los dos con la sabia eficacia de su brega y desarrolló sendos muleteos de penetrante aroma y jugoso estilo. Y suma valentía, por contera… El emocionante pase ayudado con que inicio su primera faena, al lidiador más arrojado del mundo le habría dejado con la boca seca. Inteligencia, adornos, picardía pajolera para exprimir en cada momento todo el provecho posible… Erigido en la primera categoría, es Pepe Luís Vázquez, del barrio nuestro de San Bernardo, el torero integro desde la montera a las zapatillas, que columbramos en la becerrada inolvidable del 29 de mayo de 1937”.

Una becerrada, ésta que rememora el cronista, que el torero siempre tuvo muy presente en su memoria. Tanto que muchos años más tarde, ya en la tranquilidad del retiro, se la volvía a contar a Luis Nieto, el cronista de “Diario de Sevilla”, con estas palabras: “Cuando debuté en la Maestranza tenía 15 años. Ya se habían programado ese verano los festejos sin picadores. Y le dije a Manolo Belmonte, que llevaba la empresa, que me pusieran en la de sin picadores y en la siguiente con caballos. Y a Belmonte le entró una risita como diciendo: "Éste niño está loco". Se dio muy bien la de sin picadores y para el domingo siguiente, en el que me anunciaron con caballos, se había acabado el papel el jueves. Ese año toreé en Sevilla seis novilladas y otras seis en Zaragoza”.

Aquella tarde también de la becerrada primera renació también el “cartucho de pescao”, una suerte que su abuelo le contaba como procedente de la Tauromaquia de El Espartero. “Yo plegué la muleta y la abrí cuando entraba el novillo y dibujé el natural. Así, le pegué varios naturales y el de pecho. Me retiré y eché las dos rodillas en la arena. La que se lió allí, Dios mío...”.

Y es que desde los comienzos –más precisamente podría decirse que desde aquella primera vaca que toreó en la finca de Miura–  Pepe Luís tenía muy definidos su sentido y su concepción del Arte del toreo, que había aprendido en el Matadero Sevilla, esa que el definía como “una escuela taurina, pero sin el reconocimiento oficial”.

La confirmación

En la misma temporada de 1940 acudió a Madrid a confirmar la alternativa. En realidad, más que acudir habría que afirmar que “le condujeron”. Y es que como recordaba el mayor de la saga de los Vázquez, no tenía previsto confirmar a finales de esa campaña, pero las circunstancias políticas del país hicieron saltar por los aires todos los planes.

Pongamos por delante que en aquella tarde de 1940, el 20 de octubre por mayor exactitud, el de San Bernardo, toreaba con Marcial Lalanda y Rafael Ortega “Gallito”. Cuentan las crónicas que “Gallito” bordó el toreo, pero también Marcial estuvo superior. La corrida se tuvo que suspender tras el tercer toro por una copiosa lluvia que hizo impracticable el toreo en el ruedo.

 “Giraldillo” en el ABC escribió en estos términos: “Esperábamos con expectación a Pepe Luís. Fuimos su profeta cuando llegó de novillero. Hoy con repetir lo que de él dijimos quedaríamos cumplidos y satisfechos por el presagio. Toreó de capa muy bien. Tres verónica fueron modelo. Comenzó con un pase por alto. Después hizo una faena con una primera parte de gran efecto. En ella destacó un natural, recibiendo en esta suerte al toro, que venía arrancado. No tuvo unidad la faena. Pinchó y luego mató de media estocada, atacando ésta vez con rectitud. Hubo ovación y suelta con petición de oreja”.

Pero lo más poderosamente llamativo poco tenía ver con el resultado de la inconclusa corrida. En las fechas anteriores había toreado Pepe Luís creo recordar que en Francia y allí ya le avisaron a su apoderado del compromiso de Madrid. Como recordaba hace unos años Ignacio Cossío, con ocasión de la visita a nuestro país el  jefe de la SS alemana, Heinrich Himmler, con el objetivo de organizar la colaboración entre las Fuerzas de Seguridad de España y Alemania. Con tal motivo, las autoridades decidieron organizar una corrida de toros en honor del visitante, y  las mismas autoridades decidieron el cartel.  Pepe Luís no estaba por torear más aquel año y tomó el camino de regreso a Sevilla, tratando de pasar desapercibido, para así librarse de ese festejo. Sin embargo, antes de llegar a Madrid, en un control de carretera, la Guardia Civil le identificó y ya le condujo custodiado el resto del camino hasta la capital. No hubo modo de zafarse del compromiso.

Pero circunstancias al margen, lo cierto es que ya en este 1940 Pepe Luis dejó claro que todo el tesoro que llevaba dentro y que luego de forma unánime le fue reconocido la casi mítica tarde del toro de Villagodio en Valladolid, o la del toro de Castillo Higares en Madrid, aquella otra de Sevilla en la que Gregorio Corrochano tituló “Pepe Luís tora mano a mano con Pepe Luís”, y tantas otras.

La tauromaquia de Pepe Luis

Cuando en 1998 se le concedió la Medalla de Oro de las Bellas Artes, la orden ministerial correspondiente lo justificaba en estos términos: "Pepe Luis Vázquez ha sido un torero excepcional, y en su línea sevillana de garbo, gracia e inteligencia, acaso el más sobresaliente que ha conocido la afición española de los toros en cualquier tiempo. Su arte cristalino de puro claro estaba regido por una cabeza serena e inteligente, que impidió siempre que intentara nunca más de lo que pudiera lograrse en las faenas, pero nunca puso coto a estos logros, y faenas suyas pueden quedar como ejemplo de hasta dónde ha podido llegar la belleza y la gracia en el toreo y cuál es el límite de la emoción propiamente estética que admite”.

No pueden negarse los buenos propósitos del autor del texto que apareció en el BOE. Sin embargo, la verdadera realidad de la dimensión de Pepe Luís queda mucho mejor reflejada en las palabras que Juan Manuel Albendea –entonces Presidente de la Fundación de Estudios Taurinos, hoy presidente de la Comisión de Cultura del Congreso– pronunció a los postres del homenaje que el 3 de octubre de 1990 le rindió Sevilla al torero, en los 50 años de su alternativa. Dijo entonces Albendea: “quiero contribuir, modestamente, aunque esta competente audiencia no lo necesite, a remachar, una vez mas, para hacerle justicia, que usted no fue sólo un torero de la escuela sevillana, sino mucho mas que eso. Su toreo no era una arquitectura inconsistente, aunque el toreo siempre será efímero. Su toreo era el arte helénico y renacentista fundidos en una sola pieza… y la sabiduría. Cuando Pemán escribió que la corrida de toros, como las obras de Descartes o Kant, forma parte de la teoría del conocimiento, estaba seguramente pensando en usted, maestro”.

Y a continuación añadió: “Su concepción del arte podríamos calificarlo con Azorín de “energía ligera”, como contraposición a la pesadez, a la pedantería, a la presuntuosidad, a la hinchazón y la redundancia. Se torea como se es, creo que dijo Juan Belmonte, en cuyas raíces se ancla sin duda su toreo. Pues bien, usted, maestro, posee, por encima de cualquier otra virtud, la de la humildad. usted ha sostenido, reiteradamente, que su toreo solo en sueños alcanzó la perfección. Esa actitud es la propia de los elegidos. esa aspiración permanente, la obra siempre inacabada. La ausencia de narcisismo son características típicas de las criaturas superiores, de los genios”.

En estas palabras  sí que verdaderamente se reconoce quien fue Pepe Luis para la historia del Arte del toreo.

Y una anecdota

Cuanto sobre la personalidad profunda de Pepe Luís describe con tanta precisión Albendea en párrafos anteriores, bien merece ser completado reproduciendo algunos fragmentos de un magnífico artículo de Antonio Burgos, publicado en ese mismo año 1990 en Diario 16 y titulado “La Sevilla de Pepe Luís”. Y lo escrito era esto:

“Sevilla le está preparando un homenaje a Pepe Luis. Conociendo al maestro, tienen mérito los organizadores, porque para dar un homenaje a Pepe Luis primero hay que convencer a Pepe Luis para que se deje. Han logrado tan difícil empeño los animosos aficionados de la Fundación de Estudios Taurinos y su presidente, Juan Manuel Albendea, me llamó ayer para pedirme algo a lo que no me pude negar: que pronuncie una conferencia dentro de un ciclo en homenaje al Rubio de San Bernardo, que ha de titularse «La Sevilla de Pepe Luis», conferencia que está tirado escribir, porque la Sevilla de Pepe Luis no es ni más ni menos que Sevilla,

Y si bien esa es la Sevilla de Pepe Luis, me contó Albendea una anécdota del maestro por la que hemos de conocer todavía más al Pepe Luis de Sevilla. Quieren que el homenaje a Pepe Luis remate con un banquete multitudinario en honor del maestro, algo así como aquel que le dieron a Manolete en Lhardy, pero con quinientas o seiscientas personas más. Pensaron como escenario en el ruedo de la Maestranza, en el pisoplaza de albero. Y Pepe Luis, con las ideas clarísimas, hombre antes que torero, les dijo que nanai de la China con las más bellas palabras que he oído en los últimos días. Dijo Pepe Luis:

–Miren ustedes: en ese pisoplaza ha habido mucho triunfo, mucho fracaso y mucha sangre. Eso no es sitio para comer… Además, que quinientas personas me parecen demasiadas personas. Estén ustedes seguros que si van más de treinta, mando el parte facultativo y me caigo del cartel….

Por eso Pepe Luis es Pepe Luis y por eso su Sevilla es Sevilla. Por eso a Pepe Luis no lo conoce nadie, porque es un Kempis de San Bernardo que cada día escribe con los hechos su «Contemptus Mundi», su desprecio del mundo, de sus vanidades, de sus pompas y de sus obras. Pepe Luis dijo un día aquello de «Se torea con la cabeza» y nos sigue demostrando que se torea, se vive, se triunfa con la cabeza”.

Una nota al margen de lo taurino

Aunque sea apartándonos de nuestra historia, no se puede dejar de recordar lo que Ignacio Cossío detallaba en su artículo. Cuando la terna subió a cumplimentar al Jefe del Estado y su invitado, “el  alto militar alemán le confesó que había vomitado en el tercer toro, puesto que no podía soportar semejante martirio y sufrimiento del pobre animal, afirmando que los españoles éramos unos sanguinarios por un espectáculo espeluznante”. No puede menos de llamar la atención tanta sensibilidad en quien luego escribió la historia más sanguinaria de la historia europea. En este mismo artículo el comentarista se preguntaba: "¿Tuvo algo que ver aquella corrida celebrada tres días antes de la decisión del Canciller y Jefe del Estado Adolf Hitler de no incluir a España en semejante conflicto?". El secreto se lo llevó un búnker subterráneo de Berlín, mientras la ciudad era invadida por el Ejército Rojo de la Unión Soviética”. Anotemos que el festejo se había celebrado tres días antes de la conocida reunión de Hendaya de Franco con Hitler.

Apóyanos compartiendo este artículo:
Taurología

Taurología

Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.