La tauromaquia de Diego Urdiales, la sutileza de la naturalidad de la que nace el arte

por | 26 Sep 2015 | Reportajes

Quiero torear despacio y reunido con el toro, no entiendo ni la velocidad ni las ventajas. Tampoco sé disimular nada, aunque a veces me digan que ”venda más las cosas”. Pero no me sale porque no lo siento. Mi concepto del toreo es la lentitud, la armonía, la búsqueda de lo que yo considero como bello y profundo. Lo demás, sinceramente no me interesa”.

En estos términos presenta sus credenciales Diego Urdiales, que por si hubiere menester de algún factor complementario añade: “Para torear bien hay que tener valor, para torear despacio hay que sentirse artista. Para mí lo uno va unido con lo otro. Las etiquetas son terribles y he huido de ellas siempre”.

Para completar el paisaje, una tercera pincelada: “Mi búsqueda es tener un lenguaje propio con el capote y la muleta. Y para sentir el toreo no puedes imitar a nadie. Te fijas en las cosas buenas y las interiorizas para hacerlas tuyas”.

Estas confesiones, que el torero de Arnedo le hacía va ya para tres años a Pablo García Mancha[1], dibujan con nitidez su propia razón de ser, que ahora, cuando ya es reconocido con unanimidad, torea con tanta verdad como lo hacía cuando sólo una minoría de la crítica le prestaba la atención que su toreo pide.

Años más tarde, ahondando en esta línea de buscar los elementos fundamentales de su Tauromaquia, Zabala de la Serna[2] le preguntaba a Urdiales acerca de qué era la pureza en el toreo. “Yo creo que es –contestaba el torero– no concederte ninguna ventaja con el toro ni a la hora de presentar el cuerpo y los trastos. Debe haber una entrega absoluta y… hacer las cosas mucho con el pecho, con las muñecas… intentar la máxima naturalidad”.

Y el torero insistía de cómo pureza y naturalidad son conceptos inseparables: “Para mí la pureza más cristalina, casi líquida, va unida a esa naturalidad que hace que el cuerpo fluya con armonía y sutileza”. Tiene toda la lógica que a partir de ese punto de vista asumiera el riojano la tesis de Curro Romero de que el toreo va de cadera a cadera: “En todo lo que sea forzar más allá de ese momento se muere el toreo”, dice sin asomo de duda.

“Toreo de mano baja, cargado de pureza, lleno de autenticidad y ofreciéndole al toro las distancias adecuadas, es ahí por donde se llega al arte, al menos, en mi humilde forma de entender el toreo”, había rematado unos años antes estas mismas ideas, en una conversación con Pla Ventura[3]. Unas ideas que son como una constante cada vez que se le pregunta por su concepción del arte de los ruedos: “En mi toreo sueño con la sutileza que imprime la naturalidad. Con dar ese muletazo hondo, despacio, largo, con profundidad y que el esfuerzo sea lo más sutil posible, con el cuerpo lo menos rígido”.

Tiene toda la lógica que, bajo esta concepción, para Diego Urdiales el toreo no surja por casualidad. “Uno lo tiene que buscar, macerar, sondearlo dentro de las circunstancias personales de cada cual, que a veces conlleva una dificultad mayor y otras no tanto. Depende de las embestidas con clase que te encuentres para perseguir ese toreo. Como saben, mi camino no ha transcurrido por esos cauces, pero siempre he confiado en mi concepto del toreo”, según le dijo al cronista de “El Mundo”.

Para él las dificultades no fueron pocas. Pero nunca tuvo un desmayo. Diríase que a título de ejemplo, y hasta con cierto orgullo, Urdiales recordaba las circunstancias que se dieron una tarde en Madrid por el año 2008 que resultó un cierto punto y aparte, que le permitió abandonar su oficio de pintor. “Yo estaba encima de una escalera cuando me llamaron para debutar en Madrid, que fue para una sustitución en la corrida de Carmen Segovia en 2008. Había indultado ya el toro de Victorino en Logroño el año anterior, pero no se me abrían las puertas para poder dejar la pintura. Tenía una familia que alimentar y un orgullo… A partir de Madrid pude vivir de pleno mi profesión”.

Precisamente de aquella tarde de Logroño, el torero guarda un recuerdo imborrable: “Siempre diré que habrá un antes y un después al respecto de mi persona y junto a “Molinito”. Aquella fue una faena al estilo de las realizadas este año en Bilbao o en Alfaro que, por cierto, también indulté otro toro este año. Me sentí muy a gusto con aquella lidia en la que desgrané pasajes de mi torería que  muchos ni sospechaban, sencillamente, porque no me habían visto nunca”. Anotemos marginalmente que el año de referencia fue el de 2011.

A la luz de la experiencia, tiene mucho sentido que el riojano ponga en duda el viejo axioma del toreo, según el cual “el toro pone a cada uno en su sitio”. “Muchas veces no es real. Estoy convencido de que ha habido toreros que se han perdido. Hay que tener una tremenda capacidad de aguantar. Cuando el sistema se cierra de tal modo…”. Una idea que en su momento también expresó con palabras claras[4]: “Como en la propia vida, en el toreo hay que tener mucha fe en uno mismo para que las circunstancias no te hagan tirar la toalla".

Para no perderse en ese enrevesado camino, Urdiales lo tuvo siempre claro: “estoy convencido de que camino por el sendero adecuado que me llevará al éxito grande; al menos, así lo creo. Veo que, artísticamente estoy avanzando y eso me tranquiliza mucho; como decimos, quiero pensar que esta es una carrera de fondo que, no gana el que más “pedalea” sino el que más aguanta”.  Hoy, cuando estamos abocados al fin de la temporada de 2015 ni los más renuentes dudas ya de que ha llegado a su meta, de que ha aguantado todos los repechos que la vida torera le puso por delante.

Con no poca razón, Curro Romero se quejaba de que al torero de Arnedo le contrataran siempre para las corridas duras. Urdiales asume con naturalidad que durante muchos años ha estado abocado a ello[5]: “Son las circunstancias. Toro de Victorino y torero del Norte. Son tópicos. Pero estoy orgulloso de ello y de haber interpretado el toreo con todo tipo de encastes”.

Unas ideas que en otra ocasión matizó aún más: "Todo torero está obligado a conocer los diferentes encastes de las ganaderías y tiene que ser capaz de adaptarse a cada uno de ellos a la hora de expresarse al máximo nivel. Para hacer el toreo fundamental a toros muy distintos hay que dominar también registros técnicos muy variados".

A dominar la técnica y la mente dedica muchas horas. "Hay que pensar y entrenar mucho los matices del toreo, en lo físico y en lo mental, para que tu cuerpo se exprese con naturalidad y tus sentimientos surjan sin interferencias ante el peligro. Para dominar al toro, antes tienes que dominar los trastos como si fueran una prolongación directa de tu mente". Y todo ello encaminado a un solo objetivo: “A perfeccionar todo. A ser mejor torero cada día. Que cuando me vea torear me guste más”.

Empeñado en ese “ser mejor torero cada día”, Diego Urdiales vive en la esperanza de que "si el toreo es justo, mis sacrificios en todo este tiempo están a punto de tener su recompensa. Pero, por eso mismo, después de lo que me ha costado llegar a esta óptima situación, no estoy dispuesto a malvenderme. Todos los esfuerzos que he tenido que hacer en mi carrera me obligan a seguir respetándome a mí mismo. Y si las empresas me van a llamar más para contratarme, quiero dejar claro que no lo voy a hacer de cualquier manera".

En el fondo, Urdiales aspira a revivir aquella “música callada del toreo”. A vivirla, incluso desde el silencio, como aquel día de 2012 en Bilbao, cuando le pidió a la Banda de Música que dejara de tocar:  “No quise la música porque quería torear en silencio; sentía aquellos olés tan roncos de la gente que prefería seguir así. Era tan emocionante lo que estaba viviendo que el silencio y los olés de los aficionados me estaban dando alas. Ha sido uno de los momentos más intensos que he sentido como torero en toda mi carrera”. Era con el 6º de tarde, un toro de Victorino Martín, un momento del que Zabala de la Serna dejó escrito:  “Toreo del que no pasa de moda ni atiende a las modas. La zurda elevó la temperatura con el corazón templado. Superiores los naturales, el encaje, la colocación, la espera. Por fin caía el trofeo perseguido en una Semana Grande que incorpora su nombre al palmarés de los escritos en letras de oro”.

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[1] Diario La Rioja, 30 Agosto 2012. Entrevista de PABLO GARCÍA-MANCHA

[2] El Mundo, 21-05.2015. ZABALA DE LA SERNA: “Diego Urdiales, el torero de la pureza líquida”

[3] Opinión y Toros, 27 octubre 2011. Entrevista de PLA VENTURA: “Saberme querido por Madrid es todo un éxito”

[4] Agencia Efe, 29 de octubre 2010: Diego Urdiales: “Con lo que me ha costado llegar a esta situación óptima, no estoy dispuesto a malvenderme”

[5] Diario de Sevilla, 14 septiembre 2015. LUIS NIETO: "En mi toreo sueño con la sutileza que imprime la naturalidad"

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Portal de actualidad, análisis y documentación sobre el Arte del Toreo. Premio de Comunicación 2011 por la Asociación Taurina Parlamentaria; el Primer Premio Blogosur 2014, al mejor portal sobre fiestas en Sevilla, y en 2016 con el VII Premio "Juan Ramón Ibarretxe. Bilbao y los Toros".

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