Ponce tiene la suerte de que, por lo que sea, en esta última etapa Madrid le respeta. Ya lo demostró en una incomprensible ovación el día de su vuelta, después de un exilio voluntario. Y como le respetan, le aguantan cosas que afean a otros y así puede hacer las faenas en su estilo con tranquilidad.
Román tuvo mala suerte confirmando. Madrid siempre es especial, pero más el día de la Confirmación. Llegar con toda la ilusión, poner todo de tu parte, sortear un toro con posibilidades y que se lesione la mano a las primeras de cambio en la faena de muleta.
El ganadero tuvo la mala suerte de que ese primero se dañase y de que el sexto le tocara a Román, porque el confirmante puso lo que tenía, pero con un paseíllo el año pasado y dos éste, está verde para un toro tan encastado.
Luque tiene la suerte de que siempre ha estado respaldado por un apoderado con fuerza, y por eso las 30 ó 40 tardes no se las quita nadie. Si no, con todas las oportunidades que ha tenido, estaría en el famoso banquillo de Chenel irremediablemente.
Buenas noches y buena suerte.
0 comentarios